Amor después del matrimonio romance Capítulo 686

Henry la miró con tristeza. Luego, bajó su mirada inquieta, él la agarró de la mano y la llevó a la cama.

Henry arrojó a Yvonne directamente sobre la cama.

La cama era muy suave. Yvonne cayó sobre la cama y rebotó un par de veces antes de detenerse.

Al detenerse se sintió mareada y sus ojos estaban oscuros.

Yvonne sacudió la cabeza y trató de sentarse. "¿Qué estás haciendo, Henry Lancaster?".

Pero cuando trató de hacerlo, una figura alta le bajó su cabeza.

La persona la empujó por el hombro hacia la cama.

Yvonne se sintió mareada de nuevo. "Henry Lancaster, ¿qué te pasa? ¿Qué estás tratando de hacer?".

Henry la miró con ojos profundos. "Nada. Solo quiero darte una lección para que sepas cuáles serán las consecuencias si no dices una palabra y desapareces de mí".

Después de hablar, le levantó la barbilla y empezó a besarla.

El castigo de Henry se llevó a cabo hasta el amanecer.

Él miró el rostro adormecido de ella, la tocó suavemente, la cubrió con una colcha, recogió la ropa del suelo y fue al baño a tomar una ducha.

Después de tomar una ducha, volvió a la cama y se durmió con ella en sus brazos.

Durmieron hasta la tarde.

Yvonne se despertó por el hambre. "Mmm...".

Cuando ella despertó, sintió un par de manos alrededor de su cintura. Al ver el rostro de Henry, no pudo evitar pensar en la noche anterior.

Luego frunció los labios rojos y resopló. Ella agarró la mano que tenía en su cintura y la apartó.

Henry se despertó y abrió los ojos de repente.

Viendo el rostro enojado de Yvonne, se frotó las sienes y dijo: "¿Cuándo te despertaste?".

Yvonne volteó la cabeza sin decir una palabra y lo ignoró.

Henry sabía que ella tenía mal genio, pero eso no le molestaba. Él se rio entre dientes y dijo: "¿Tienes hambre?".

Yvonne siguió sin responder.

Sin embargo, su estómago gruñó.

Yvonne se sonrojó de repente y se sintió avergonzada.

Henry sonrió y se sentó en la cama. "Tengo hambre, llamaré al servicio de habitación y te ayudaré", dijo Henry mientras se acercaba para ayudar a Yvonne.

Yvonne le dio una bofetada en la mano y lo miró con fiereza. "¿Quién necesita tu ayuda?".

Henry miró su mano enrojecida, pero no estaba enojado. Levantó las cejas. "Si no quieres mi ayuda, ¿lo harás tú misma?".

Yvonne levantó la barbilla y dijo con seguridad: "¡Por supuesto!".

Henry la miró con cariño. "Está bien. Piénsalo con calma y me avisas. Ahora, date la vuelta y dame la espalda".

Yvonne parpadeó. "¿Para qué?".

Henry dijo con sus finos labios: "Te daré un masaje en los hombros".

Yvonne se dio la vuelta rápidamente cuando escuchó esto.

¿Cómo podría negarse cuando alguien se ofrecía a masajear su hombro?

Al mirar la expresión dinámica de Yvonne, Henry sonrió impotente. Le puso la mano en el hombro y empezó.

Su fuerza era justo la correcta. Yvonne recibió un masaje muy cómodo y sus ojos no pudieron evitar cerrarse. Cuando el agua se enfrió Henry dejó de masajearla.

"Muy bien, te llevaré a desayunar". Henry sacó la bata de baño del anaquel y se la puso a Yvonne.

Con confianza, Yvonne abrió los brazos y, obedientemente, dejó que él se encargara de ella.

Henry también se puso una bata y salió del baño con Yvonne en brazos.

Camino a la habitación, Yvonne envolvió sus brazos alrededor de su cuello y dijo con una sonrisa: "Si esto fuera hace unos años, nunca hubiera imaginado que me atenderías ahora".

Henry arqueó las cejas. "¿Eh?".

Yvonne apoyó la cabeza contra su pecho. "Antes de esto, eras frío conmigo y me ignorabas por completo cuando recién estábamos casados. No me atreví a decirte una palabra. Luego, después de casarnos, te mudaste y desapareciste durante tres años".