Amor después del matrimonio romance Capítulo 87

"No". Yvonne se frotó la nariz torpemente.

Honestamente, ella no podía imaginarse a Henry peleando.

“Muy bien, ¿qué están haciendo ustedes dos afuera? ¡Entren ahora!". Henry, que escuchó su risa juguetona desde la oficina, finalmente ladró, sintiendo que le raspaba los oídos y encendía una llamarada furiosa en su interior.

Sin atreverse a detenerse, Yvonne pasó junto a Shane y entró rápidamente.

"Henry", dijo ella.

Henry la miró con una emoción inexplicable. "Tú...".

"¿Hmm?". Yvonne inclinó la cabeza.

"Nada". Henry apartó la mirada.

En realidad, él quería preguntarle si se sentía incómoda cuando lo escuchaba llamar a Jacqueline por su apodo. Sin embargo, por alguna razón, no pudo vocalizar las palabras, temiendo escuchar una respuesta que no quería.

"Oh...". Mirando al hombre que finalmente se quedó callado cuando parecía que tenía algo que decir, Yvonne frunció los labios con bastante decepción.

Shane no entró en la oficina, sino que miró a los dos mientras se apoyaba en el marco de la puerta.

“Está bien, la interacción entre ustedes dos es incómoda incluso para alguien que está mirando. Henry, ve a donde Jacqueline. Yo la llevaré a un chequeo”.

Señaló a Yvonne.

Henry acercó una silla para sentarse. "Los esperaré aquí".

"¿No vas a donde Jacqueline?". Shane lo miró de manera burlona mientras Henry lo ignoraba con una expresión helada.

Shane no se inmutó por su reacción. Entró en la habitación encogiéndose de los hombros para coger un registro de casos y se lo sujetó bajo los brazos. "Seguro. Entonces espéranos aquí. Vamos".

Yvonne miró a Henry antes de asentir. "Está bien".

Ella fue la primera en salir, seguida de Shane. El hombre se detuvo después de unos pasos y volvió para decirle a Henry con seriedad: "Henry, no me importa lo que pienses de Jacqueline ahora, pero como dices que es imposible entre ustedes dos, es mejor que recuerdes tus palabras".

"¿Me estás diciendo qué hacer?". Henry apretó sus mandíbulas.

Shane ajustó su expresión y volvió a sonreír. “No, no, solo te lo estoy recordando. Yvonne es tu esposa. Incluso cuando piensas que no la amas, hazla tu prioridad número uno y dále el respeto que se merece como tu esposa. De lo contrario, hay personas a su alrededor que están dispuestas a ser mejores con ella".

“¿Estás hablando de ti mismo? Así que...".

"¡Ah!". Shane interrumpió a Henry con un grito, mirando su reloj con una mirada exagerada.

“Lo siento, Henry. Ya es hora. Si no uso el laboratorio, otros médicos lo van a ocupar para sus chequeos. Adiós”. Con sus piernas largas, Shane se alejó, dejando a Henry con la vista de su espalda.

Henry apretó los puños con fuerza. La tormenta en el fondo de sus ojos amenazaba con destruir el mundo. Ahora estaba seguro de que Shane tenía interés en Yvonne. ¡Sus palabras estaban advirtiendo que se llevaría a Yvonne si maltrataba a la chica!

¿Cómo se atreve a proclamar que le robaría a su esposa? Sin embargo, no importaba. Incluso cuando Henry no amaba a Yvonne, ella solo podía ser suya, ¡no de otros hombres que pudieran desearla!

Henry hizo una llamada con el ceño fruncido.

"¿Sr. Lancaster?”. La voz de Joe salió del altavoz.

Henry se acercó a la ventana francesa.

"Haga arreglos para que otro médico se haga cargo de los futuros chequeos corporales de Yvonne Frey".

"¿Otro médico?". Joe preguntó confundido: “¿Qué le pasa al Dr. Summers? Es el mejor cirujano".

A Henry le palpitaban las venas de la frente. “Shane solo estará a cargo de Jack… Jacqueline. Yvonne Frey no estará bajo su cuidado, así que cámbiela a otro médico".

"Está bien, lo entiendo". Joe obedeció.

Henry guardó su teléfono y volvió a sentarse en su lugar para seguir esperando a Yvonne.

Después de aproximadamente dos horas, regresó sola sin Shane. Henry se veía mucho mejor cuando vio eso. "¿Qué fue lo que tomó tanto tiempo?".

“Hice un chequeo de cuerpo completo. Perdón por hacerte esperar tanto". Yvonne sonrió disculpándose.

Sin una respuesta, Henry se levantó para salir e Yvonne rápidamente lo siguió.

Cuando subieron al coche, Henry extendió la mano. "Dame tu teléfono".