Todo el mundo miraba con fijeza a Adrienne mientras saltaba. Ella corrió hacia el hombre que acababa de hacer su aparición en la entrada del edificio y se aferró a su pierna.
Ella levantó la cabeza y lo llamó con su dulce voz: "Papá". Su voz resonó en el vestíbulo.
La multitud no podía creer la escena que se desarrollaba ante sus ojos. ¿Acaso lo había llamado papá?
¿Acaso lo había llamado papá?
Las recepcionistas miraron a Adrienne con incredulidad, al tiempo que se oían murmullos entre la multitud.
"¿Acaso es mi imaginación? ¿No es ese el señor Godfrey?"
"Es el Sr. Godfrey, en efecto."
"Adrienne ... ¿Adrienne llamó al Sr. Godfrey 'Papá'?"
"Yo también escuché que lo llamaba así."
La multitud se quedó en silencio.
El hombre se apeó del coche y Adrienne se aferró a su pierna en cuanto él entró en el vestíbulo. Se trataba del presidente del Grupo Godfrey, el Sr. Theodore Godfrey.
"Sr. Godfrey". Moses se encontraba de pie junto a Theodore, desconcertado.
Todos los colaboradores, que habían acudido a una reunión con Theodore, se miraron mutuamente, confusos ante lo que veían.
Todos sabían que Theodore tenía una prometida, pero la pareja aún no había celebrado su boda, así que, ¿cómo era posible que él tuviera una hija?
Theodore no lograba mantener la compostura, que era su sello característico. Inclinó la cabeza para mirar a la pequeña niña que colgaba de su pierna, y al percatarse de que se trataba de Adrienne dio un respingo, incapaz de ocultar su sorpresa, y exclamó: "¿Adrienne?"
Adrienne alzó la vista y le lanzó una amplia sonrisa a Theodore. "Papá, Alastair y yo te hemos estado esperando".
Theodore vio a un niño que caminaba tranquilamente, sosteniendo la mochila de mariquitas de Adrienne. El infante, quien fruncía los labios y parecía demasiado maduro para su edad, también estaba mirando a Theodore.
Gabriel Harper, uno de los colaboradores, preguntó: "Sr. Godfrey, ¿son ellos su hija y su hijo?"
Theodore recobró el dominio de sí mismo, pero no dio explicación alguna respecto a la identidad de los niños. Simplemente se mostró indiferente y dijo en tono de disculpa: "Sr. Gabriel, Sr. Carter, lo siento, pero hay un asunto importante que reclama mi presencia. Por favor, tengan la amabilidad de esperarme en la sala de conferencias. Me reuniré con ustedes en breve".
"De acuerdo". Los dos colaboradores sonrieron, mostrándose muy comprensivos.
Theodore le lanzó una mirada cómplice a Moses.
"Sr. Gabriel, Sr. Carter, acompáñenme, por favor", indicó Moses a continuación.
Cuando Moses y sus colaboradores se alejaron, Theodore se arrodilló lentamente para que sus ojos quedaran a la altura de los de Adrienne, y luego preguntó: "¿A qué han venido chicos? ¿Dónde está su madre?"
"Mamá está en el trabajo. Alastair y yo estábamos aburridos, así que decidimos venir a jugar contigo, papá".
Los ojos de Adrienne se curvaron cuando sonrió. Sus ojos brillaban tanto como las estrellas en el cielo nocturno. Probablemente ella había corrido hacia él, lo cual explicaría la fina capa de sudor que cubría la frente de la niña. Su flequillo estaba húmedo, pero su rostro era fino y dulce.
La máscara de hielo que hasta entonces había cubierto el rostro de Theodore se derritió y sus ojos recuperaron la calidez. "Marchémonos. Los llevaré a ti y a tu hermano arriba", señaló, tendiéndole la mano a Adrianne.
Numerosos empleados del Grupo Godfrey se habían congregado en el vestíbulo, así que no resultaría conveniente que los tres sostuvieran una conversación allí.
Adrienne se abalanzó sobre Theodore y, con su voz de niña mimada, le dijo: "Quiero un abrazo".
...
Las recepcionistas se cubrieron la boca con la mano en señal de incredulidad. Con ojos como platos, vieron cómo Theodore alzaba a Adrienne y permitía que le abrazara el cuello.
Adrienne le dio un beso húmedo en la mejilla a Theodore y éste la contempló con afecto. Luego, agitó la mano para saludar a Alastair y se encaminó al elevador en compañía de los chicos.
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