Amor, Dulce Amor romance Capítulo 133

Cuando George salió del baño, no vio a Sigrid en la cama y se preguntó dónde estaría.

Pero de repente, sintió un par de manos suaves que le cubrieron los ojos desde atrás, y una voz dulce y agradable le preguntó, "¿Adivinas quién soy?"

"El hada Sigrid", respondió George.

Ella se sintió feliz al escuchar que la llamaba 'hada Sigrid' y decidió darle una oportunidad adicional de elegir esta noche. Harían sus ejercicios nocturnos dos veces y ella aún podría realizar sus actividades al día siguiente, como de costumbre.

Cuando ella retiró las manos de sus ojos, George se dio la vuelta y estaba a punto de llevarla a la cama cuando vio las orejas de gato.

El disfraz que ella vestía, junto con las orejas, le eran familiares. George, que había estado esperando su regalo de cumpleaños, se sintió j*didamente afortunado cuando por fin descubrió su obsequio.

¿Podría él imponerle sus deseos? Ya que estaba vestida de esta forma, ¿sería posible que Sigrid estuviera dispuesta a disfrutar toda la noche?

Los dos disfraces de gatita que Alisa compró eran del mismo estilo, pero de diferente tamaño. La última vez que Sigrid usó un disfraz, la parte superior estaba muy ajustada y ella solo pudo abrocharse un botón. Como no pudo cerrarlo completamente, se tuvo que cubrir el busto con las manos. Pero usando una talla mayor, los botones cerraban perfectamente. Este era el tamaño correcto, que destacaba muy bien su figura.

La mirada de George se desplazó hacia abajo y se detuvo en el pecho de Sigrid. Él sintió que su respiración se agitaba, y continuó mirando hacia abajo. Ella estaba demasiado cerca de él, y el ángulo no permitía apreciarle bien las piernas, así que elevó los ojos y se detuvo en su rostro.

Los ojos de Sigrid eran encantadores y su barbilla un poco afilada. La muchacha tenía las mejillas regordetas y un tanto carnosas. Realmente era adorable, incluso cuando no usaba maquillaje.

Ahora, llevando el cabello con flequillo y sus graciosas orejas de gato, George se sintió completamente fascinado por ella.

Esta chica... ¿cómo podía ser tan cautivadora?

Y lo mejor es que esta gatita era de su propiedad.

Al ver que la mirada de George se tornaba más ardiente, Sigrid se sintió un poco culpable. Si él supiera que solo podrían hacer el amor dos veces esa noche, ¿se pondría furioso?

¡Olvídalo! Él tendría que saberlo tarde o temprano.

"¿Cuándo compraste este disfraz?", preguntó. Su voz ronca daba miedo, como si se estuviera conteniendo por alguna razón.

Sigrid enrojeció levemente. "Hace solo unos días... El anterior me quedaba algo pequeño, así que le pedí a Alisa que comprara uno más grande... como tu regalo de cumpleaños. ¿Te gusta?"

"Sí, me gusta mucho. Póntelo más seguido", dijo George. Entonces la alzó en sus brazos y la condujo hacia la enorme cama.

La depositó suavemente sobre las sábanas, bajó la cabeza para besarla y jugueteó con su cuerpo sin control.

Justo cuando él estaba a punto de quitarse la ropa, Sigrid lo empujó súbitamente y dijo: "¡Espera, tengo otro regalo!"

"¿Hay más?", preguntó George desconcertado. "¿Dos regalos?"

"Uno es por tu cumpleaños y el otro es por el Día de San Valentín", respondió Sigrid echándose a un lado rápidamente. Cogió el portalápiz que ella misma había hecho y se lo entregó. "E-esto, cada vez que extraigas un palillo..."

"Está bien, lo haré mañana". George no quería preocuparse por el portalápiz en este momento, solo estaba interesado en hacer el amor. Aunque era lindo, ahora no le importaban los palillos.

Estaba a punto de dejar el portalápiz a un lado para seguir besándola, pero ella lo detuvo. "¡No!, tienes que elegir uno ahora mismo y leer lo que está escrito en él..."