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Chaves de pesquisa: Amor, Dulce Amor Capítulo 81
Sigrid, completamente inconsciente de lo que traería la noche, se preguntó por qué George de repente le estaba haciendo esa pregunta. Ella lo miró confundida y esperó a escuchar lo que él diría a continuación.
Con sus ojos claros mirándolo, George comprendió por primera vez lo que significaba estar nervioso. Pensó en el discurso que había preparado para ese momento y escuchó lo que Sigrid le había dicho, respecto a que no habían tenido una propuesta de matrimonio como tal. Así que, se puso de pie, fue detrás de ella y tomó las flores que tenía consigo el mayordomo.
Siguiéndolo con la mirada, Sigrid se dio la vuelta solo para descubrir que el mayordomo estaba detrás de ella. Miró hacia abajo y su mirada se posó en el ramo de flores que sostenía George. Pensando de nuevo en lo que George acababa de decir, su corazón comenzó a latir más rápido.
¿Acaso era lo que ella sospechaba?
George se dio la vuelta y le permitió ver la pequeña caja roja que estaba adherida al ramo. Sigrid al verla se sonrojó por un instante.
¿Era eso... un anillo de compromiso?
Sigrid miró el anillo de bodas en su dedo, el cual valía más de un millón, y se sintió mareada. ¿Él había comprado otro anillo?
'Debe ser muy rico. Pero ¡incluso si no le falta el dinero, no debería gastarlo así! ¿No sería mejor si me da el dinero en efectivo?', pensó para sí misma.
Sigrid bajó la cabeza y nerviosamente agarró el dobladillo de su vestido, sin atreverse a mirarlo.
Estaba muy avergonzada y rápidamente apartó la vista cuando él se acercó a ella.
George tomó el ramo con una mano y acarició el rostro de Sigrid con la otra, luego dijo: "Quiero que nos volvamos a casar. ¿Te casarías conmigo?".
Sigrid estaba a punto de decirle que no había necesidad de meterse en tantos problemas, pero en eso vió que él ya se había arrodillado...
La expresión de su rostro era como si hubiera presenciado una escena terrible en un thriller. Nunca en su vida hubiera imaginado ver a George arrodillarse ante alguien. Ni siquiera cuando George había sido su cuñado, y sabiendo que él y Rebecca habían decidido casarse, la imagen de George arrodillándose y proponiéndole matrimonio a su hermana no era algo fácil de imaginar.
Incluso tenía la sensación que él y Rebecca habían decidido casarse, pero que había sido solo un aviso formal por parte George, diciéndole a Rebecca el mes y la fecha de su boda.
Suponiendo que él hubiera querido pedirle que se casara con él, Sigrid pensaba que solo se lo pediría verbalmente para luego darle las flores y el anillo. Pero lo que él había hecho era algo sin precedentes.
Mirándolo de rodillas, Sigrid sintió que su cerebro iba a explotar. La duda se apoderó de ella. Siempre había creído que era imposible que George estuviera enamorado de ella, pero ya no estaba segura.
Él era tan poderoso. Si solo quisiera perpetuar su linaje, ¿por qué tenía que arrodillarse ante ella para proponerle matrimonio? Si Sigrid se negaba, ¡él podría divorciarse de ella y luego volver a casarse con alguien más! Habían muchas mujeres que querrían darle un hijo y convertirse públicamente en la señora Toland, pero él... parecía preocuparse mucho por ella.
Sigrid lo miró con vergüenza. Al ver que las personas a su alrededor los estaban viendo, dijo: "Nosotros ... ¿no estamos casados ya? No es necesario que nos tomemos tantas molestias en eso. ¡Levántate! ¡La gente está mirando!"
"Quiero tener una boda que sea genuinamente nuestra", dijo George con una mirada profunda. Aunque no le había dicho que no tenía intención de levantarse, sus ojos le decían a Sigrid que si ella no estaba de acuerdo, él no volvería a pararse.
Sigrid realmente quería burlarse de la situación para ver si él seguía arrodillado al ver que ella no estaba de acuerdo con eso. Él había estado en esa posición por un tiempo, y ella comenzó a notar que más y más personas los miraban. Si lo pensaba bien, ella sería quien necesitaría arrodillarse cuando regresaran a casa.
"Está bien, me casaré contigo", asintió con la cabeza.
En ese momento, ella no tenía idea de lo que significaría aceptar su propuesta. Cuando George sacó el anillo, ¡su corazón se derritió!
¡Ese era un gran anillo de diamantes! El hombre era adicto a comprar anillos de compromiso.
Tener que llevar dos anillos tan valiosos estresaba a Sigrid. Ahora tendría mucho miedo de que le robaran cuando saliera.
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