Amor profundo escondido de él romance Capítulo 111

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Loraine reaccionó rápidamente a los gritos y se dio la vuelta al instante. Vio el rostro pálido de Mabel y fue como si su alma ya no estuviera intacta con su cuerpo. Su rostro se puso furioso de ira. "¿Qué te pasa? ¿No te dije que fueras amable?"

"No puedo ser más amable." Everleigh se quitó los guantes y los tiró a la papelera de reciclaje. Luego, descorrió las cortinas y salió.

Loraine alcanzó a Everleigh. "Detente ahí mismo. ¡No he he dicho que puedas irte!"

Everleigh siguió caminando hacia adelante como si no la hubiera oído. Sus ojos se posaron en la conmoción de la sala de emergencias. Un hombre con la cara sonrojada gritaba sosteniendo un cuchillo en la mano. La gente alrededor estaba asustada y no paraba de gritar.

"Dra. Trevino," una voz llena de pánico vino de su lado.

Everleigh ordenó con calma: "Dígales a los guardias de seguridad que evacuen a la multitud primero y luego llamen a la policía."

"Está bien, llamaré a los guardias de seguridad de inmediato."

"¿Dónde está el Dr. Meyer?" Preguntó Everleigh.

"Todavía estaba allí en este momento, pero desapareció en un abrir y cerrar de ojos."

"Olvídalo. No te preocupes por él." Everleigh frunció el ceño y miró a su alrededor. "Llama primero a seguridad y vigila la puerta para que los pacientes que están fuera no entren."

"De acuerdo."

Después de que Jenny se fuera, Everleigh se acercó lentamente al hombre con el cuchillo, mientras ayudaba casualmente a una mujer embarazada que casi se cae a un lado. "Ten cuidado."

"¡Todos ustedes son pésimos médicos!" Obviamente, el hombre, Paul, estaba ebrio. Nadie sabía de dónde venía. Estaba cubierto de lodo y tenía rasguños en la cara. Su piel oscura también goteaba sangre, lo que lo hacía parecer aterrador.

"Usted asesinó a mi esposa e hijo ¡Todos ustedes, médicos pésimos, merecen ir al infierno!"

Everleigh caminó con cuidado por el lado del pasillo para llegar frente a él, tratando de comunicarse con él. "Cálmate. Puedes decirnos lo que sucedió primero. No importa lo que haya sucedido, podemos comunicarnos entre nosotros,"

Paul inmediatamente la apuntó con el cuchillo. Tan pronto como la vio con una bata blanca, su rostro cayó. "Eres médica en este hospital ¡Por supuesto, hablarás por el hospital!"

Everleigh se miró a sí misma. Inmediatamente se quitó la bata y la tiró a un lado y dijo con calma: "Bebiste demasiado. No soy médica. Solo soy un transeúnte."

Paul estaba muy borracho. Sus pies tropezaron con incertidumbre y su visión se nubló. Everleigh tiró su bata blanca. Estuvo en trance por un tiempo y de repente se quedó perplejo. Sin embargo, él todavía sostenía el cuchillo cuando estaba frente a ella. "Si no eres médica en este hospital, ¿por qué hablas por ellos?"

"No estoy hablando por ellos, estoy hablando por ti."

"¡Tonterías! ¡Este hospital mató a mi esposa y a mi hijo!"

Everleigh se acercó a él sin cambiar su expresión y dijo en un tono tranquilo: "Si tu esposa y tu hijo todavía estuvieran vivos, ¿querrían verte así? ¿No tienes una madre que cuidar en casa? Tu madre tiene ya setenta años y no tiene buena visión. ¿Quieres dejarla sola sin nadie que la cuide?

La multitud circundante había sido evacuada a una distancia relativamente segura por los guardias de seguridad. Todos contuvieron la respiración atentamente y se mantuvieron alejados de ellos. Después de todo, era difícil hacer entrar en razón a un borracho. En ese momento, solo Everleigh y Paul estaban dando vueltas alrededor del centro de la sala de emergencias.

Después de escuchar la palabra "madre", Paul parecía haberse calmado un poco. Su mano, que sostenía el cuchillo, tembló. Sus ojos aturdidos estaban llenos de remordimiento y arrepentimiento.

Everleigh se acercó a él con cautela de nuevo. "Deja el cuchillo y puedes empezar de nuevo. Eres joven y estás perfectamente saludable. Puedes hacer cualquier cosa para mantener a tu madre y a ti mismo. Si lastimas a alguien, pasarás el resto de tu vida en prisión ¿Qué va a hacer tu madre entonces?"