Amor después del matrimonio romance Capítulo 294

¡Con esto, Dominic Conrad podría salir de prisión!

No podía imaginar que después de todos sus esfuerzos por vengar a su hijo y a ella, finalmente había logrado su objetivo. ¡Ahora, todo eso se fue en vano!

Yvonne fue arrojada sin piedad por los hombres de negro. Estaba completamente aturdida cuando aterrizó en el suelo.

El anciano se levantó y se acercó a ella con la ayuda de su bastón. Él la miró desde arriba y dijo: "Espero que no me culpes por recurrir a tales medidas. Esto no habría sucedido si solo hubieras firmado el documento como una niña buena".

"¿Por qué?". Los dedos de Yvonne alcanzaron lentamente la alfombra y la apretaron con fuerza, con los ojos llenos de odio por el anciano. "¡No he hecho nada contra ti!".

El anciano resopló con frialdad. “No tienes nada en mi contra, pero sí le guardo rencor a los Lancaster. Da la casualidad de que estás involucrada en todo esto porque eres miembro de los Lancaster".

¿Un resentimiento con los Lancaster?

Yvonne tembló cuando dijo: "¿Quién eres exactamente?".

El anciano golpeó el suelo con su bastón. "No necesitas saber quién soy. Todo lo que necesitas saber es que los Conrad están ahora bajo mi protección. Iremos tras los Lancaster hasta el amargo final".

"¿Qué?". Yvonne se sorprendió.

¿Los Conrad ahora estaban trabajando junto con este anciano?

¿Significaba eso que los Conrad se unirían al anciano para ir contra los Lancaster?

"Parece que te has dado cuenta y has adivinado algo". El anciano miró fríamente a Yvonne. "Eres realmente inteligente, pero has elegido apoyar a los Lancaster en estos tiempos turbulentos. Por lo tanto, niña, ¡serás la primera en sentir mi ira en nombre de los Lancaster!".

El corazón de Yvonne dio un vuelco al escuchar esto. Apretó los puños mientras se arrastraba desde el suelo. "¿Qué planeas hacer?".

Mientras hacía la pregunta, sus ojos recorrieron toda la habitación para encontrar algo que pudiera usar para defenderse.

El anciano había visto sus intenciones, pero no la detuvo. En cambio, encontró que sus esfuerzos inútiles y su exceso de confianza eran extremadamente ridículos.

"¡Ustedes dos!". El anciano señaló a Yvonne mientras ordenaba a los hombres de negro. “Cuida bien de nuestra invitada. No me importa lo que le hagan mientras no muera. ¡A partir de este momento, quiero que los Lancaster prueben el sufrimiento que sentí en el pasado!".

Mientras daba la orden, se dio la vuelta y salió de la habitación con su mano temblando mientras usaba su bastón para ayudarlo.

La puerta se había vuelto a cerrar herméticamente e Yvonne se aferró desesperadamente a la bandeja de frutas que acababa de recoger.

Vio que había otras personas vigilando la puerta cuando el anciano salió. Eso significaba que no tenía absolutamente ninguna posibilidad de huir de esa habitación.

Incluso si no estaba vigilado, tampoco podría escapar de los hombres frente a ella.

"Alejense de mí". Yvonne abrazó con fuerza la bandeja en sus brazos para defenderse mientras miraba a los hombres, sus ojos llenos de terror.

No había forma de que los hombres la escucharan, ya que estaban bajo el mando del anciano. Se miraron el uno al otro por un rato antes de que uno de ellos levantara su pierna y de repente la pateara.

La patada aterrizó de lleno en el vientre de Yvonne. Ella gritó de dolor mientras se derrumbaba en el suelo. La bandeja que sostenía se había soltado de su agarre debido a la patada y se había hecho añicos en el suelo con un estruendo.

Los hombres vieron que Yvonne se había puesto pálida y se había acurrucado como una pelota en el suelo, pero no tenían ni una pizca de remordimiento en la cara. Continuaron golpeándola y no se detuvieron hasta que pareció estar muriendo.

En ese momento, Yvonne había estado jadeando desesperadamente por aire y no podía abrir los ojos.

Los hombres comprobaron su estado por un momento antes de salir de la habitación para informar de la situación.

Unos minutos después, alguien volvió a entrar por esa puerta, solo que esta vez, un hombre entró con una bolsa en las manos.

El hombre arrojó la bolsa a la cabeza de Yvonne. “El Amo ha transmitido un mensaje. Todo lo que ha sufrido hoy es porque es parte de los Lancaster. Si quieres odiar a alguien, odia a los Lancaster. Además, esto es solo el comienzo. Cuando seas rescatada por tu marido más tarde, dile que se prepare para la venganza infernal que está a punto de llegar a él".

Cuando terminó, el hombre se alejó y la puerta de la habitación se cerró de nuevo.

La oscuridad envolvió la habitación una vez más. Yvonne se retorció y extendió una mano temblorosa hacia la bolsa ubicada sobre su cabeza. Luego luchó por abrir un ojo y rebuscó dentro para encontrar un teléfono celular. Yvonne marcó el número de Henry en el teléfono.

Henry contestó el teléfono y su voz estaba un poco nerviosa. "¿Dónde estás, Yvonne?".

"Henry...". Los labios de Yvonne se fruncieron al escuchar su voz, y un corazón lleno de emociones comenzó a salir de su pecho. "Yo-yo...".

"¿Qué pasa, dónde estás ahora? Dime”, preguntó Henry de nuevo, su voz aún más nerviosa que antes.