Amor, Dulce Amor romance Capítulo 140

Elizabeth se cambió sus zapatos de tacón alto por un par de cómodos zapatos planos y salió.

No le costó mucho trabajo ubicar a Loris y enviarle un mensaje informándole que tenía algo importante que decirle en persona.

Elizabeth invitó a su hermana al patio de recreo, donde la familia Andrew realizaba su entrenamiento de resistencia.

Cuando por fin llegó al lugar de la cita, Loris ya había estado esperando allí durante diez minutos.

"¿Ni siquiera puedes ser puntual? Fuiste tú quien me pidió que viniera, ¡he estado esperando aquí durante diez minutos!" Loris entrecerró los ojos y miró con enojo a Elizabeth.

Pero esta se limitó a decirle en tono burlón: "Ya veo".

"¿Qué diablos quieres decirme?" Loris, que no esperaba una disculpa de Elizabeth, no se tomó en serio su actitud.

"¿Qué pretendías con esos comentarios frente a Lucas hace un momento?" Elizabeth agarró el cuello de Loris y la acercó más.

Sorprendida, Loris inmediatamente gritó: "¡¿Qué?!".

"¿Por qué le dijiste que he traído a otros hombres a casa antes?"

"¡Oh, eso! Solo quería probar tu relación con él. ¿Por qué? ¿Será que él te gusta, pero tú a él no?" Loris estaba un poco asombrada, aunque se las arregló para soltar unas carcajadas: "Ja ja ja, muy pocos hombres tolerarían ese carácter tuyo. Estoy segura de que no le gustas a él, y menos ahora que piensa que llevas una vida promiscua. No hay esperanza para ti. Lo siento de veras, Elizabeth, no fue mi intención hacerlo. ¡Ja ja ja!".

Justo mientras Loris reía alegremente, Elizabeth le hizo un corte en la parte expuesta de su brazo, con una pequeña cuchilla que traía oculta.

"¿Qué estás haciendo?", gritó Loris con incredulidad. Mirando el tajo ensangrentado en su brazo, su rostro se puso pálido al ver que la sangre brotaba de la herida. Estaba a punto de maldecir, cuando sintió un golpe en la nuca y se desmayó.

Elizabeth no la ayudó mientras se deslizaba hasta el suelo. Simplemente, sacó un pequeño tubo de su bolsillo y dejó que la sangre de Loris fluyera hacia el interior.

Quizás el corte que le había hecho fue demasiado profundo, porque una vez que el tubo quedó completamente lleno, la sangre seguía saliendo de la herida.

Elizabeth sacó un medicamento y lo aplicó en el brazo de Loris para detener el sangrado.

Después de hacerlo, agarró a la muchacha por el cuello de la camisa y tiró de ella, como si estuviera arrastrando un cadáver en busca de un lugar para enterrarlo.

En ese momento Christian, que terminaba una sesión de entrenamiento, se encontró la macabra escena.

El joven vio con asombro a Elizabeth arrastrando el cuerpo de Loris, que parecía muerta. Solo Dios sabía el trauma que le causó semejante visión.

Se quedó quieto durante unos segundos, y de pronto echó a correr y se detuvo frente a Elizabeth.

"Tú... ¿Cómo pudiste ser tan tonta? ¡No importa cuánto desprecies a Loris, no puedes matarla! ¡Es tu hermana!" Christian presionó los hombros de Elizabeth, su rostro nublado por el horror.

Elizabeth puso los ojos en blanco. "¿De qué di*blos estás hablando?"

"Se acabó, estás perdida. Si nuestros padres descubren esto, ¡estarás muerta!" Christian estaba ansioso. Ha perdido ya a una de sus hermanas, si Elizabeth muera, ya solo le queda Sirgrid.

La joven frunció el ceño y dijo: "Ella no está muerta. Solo está inconsciente".

"¿Ah? ¡Oh!..." Christian finalmente se calmó. Entonces, Elizabeth empujó a Loris a los brazos de su hermano bruscamente y le dijo: "Llévala de vuelta".