Amor profundo escondido de él romance Capítulo 34

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A Everleigh aquella voz le sonaba familiar, así que, sin necesidad de echar una ojeada al espejo, descubrió que se trataba de Selena, quien, aún enfundada en un abrigo blanco, se cruzó de brazos y estudió a Everleigh."Si no hubiera conocido al Sr. Godfrey hoy, me lo habría creído", le dijo en tono burlón. Al oír esto, Everleigh preguntó, frunciendo el ceño: "¿Creído qué?"

"Deja de hacerte la tonta", dijo Selena, y un destello de peligro brilló en sus ojos. "¿Acaso esperas seducir a cualquier chico con tu linda cara? Tienes dos hijos y eres la oveja negra de la familia Trevino. ¿Es que crees que alguien como Theodore buscará la compañía de alguien como tú? ", dijo con una expresión de burla y desprecio.

Los comentarios de Selena fueron tan rudos e irritantes que Everleigh apretó los puños y preguntó en tono de incredulidad: "Selena, ¿desde cuándo eres tan grosera? ¿Quién te enseñó a actuar así?"

Su hermana menor había sido una niña serena. Everleigh se había marchado cuando Selena todavía estaba cursando la escuela secundaria. Transcurridos siete años de su partida, Everleigh apenas podía reconocer a su hermana.

"¿Qué tiene que ver contigo? Es la cruda verdad", dijo, tras lo cual Selena miró a Everleigh con desdén y agregó: "Josephine es la prometida de Theodore. Si mal no recuerdo tú eras la mejor amiga de ella, ¿verdad? Es gracias a ella que lo conoces ...". Al pronunciar estas palabras, Selena estaba insinuando que Everleigh estaba traicionando a su mejor amiga, lo que hizo que el rostro de Everleigh se ensombreciera. "No es así", se defendió Everleigh "¿Entonces cómo son las cosas?, replicó Selena.

"Este asunto no es de tu incumbencia", replicó Everleigh, que no se mostraba dispuesta a hablar de su pasado, pues era obvio que Selena estaba intrigando contra ella y Theodore.

"¿Que no es de mi incumbencia, dices? Te quedas callada porque te avergüenzas de tu actitud, ¿no es así? Me asombra que pretendas conquistar a la pareja de tu mejor amiga. ¡Vaya, Everleigh, veo que te subestimé!, pero, afortunadamente, la familia Trevino se deshizo de ti antes de que hicieras algo más deplorable ". Pese a que estos comentarios sarcásticos de Selena tocaron en lo vivo a Everleigh, esta no dejó traslucir su dolor.

Un destello de ira brilló en los habitualmente serenos ojos de Everleigh y, bajando el brazo, se irguió en toda su estatura. "¿Eso era todo lo que querías decirme?", repuso Everleigh. Everleigh era más alta que Selena, de manera que esta se sintió intimidada. "¿Qué haces?", preguntó Selena, al tiempo que retrocedía.

Mirando a Selena con frialdad, Everleigh comentó: "Óyeme bien, mi relación con Theodore no te atañe. Sabes que él se va a casar, así que deberías mantenerte alejada. Insistes en sacar a relucir la reputación de la familia Trevino, así que tu actitud debe ser coherente con aquello que predicas. Eres la hija de la familia Trevino y una celebridad, así que en vez de tratarme con desprecio deberías preocuparte por tu propio comportamiento ". Tras oír esta diatriba, Selena no logró articular palabra.

"¿Antes de que hiciera algo más deplorable, dices? Piensa en que tú se le estás insinuando a un hombre comprometido, así que si papá se llega a enterar de ello, a ti también te expulsarán de la familia Trevino, ¿no es así?", dijo Everleigh."¿Acaso me estás amenazando?", replicó Selena, y su rostro se transformó."Si se te ocurre decírselo a papá ...", refunfuñó."Deberías pensarlo mejor", le advirtió Everleigh, mirando a Selena con frialdad, y luego se fue, pero, en el momento en que Everleigh pasó junto a Selena, una ráfaga de viento frío levantó el abrigo de esta, haciéndola estremecerse inexplicablemente.

Los pasos de Everleigh se perdieron en la distancia, y entonces Selena comenzó a razonar. Había advertido que algo no cuadraba, pues Everleigh había amenazado con acusarla ante su padre, pero carecía de pruebas que sustentaran sus afirmaciones. Además, ¡Selena no había hecho nada indebido! ¿Acaso Everleigh la había engañado? El semblante de Selena se ensombreció ¡Esa mujer era detestable! ¡No había cambiado un ápice!