Amor después del matrimonio romance Capítulo 607

Al escuchar sus sollozos en el teléfono y lo que dijo, Sam supo que ella lo entendió.

Sam suspiró. "Sí, nos equivocamos, pero Henry también tiene sus defectos. Es frío todo el tiempo, por lo que pasamos por alto eso. Pero te perdió a ti y al Amo. Fue él quien más sufrió".

Yvonne seguía llorando. "Pero nunca me lo imaginé. Lo odio por olvidarme, pero nunca pensé en cómo se sentiría cuando escuchara la noticia de mi muerte...".

Sam respondió: "Todos somos culpables. Su amnesia fue la respuesta al dolor que le produjo la muerte de las dos personas más importantes en su vida. Además, también estuvo pasando por una operación en ese momento, por lo que perdió la memoria por el dolor. Él es inocente".

Yvonne se rio de sí misma. “Fui yo la que no confió en él lo suficiente".

Si hubiera confiado en él y le hubiera confesado que estaba viva, tal vez no hubieran pasado tantas cosas malas entre ellos.

“Yvonne, ¿qué vas a hacer ahora? Henry me dijo que no quieres estar con él, pero que no te dejará ir. Tú…".

"No sé". Yvonne se agarró el pelo. "Estoy en problemas, no sé qué hacer".

Sam no la presionó más. "Está bien. No te preocupes. Tómate tu tiempo y piénsalo".

Yvonne no habló más.

Después de que terminó la llamada, dejó su teléfono móvil sobre su escritorio, y era imposible ver su expresión en ese momento.

Poco después, Lisa llamó a la puerta y entró con un documento. Se sorprendió al ver a Yvonne en ese estado. Pensó que estaba enferma y rápidamente trató de ayudarla a levantarse. "Señorita Smith, ¿está bien?".

Yvonne respondió con voz ronca: "Estoy bien".

Lisa se sintió incómoda y le tocó la frente. Se dio cuenta que no estaba caliente y se sintió aliviada. “Me alegra que esté bien, ¿pero qué está haciendo en la mesa? ¿Es su riñón?".

Yvonne se frotó las sienes y preguntó en voz baja: "No, estoy un poco deprimida. ¿Tienes algo para mí?”.

Lisa le entregó el documento. "Este es el informe de inventario del mes pasado".

Yvonne se puso de pie y dijo débilmente: “Está bien, déjalo. Lo veré mañana. Hoy estoy un poco cansada. Me voy".

Al verla así, Lisa no tuvo objeciones. La llevó a su apartamento al ver que no estaba en un buen estado mental.

Al llegar, Yvonne se quitó los tacones altos y regresó a su habitación. Se quedó dormida.

Poco después, la puerta se abrió de repente y una persona alta entró lentamente.

El hombre se detuvo junto a la cama y la miró profundamente.

Después de mirar por un rato, el hombre se sentó al lado de la cama y extendió la mano para tocar su rostro pálido con un suave suspiro.

En ese momento, el teléfono móvil en su bolsillo vibró de repente.

Apartó la mano del rostro de Yvonne y sacó el teléfono móvil de su bolsillo. Era un mensaje de texto.

Era un mensaje de Sam. Henry lo abrió sin dudarlo. Solo había una oración: “¿Está bien Yvonne?”.

Henry echó otra mirada a Yvonne que estaba dormida y respondió: "Sí". Le confirmó a Sam que Yvonne estaba bien y volvió a guardar el teléfono en su bolsillo.

Sam le pidió que fuera a echarle un vistazo a Yvonne, así que se apresuró a ir; pero fue a la compañía de energía primero.

Así que se apresuró a ir, pero fue a la compañía de energía primero. Al enterarse que no estaba allí, fue a su apartamento.

Sam también le contó los motivos por los que se preocupaba por Yvonne, especialmente después de la llamada telefónica entre ellos.

De hecho, Sam tenía razón. Cuando falleció su abuelo, no logró verlo por última vez. Siempre se sintió culpable.

Más tarde, cuando se enteró de que Yvonne también había muerto, no pudo aceptarlo y pensó en morir con ella.

¿Fue por la llamada telefónica con Sam?

Pensando en esto, los delgados labios de Henry se crisparon levemente y respondió en voz baja: "Sam estaba preocupado, así que me pidió que viniera a verte".

Los ojos de Yvonne brillaron después de escuchar esto. "No hay nada de qué preocuparse. Debería irse, Señor Lancaster”.

Henry dijo directamente: “Ese nombre, Señor Lancaster, suena demasiado extraño. No me gusta".

Yvonne frunció el ceño y estaba a punto de hablar.

Luego, dijo: "Solo llámame por mi nombre".

Yvonne no lo escuchó; no lo llamaría por su nombre. Ella se apoyó en la cama y lo miró con ligereza. "Señor Lancaster, debería disculparme con usted".

Henry entrecerró los ojos. "¿Eh?".

Yvonne bajó la mirada. “La principal razón por la que lo odiaba y lo tomé como mi enemigo, fue porque se olvidó de mí y reavivó su amor por Jacqueline, cuando yo más lo necesitaba. En ese momento, pensé que me estaba traicionando y abandonando conscientemente, así que lo odié desde ese momento".

Hablando de esto, una sonrisa amarga apareció de repente en la esquina de su boca. "Pero la llamada telefónica de mi hermano ayer me hizo comprender completamente que mi odio en realidad no tiene sentido. Solo pensé en mí y nunca me imaginé las consecuencias que traería mi muerte para ti. No lo pensé bien, así que lo siento".

Henry no habló y solo la miró. Después de un tiempo, dijo: "¿Todavía me odias?".

Yvonne sacudió la cabeza. "No. Como dije, mi odio no tiene sentido, es ridículo".

Henry se olvidó de ella porque su muerte le trajo un gran dolor y remordimiento, así que bloqueó sus pensamientos para protegerse. De lo contrario, habría colapsado.

Además, llevó a Jacqueline de regreso a la villa para que le hiciera un trasplante de riñón a Yvonne.

Él hizo todo por ella, pero ella decidió odiarlo durante seis años, lo que no debió haber hecho.