Amor después del matrimonio romance Capítulo 324

"Según el señor, el Amo aún no se ha despertado".

"¿Todavía está inconsciente?". Yvonne apretó los puños preocupada. "Debo ir y echar un vistazo”.

Dicho esto, se dirigió hacia el vestíbulo.

Sue la agarró y dijo: "Señora, no se preocupe. No sirve de nada preocuparse, así que desayunemos primero y luego vayamos a la residencia de ancianos a ver al Amo".

"¿Han enviado al Abuelo al asilo de ancianos?". Preguntó Yvonne.

"Sí, lo enviaron temprano esta mañana y el señor todavía está allí con él. Señora, debe calmarse y desayunar primero para no enfermarse por el hambre antes de que el Amo se despierte", persuadió Sue.

Después de escuchar esto, Yvonne se mordió el labio y dijo: "Está bien".

A regañadientes, soltó el puño cerrado y siguió a Sue al comedor.

Después del desayuno, Yvonne y Sue partieron hacia el hogar de ancianos.

Henry había mencionado la dirección del asilo de ancianos en la llamada telefónica anterior. Estaba ubicado en los suburbios de la Ciudad C, que estaba bastante lejos de la ciudad.

Cuando llegó Yvonne, habían pasado dos horas desde su partida.

Llevó un termo y encontró con éxito la sala del anciano junto con Sue y el personal médico del asilo de ancianos.

Henry estaba fumando fuera de la sala y ella lo notó de inmediato. Corrió hacia él y gritó: "Henry".

Henry hizo una pausa y se volvió para mirar.

Cuando la vio correr rápido y lucir ansiosa, sus cejas se fruncieron levemente. "Despacio".

El suelo estaba resbaladizo pero parecía que no tenía miedo de caer.

Yvonne lo escuchó y, obedientemente, disminuyó la velocidad mientras se acercaba a él. "¿Está bien el Abuelo?".

"Todavía no está despierto". Henry apagó la colilla y la arrojó a la basura.

Yvonne miró hacia la puerta de la sala detrás de él y su rostro estaba lleno de preocupación. "¿Cómo se desmayó el Abuelo?".

Obviamente estaba bien hace dos días, pero de repente...

"Fue provocado", Henry se frotó las sienes mientras respondía.

El rostro de Yvonne se arrugó. "¿Provocado?".

"El Abuelo se enteró ayer de que sucedió algo en el Grupo Lancaster, y su presión arterial había estado un poco alta durante ese período, por lo que se desmayó de repente". Henry cerró los ojos con cansancio.

Yvonne finalmente lo entendió, lo miró preocupada. "Entonces, cuando regresaste a la vieja casa anoche, ¿fue por el accidente del Abuelo?".

"Así es".

Yvonne guardó silencio un momento. "No me extraña que me sintiera un poco incómoda anoche, por eso...".

De repente hizo una pausa y cambió su pregunta. "Entonces, ¿sucedió algo más que el Abuelo se desmayó?".

Henry sacudió levemente la cabeza. "No por el momento".

"Es bueno saberlo", Yvonne exhaló un suspiro de alivio.

Después de preguntar por el anciano, volvió a preguntarle a Henry: "¿Y tú? ¿No descansaste nada anoche?".

Sintió pena por él cuando vio las ojeras bajo sus ojos y la sombra de las cinco en su barbilla.

Solo había sido una noche y su barba ya había crecido, lo que indicaba cuánta presión tenía anoche.

Henry abrió los ojos y, de repente, la oscuridad brilló en sus ojos. "¿Cómo puedo dormir cuando el Abuelo aún está inconsciente?".

"Tienes razón...". Yvonne asintió, dándose cuenta de que acababa de hacer una pregunta muy estúpida.

"El Abuelo podría...". Henry ajustó su postura.

Yvonne preguntó rápidamente: "¿Podría qué?".

"Puede que tenga que pasar el resto de su vida en una cama de hospital o en una silla de ruedas. Aunque esta vez no sufrió ninguna lesión física, su cerebro se vio afectado y el control de su cuerpo se ha vuelto más lento ahora...".

Cuando dijo esto, de repente abrazó a Yvonne y no pudo ocultar la culpa en su voz. "Lo decepcioné, no traje al Abuelo aquí lo suficientemente pronto. Si lo hubiera hecho antes, el Abuelo podría no haber terminado así".

"Henry...". Yvonne le devolvió el abrazo aturdida.

Era la primera vez que lo veía con tanta vulnerabilidad.