Amor después del matrimonio romance Capítulo 350

Yvonne colgó el teléfono. "Dijo que enviaría a alguien a vigilar a Lynette en la cárcel".

"¿Vigilarla?". Sue se quedó atónita y tardó unos segundos en comprender lo que quería decir. "¿Quiere pagarle a alguien de la prisión para que golpee a Lynette?".

"¿Creo que sí...?". Yvonne asintió con incertidumbre.

Sue suspiró: "Pero tengo la sensación de que el Señor no la dejaría escapar tan fácilmente".

"¿Crees que va a hacer otra cosa?". La comisura de la boca de Yvonne se crispó.

Sue se rio entre dientes: "¿Quién sabe? Lo averiguaremos mañana. Créame, el fallo de Lynette saldrá mañana".

"Sí", respondió Yvonne suavemente mientras miraba la mesa de café y dejaba que su mente divagara, sin saber lo que estaba pensando.

Al día siguiente, como dijo Sue, la sentencia de Lynette fue dada.

Ella fue culpable de envenenamiento y homicidio intencional. Incluso si se declaraba culpable, aún sería sentenciada a 15 años. Además de eso, debido a la manipulación de Henry, su sentencia se incrementó en otros cinco años, sumando un total de 20 años.

Lynette tenía solo 25 años y con su sentencia de 20 años tendría 45 cuando terminara de cumplir su condena en prisión. Se podría decir que su vida estaba arruinada.

Una frase como esa hacía que la gente se sintiera mal por ella.

Además de eso, Yvonne también sintió un poco de pena.

Por supuesto, no sentía lástima por Lynette, sino por el Señor y la Señora Yaeger.

Con una edad tan avanzada y mala salud, su hija fue a la cárcel y nadie sabía cómo sería su futuro.

Tampoco sabía si Lynette se arrepentía.

"Ella quiere verte". Henry dejó la cuchara y de repente le habló a Yvonne, que todavía estaba emocionada.

Yvonne parpadeó. "¿Lynette?".

Henry asintió. “Ayer me pidió en la comisaría que le dijera que quería verte”.

Yvonne dejó la cuchara y preguntó: "¿Dijo por qué?".

Henry la miró. "No".

"Ya veo". Yvonne asintió. "Entonces la veré un momento".

"Solo esta vez", dijo Henry.

Yvonne lo miró sin comprender porque no entendía a qué se refería.

Suspiró y explicó: "La verás por última vez y no volverás a verla nunca más".

"Ya veo. Entiendo y lo haré", prometió Yvonne.

De hecho, aunque él no dijera nada, planeaba no volver a ver a Lynette más en el futuro.

A pesar de que eran amigas, la traicionó. Ella no se olvidaría de la traición solo por su amistad pasada, especialmente porque esta traición dañó al Abuelo.

Después del desayuno, Henry salió.

Yvonne se subió al coche de Luke después de eso y se dirigió a la prisión de mujeres en las afueras de la ciudad.

Lynette fue enviada allí la noche anterior. Yvonne vio a Lynette con un uniforme de prisión a través del cristal blindado y la conmovió.

Le cortaron el pelo durante la noche y no parecía estar bien mentalmente. Era sorprendente cuánto peso había perdido.

"No necesitas agradecerme. Sé que fuiste tú quien me traicionó a mí y al Abuelo, no tus padres. Lo sé. Es más, el Señor y la Señora Yaeger me cuidaron antes, así que incluso si no me lo hubieses pedido, tampoco puedo soportar verlos atrapados en el extranjero", dijo Yvonne.

Lynette lloró y asintió: "Eso es bueno, es solo que el dinero que te pedí prestado antes puedo tomar más de 20 años para devolvértelo".

"Si todavía recuerdas cuando llegue el momento, puedes devolvérmelo. Si no puedes, no tienes que hacerlo", sonrió Yvonne.

Lynette levantó el brazo y se secó las lágrimas. "Sigues siendo tan bondadosa".

"¡Se acabó el tiempo!". En ese momento, la guardia de la prisión le recordó de repente con frialdad desde atrás.

Yvonne levantó la cabeza y miró el temporizador de la pared solo para descubrir que en realidad habían pasado quince minutos.

El tiempo pasó muy rápido.

"Yvonne". Antes de ser llevada por los guardias de la prisión, Lynette rápidamente dijo: "Jacqueline dijo que quiere que sientas el dolor de ser traicionada por las personas que te rodean, así que no debería ser la única. Debes tener cuidado con otras personas".

Cuando Yvonne escuchó sus palabras, su corazón se apretó y asintió solemnemente. "Lo haré".

"Eso es bueno". Lynette sonrió con complicidad: "Espero que nadie más te traicione. Espero ser la primera y la última, Yvonne. ¡Adiós!".

"¡Adiós!". Yvonne se despidió con la mano.

Lynette la miró por última vez antes de que el guardia de la prisión se la llevara sin mirar atrás.

Yvonne miró al techo y finalmente se dio cuenta de que realmente había perdido a su mejor amiga.

"Señorita". Se acercó otro guardia.

Yvonne parpadeó como si pudiera contener las lágrimas de esa manera. Luego sonrió y preguntó: "¿Qué pasa?".