Amor, Dulce Amor romance Capítulo 48

'¡Espera, espera, espera! A este tipo no le importa con quién se case. Incluso si quisiera convertirnos en una pareja real, probablemente solo quiera un heredero. ¡Entonces no tendría que preocuparse de que sus padres lo presionen!', pensó para sí misma.

Sigrid lo empujó rápidamente y salió de la bañera para buscar su ropa. "Toma tu tiempo. Te daré un poco de privacidad", dijo.

La sirvienta había colocado la ropa unos metros alejada del baño. Sigrid miró la ropa y giró la cabeza para ver si George seguía viendo. Se mordió el labio con el rostro enrojecido. Ella pensó que, incluso si se lo pedía, él no se daría la vuelta, así que le dio la espalda y siguió caminando por la habitación.

¡Se aseguró a sí misma en silencio que no había nadie detrás de ella!

Cuando vio su espalda brillando con gotas de agua, los ojos de George se oscurecieron.

Estaba seguro de que esa chica tonta no se levantaría frente a él sin ropa, así que no la detuvo. ¡No esperó que fuera tan audaz como para atreverse a seducirlo!

'¿No le preocupa que llegue a hacer algo?', se preguntó.

De hecho, Sigrid estaba muy nerviosa. Quería ponerse su pijama, pero su cuerpo todavía estaba mojado. Las plantas de sus pies también se encontraban mojadas, se movía tan rápido que resbaló, cayendo torpemente al suelo con un ruido sordo.

Sigrid estaba tan adolorida que su cara se arrugó. Hubiera sido mejor caminar despacio. Ahora, tenía que sufrir ser observada por él por un poco más de tiempo…

George se alarmó y corrió hacia ella. "¿Te lastimaste?"

"Me duele el pecho…", gimió Sigrid. ¡Sentía como si todo el peso de su cuerpo se presionara contra su cuerpo y estuviera a punto de aplastarla!

George quedó sin palabras. Quería atender su herida, ¿Por qué lo tentó?

Hace un momento, cuando él la levantó del suelo, pudo sentir los fuertes músculos de su cuerpo. Ahora, con solo mirar su espalda, podía notar que había estado ejercitando con regularidad.

Esta mañana realmente había deseado saber si llevaba ropa y se olvidó de sentirlo claramente.

George salió rápidamente del baño. Esta vez estaba envuelto en una toalla de baño. Sigrid miró la toalla que podía cubrirla por completo, desde las axilas hasta su trasero, pero a él solo podía cubrirlo desde la cintura hasta los muslos. No pudo evitar maravillarse de lo largas que eran sus piernas.

Tomó una toalla y acarició el cabello mojado en su nuca. Luego preguntó: "¿Todavía te duele? ¿Estarán hinchados?"

El rostro de Sigrid que, recién se enfriaba, se puso más rojo. "¡Eso no es asunto tuyo!"

'Si sus senos estuvieran hinchados… ¿No se verían más grandes?', reflexionó.