Resumo de Capítulo 75 – Uma virada em Amor, Dulce Amor de Internet
Capítulo 75 mergulha o leitor em uma jornada emocional dentro do universo de Amor, Dulce Amor, escrito por Internet. Com traços marcantes da literatura amor después del matrimonio, este capítulo oferece um equilíbrio entre sentimento, tensão e revelações. Ideal para quem busca profundidade narrativa e conexões humanas reais.
Sigrid nunca pensó que la señora Toland fuera a preocuparse por su vida marital.
'¡No, no, no. Ese no es el punto!
'¿Qué tenía que ver la actitud fría de George con ignorarla en la cama? ¿Qué ella debía tomar la iniciativa?'
¡Estaba equivocada!
¡Absolutamente equivocada!
¡No era frío en absoluto! Era muy entusiasta, ¡cómo si no quisiera dejarla sola ni una noche! Él tomaba la iniciativa cada vez, por lo que ella no tenía que si quiera preocuparse.
Sigrid se encontraba algo conflictuada, pero enseguida se dio cuenta de que algo andaba mal. El uniforme de enfermera, las ropas de sirvienta... ¿No habían sido preparadas por la sirvienta?
Sigrid no recordaba el nombre de la sirvienta, pero ahora que escuchó a la señora Toland, lo entendió.
La 'Alisa' a la que la señora Toland se refería debía ser esa sirvienta. La razón por la que hizo esa decisión 'por su cuenta' fue porque reportó la situación a la señora Toland y entonces, ella le pidió que comprara los trajes.
En otras palabras... ¡Alisa era una espía enviada por la señora Toland!
En ese momento, Alisa, quien seguía en la mansión, estornudó con fuerza.
"A él... debió gustarle". Sigrid se sentía muy apenada de decirle esto a la madre de George.
En realidad, sintió que a George no le interesó tanto el uniforme de enfermera. El traje de sirvienta estuvo bien, pero lo que pareció gustarle más fue el traje de gatita.
Recordaba que, el día en que insistió en aprovecharse de ella, él le dijo algo sobre que las orejas de gato le quedaban bien...
'¡No, no, no. No puedo tener pensamientos tan sucios!'
"No lo creo, ¡tenemos que asegurarnos de que le guste! Cuando vuelvan de su luna de miel, le pediré a Alisa que prepare más, ¡puedes usar uno diferente cada día!", dijo la señora Toland con una expresión seria en el rostro.
'Espera, espera, espera - ¡no me metas en problemas!', pensó Sigrid, internamente.
Cerca de ahí, a George le pareció escuchar vagamente algo como 'ropas de sirvienta', 'uniforme de enfermera' y 'Alisa'. No pudo evitar sonreír y le dijo a su padre. "Es tarde. Deberíamos irnos".
"Ya que es tarde. Deberían quedarse aquí. No has venido a la vieja mansión en un tiempo", dijo el padre de George, pidiéndole que se quedara.
"No", George se negó sin pensarlo. "Estoy acostumbrado a vivir solo".
El padre de George suspiró impotente. Su hijo había crecido y parecía no gustarle volver a la mansión para quedarse.
Sigrid pensó en cómo terminar la conversación con la señora Toland cuando fue llamada por George.
Corrió felizmente hacia él. Después de despedirse de sus padres, se subió al auto.
En el auto, suspiró aliviada y le preguntó a George. "Alisa, la sirvienta, ¿es espía de tu madre?"
"No, es mío", respondió George.
"¿Ah?", Sigrid se sentía aturdida, ¿qué demonios era esto? Si era de George, ¿por qué le diría a la señora Toland que George quería comprar un traje de conejita y de gatita?
"Aunque es de mi parte a vez también le informa a mi madre sobre la situación". Por ejemplo, sobre su vida privada. Nada realmente importante. No le molestaba.
Sigrid asintió.
De vuelta en la villa, Sigrid salió del auto y miró a Alisa siguiendo al mayordomo. Le lanzó una mirada resentida y se fue con George.
Alisa se quedó con una mirada perpleja en el rostro.
"¿Ofendió a la señora?", el mayordomo miró a Alisa.
Sigrid miró a la dirección de donde provenía la voz y miró a una mujer con maquillaje cargado, apuntándola con el dedo.
Sintió que esta persona le parecía un poco familiar y fue entonces que recordó. Esta era la mujer que la había dejado en vergüenza el día en que fue al supermercado con George a comprar c*ndones.
La mujer la acusó de tomar un carrito de compras a propósito para atraer la atención de un hombre con barriga cervecero y discutieron.
La mujer aparentemente la recordaba. Después de ayudar a los dos niños a levantarse, miró a Sigrid de arriba a abajo con desdén. Al ver que seguía vistiendo de manera discreta, sonrió y dijo: "Señora Toland, es usted. ¿Qué la trae a este pequeño lugar para la cena?"
Sigrid sonrió cortésmente y dijo: "Estaba de paso".
"Oh, ya veo. Pensé que tal vez el señor Toland la había dejado y por eso se rebajaba a venir a un lugar como este".
Al escuchar sus extrañas palabras, Sigrid no intentó discutir y estaba lista para marcharse. Inesperadamente, la mujer la tomó de la manga. "Espera. Golpeaste a uno de mis hijos, ¿vas a irte así?"
"No los golpeé. Ellos corrieron hacia mi mientras jugaban, sólo los evité". Sigrid frunció el ceño y miró asqueada la mano que sostenía su manga.
Odiaba ser tocada por extraños, incluso si solo era su manga.
La mirada en sus ojos irritó a la mujer. La mujer entrecerró sus ojos saltones y dijo fríamente. "¡Claramente te vi golpear a mi hijo! ¡Si no vas a disculparte o a compensarme, no podrás irte!
Sigrid apartó su mano. "Hay una cámara de video aquí. Antes de mentir, deberías pensar antes."
"¿Cámara? ¡La cámara ha estado rota por mucho tiempo!" La mujer se burló y miró al mesero a su lado con ojos amenazantes, "¿no es así?"
El mesero la miró con temor y asintió.
Sigrid entrecerró sus hermosos ojos. Dedujo que el mesero debía conocerla y, por eso se ponía de su lado. El monitor de la cámara estaba obviamente funcionando.
"Mi hijo es tan frágil. Puedes compensarlo con un millón", la mujer sonrió orgullosa.
Comentários
Os comentários dos leitores sobre o romance: Amor, Dulce Amor