Amor después del matrimonio romance Capítulo 242

“El chófer que el señor consiguió para usted, señora”, respondió Sue. "A donde quiera que quiera ir en el futuro, puede llamar al chofer y él la recogerá, señora".

"Ya veo". Yvonne tomó su teléfono y guardó el número mientras preguntaba: "¿Por qué eres tú quien me lo da, Sue?".

"Se suponía que era Joe, pero salió, así que me pidió que se lo pasara", explicó Sue.

Yvonne hizo un "Oh" al darse cuenta. "Está bien, he guardado el número".

“Entonces, vaya y descanse, señora. Estaré cocinando en la cocina y la llamaré cuando termine", dijo Sue y se puso de pie para dirigirse a dicha parte de la casa.

Yvonne se golpeó los hombros ligeramente rígidos y encendió la televisión. No mucho después de verlo, sonó su teléfono. Se volvió para mirarlo, viendo las palabras Jason Frey parpadeando hacia ella en la pantalla. Por un momento, Yvonne sintió que sus sienes palpitaban con las palabras parpadeantes.

Aún no había terminado, estaba aquí para pedirle dinero nuevamente.

Habían sido tres días seguidos. Ella estaba cansada de eso incluso si él podía seguir así.

Suspirando, Yvonne tomó su teléfono, mentalmente agotada, y se lo puso al lado de la oreja después de deslizar el dedo por la pantalla. "Jason, tú...".

Antes de que pudiera terminar, se escuchó el rugido furioso de Jason. "Yvonne Frey, ¿estás feliz ahora?".

"¿Qué?". El ceño fruncido de Yvonne estaba tenso y profundo. "¿Qué estás diciendo? ¿Qué quieres decir con que soy feliz ahora?”.

"Mi hijo se ha ido. Amy lo abortó. Estás feliz ahora, ¿no es así?". Jason la interrogó en voz alta.

Yvonne no tenía idea de quién era Amy, pero cuando dijo que su hijo se había ido, ella pudo adivinarlo. Probablemente era la chica que se iba a casar con él. ¡La chica realmente abortó al bebé!

Yvonne se levantó de un salto en estado de shock, presa del pánico. "Jason, ¿estás diciendo que ella abortó al bebé?".

"Sí", escupió Jason con los dientes apretados.

El susto salió del rostro de Yvonne. "¿Cómo, cómo…?".

"¿Cómo?" La risa de Jason fue baja y siniestra. "¿No eres tú quien causó esto?".

"¿Yo?". Yvonne estaba desconcertada.

Jason apretó los puños. "Sí. Porque te niegas a darnos dinero y por eso Amy no quiso casarse conmigo y abortó al bebé. Mamá te dijo entonces que Amy iba a abortar al bebé si no teníamos dinero, pero tú dijiste que lo hiciera si quería. Amy lo hizo ahora, y estás feliz, ¿eh?".

Yvonne tropezó con eso, tomándose el golpe en serio. "Yo…yo no lo sabía. No fue a propósito. Solo lo decía por enojo. No sabía que lo haría".

Dijo lo que dijo, pero realmente fue por su rabia. Por cómo lo vio, era solo una de las muchas excusas que su madre estaba usando para pedirle dinero, por lo que no pensó que la chica realmente abortaría al bebé.

Ahora, sin embargo...

"¿Por ira?". La risa de Jason fue frenética. “Por ira. Perdí a mi bebé por tus palabras de ira. Yvonne Frey, todo ha sucedido gracias a ti. ¿Cómo pudiste ser tan vil?".

¿Vil?

Yvonne sintió una punzada en el corazón, su respiración se aceleró.

"Pero mi conciencia no puede soportarlo". Yvonne se revolvió el cabello con angustia. “Sigo sintiendo que es mi error. Lo causé porque no les di dinero. Yo…".

"¡Señora!". Sue le dio unas palmaditas en la cabeza. “Cálmese, señora. Sé por qué lo asumirías. Es porque eres demasiado amable. Pero no te equivocaste y no tienes la menor culpa. No lo pienses demasiado".

"No puedo evitarlo, Sue, realmente no puedo dejar de pensar en eso, ¿sabes? Lo lamento mucho. ¿Por qué dije eso? Ahora que Amy abortó al bebé, ¡mi conciencia me está gritando!". Yvonne dijo con dolor, golpeando su pecho.

Sue suspiró: "¿Qué quiere hacer ahora, señora?".

"Quiero volver y echar un vistazo", respondió Yvonne.

Sue la detuvo instantáneamente. "No. No la dejarán escapar si se va a casa a esta hora".

“Lo sé, pero tengo que hacerlo. Sue, no me detengas". Yvonne se levantó del abrazo de la mujer y cogió su teléfono del suelo y salió corriendo.

Incapaz de hacer nada desde que Yvonne se fue obstinadamente, Sue también recuperó su teléfono para llamar a Henry y contarle toda la historia.

Henry estaba presidiendo una reunión en ese momento, pero su expresión se volvió helada cuando escuchó lo que le dijeron, enfriando incluso la temperatura de la sala de reuniones.

Su personal intercambió miradas, sin entender por qué su Director Ejecutivo estaba tan furioso en un abrir y cerrar de ojos.

"Entiendo. Iré ahora mismo", le dijo Henry a Sue con frialdad y colgó, gritando en la puerta de la sala de reuniones:" ¡Joe!".

Joe entró por la puerta. "Sr. Lancaster".