Amor después del matrimonio romance Capítulo 79

"Es inútil". Henry dejó su computadora portátil a un lado con una mirada opaca.

“Los Lancaster tienen demasiados enemigos. Podemos retroceder todo el camino si realmente nos ponemos a contar. No será fácil averiguar quién se quedó con mi hermano menor".

"Pero será difícil rastrear al joven Sr. Lancaster de esta manera".

"Lo sé". Henry se frotó el pulgar antes de decir: “Hmmm, deje que la empresa continúe con su investigación. Dado que encontraron el registro del ADN de mi hermano, definitivamente podrán averiguar qué día fue a la cirugía hace diez años, así como también el cirujano que hizo el trabajo".

Incluso cuando la persona detrás de todo esto había borrado todos los documentos rastreables de la cirugía plástica de su hermano menor, el cirujano no habría muerto para sellar el secreto, ¿verdad?

Una vez que encuentren al cirujano, tal vez se pueda averiguar algo sobre su hermano menor.

"Muy bien, le informaré a la empresa". Joe asintió y se giró para irse.

Justo cuando abrió la puerta de la sala, fue sorprendido por Yvonne que estaba afuera.

"Señora, ¿ha vuelto?".

"Sí", tarareó Yvonne en reconocimiento.

Joe se calmó y preguntó con una sonrisa: "¿Regresastes hace mucho?".

"Alrededor de dos minutos".

"Entonces, ¿por qué no entraste?".

Yvonne alzó la comida para llevar en su mano.

"Los escuché hablar, así que iba a esperar hasta que ambos terminaran".

"Ya veo. Por favor, entre ahora, Señora. El Sr. Lancaster y yo hemos terminado". Joe se hizo a un costado para darle paso a Yvonne. Le dio las gracias y entró después de que pasara.

“Henry, he vuelto”. Yvonne se acercó con la comida para llevar.

Henry la miró y tarareó en respuesta.

Yvonne abrió la caja de comida y dijo: “Tengo mucha suerte. Vi un restaurante justo cuando salí del hospital y es uno de nuestra gente. Te traje un poco de caldo de huesos como nutriente".

"¿El caldo de huesos es nutritivo?". Henry arqueó la ceja. ¿Por qué nunca había oído hablar de él?

"Lo es". Yvonne le sonrió.

“Uno se nutre de lo que come. Te hiciste una lesión en el hueso, por lo que es bueno que tomes un poco de caldo de huesos. ¡Prueba!".

Tomó el tazón de caldo y lo sopló antes de pasárselo con ambas manos.

"¡Cuidado, está caliente!".

Henry bebió un poco sin decir nada.

"¿Cómo está?". Preguntó Yvonne mientras lo miraba nerviosamente.

Tomó otro sorbo y le dijo dos palabras. "Esta bueno".

"Que bien". Yvonne se sintió aliviada.

Eso significaba que él aún podía aceptarlo. Ella estaba preocupada de que lo que comprara no coincidiera con su gusto. Después de todo, ella sabía lo exigente que era con la comida.

Parecía que ahora había tomado la decisión correcta.

“Entonces toma un poco más. Compré mucho". Yvonne palmeó las cajas de comida para llevar.

Henry no dijo nada y se llevó el caldo a la boca en silencio.

Sintiendo la incomodidad, Yvonne retiró su mano de las cajas de comida y dudó unos segundos antes de preguntar: “Henry, escuché tu conversación con el Sr. Woods afuera de la puerta hace un momento. ¿Tienes un hermano menor?”.

El movimiento de cuchara de Henry se congeló durante un segundo antes de recuperarse.

"Mm".

"¿De verdad?". Ella estaba asombrada.

Henry la miró de reojo. "¿No lo escuchaste ya?".

"Eh...". Yvonne jugó con sus dedos.

“Lo escuché, pero aún me sorprende oírte admitirlo personalmente. ¿Por qué nunca escuché hablar de que tienes un hermano menor?”.

"Fue secuestrado por el enemigo de los Lancaster cuando tenía dos años", respondió Henry débilmente, dejando su tazón.

"¿Secuestrado?".

"Mm".

Luego, fue al baño.

Por la noche, Henry fue a su chequeo postoperatorio con Joe acompañándolo mientras Yvonne sonreía tontamente para sí misma sentada en el sofá y abrazando la chaqueta del Henry.

Ella no esperaba que él la cubriera con su chaqueta después de que se hubiera quedado dormida. ¿Estaba él preocupado de que ella se resfriara?

Pensando en ello, Yvonne dobló con cuidado la chaqueta de Henry y la colocó sobre su cama.

Su alegría rebosante se desbordó antes de ser interrumpido por una llamada telefónica.

Era de Jason. Recomponiéndose, Yvonne respondió la llamada con una mirada seria.

"Jason".

"Hermana, envíame algo de dinero". El dinero fue lo primero que Jason mencionó en el segundo en que la línea se conectó sin una palabra de afecto.

Yvonne apretó los labios, sintiendo desesperación.

"¿Por qué estás corto de dinero otra vez?".

"¡Siempre he estado corto de dinero!". Jason dijo molesto.

"Rápido, envíame $1,500".

"Nada. Los $300 que te di la última vez es todo lo que tengo. Pregúntale a mamá y papá".

Yvonne se frotó las sienes.

Jason se burló.

“Mamá y papá me pidieron que fuera a verte. Tampoco tienen dinero y no estoy pidiendo mucho esta vez. Solo quiero $1,500".

“¿Crees que $1,500 es poco? ¡Ese es mi salario de dos meses!". Yvonne se estaba volviendo loca.

Jason chasqueó los labios.

"No me importa. Me lo envías de todos modos. ¡De lo contrario, iré por ti!".

"Tú...". Yvonne estaba frustrada y solo pudo calmarse después de unas pocas respiraciones profundas.

"¿Dime para qué necesitas el dinero esta vez?".