Amor después del matrimonio romance Capítulo 288

Yvonne se sorprendió por un momento antes de darse cuenta de lo que había sucedido y respondió. "No, no lo estoy".

"Entonces t-tú...".

Yvonne se río: "Me refiero al hijo que podríamos tener en el futuro".

"Ya veo". Henry bajó la cabeza y ocultó su decepción ante Ivonne.

Pensó que había ocurrido un milagro.

"Henry". Gritó Yvonne de repente.

Henry la miró. "¿Qué?".

Yvonne se mordió el labio como si tuviera algo inconfesable. "¿P-puedo... volver a quedar embarazada con tu hijo?".

"Estás pensando en..."

"Sí". Yvonne asintió.

Los ojos de Henry brillaron de sorpresa, pero ésta desapareció tan pronto como llegó. Luego sonrió suavemente y respondió: "Está bien".

En realidad era la primera vez que le pedía placer.

Yvonne suspiró aliviada y se acercó a su abrazo con la cara enrojecida y dijo: "Gracias".

"Estamos casados, así que no hace falta que me des las gracias. Tener un hijo siempre será responsabilidad de los dos". Dijo Henry mientras le levantaba la barbilla.

Yvonne evitó su mirada y asintió.

Henry le pellizcó las mejillas y le giró la cabeza en dirección a él. "Mírame".

Yvonne volvió a centrar su mirada en él.

"Bésame". Le ordenó Henry.

Los ojos de Yvonne se abrieron de golpe. "¿B-besar... besarte?".

"Así es". Henry asintió.

Yvonne tragó saliva. "P-pero...".

"¿No quieres?". Henry la interrumpió.

Yvonne tensó las palmas de las manos. "No, es que nunca lo he hecho antes, así que no sé cómo empezar".

"Tienes que aprender si no sabes. Piensa y sigue exactamente cómo lo he hecho antes". Animó Henry.

Yvonne seguía sintiéndose avergonzada.

Henry entornó los ojos. "¿No quieres un hijo?".

"¡Sí quiero!". Dijo Yvonne sin pensarlo dos veces.

Henry sonrió. "Entonces actúa rápido".

"¿De verdad tengo que hacerlo yo?". Yvonne estaba tan nerviosa que se le notaba en la cara.

Henry levantó ligeramente la barbilla y no respondió, pero sus intenciones eran obvias, quería que ella tomara la iniciativa.

Yvonne no tuvo más remedio que respirar hondo, cerrar los ojos y ponerse de puntillas mientras besaba los labios de Henry.

Sus labios estaban tan fríos que ella tembló en el momento en que sus labios se tocaron.

Sin embargo, consiguió dominar el ritmo rápidamente y empezó a sentirse más relajada al recordar las imágenes de cómo el hombre la había besado normalmente. Entonces siguió su memoria y sacó la lengua para intentar abrir sus labios.

Sin embargo, no se atrevió a ejercer demasiada fuerza. En lugar de intentar abrirle los labios, probablemente sería más apropiado decir que le había lamido con la lengua.

Henry sintió el picor de los lamidos de Yvonne y entrecerró las cejas mientras empezaba a perder la paciencia.

Comprendió que probablemente tendría que esperar quién sabe cuánto tiempo antes de que ella pudiera besarlo realmente.

Por lo tanto, Henry pasó de la defensa a la ofensiva, cargó a Yvonne y la hizo girar antes de dejarla sobre su escritorio.