Amor profundo escondido de él romance Capítulo 42

Yoreast Hills Garden era una remota residencia de lujo en Ocpeace. El valor de una de las villas de treinta acres sin renovar comenzaría en, aproximadamente, 3.5 millones de dólares.

La madre de Theodore, Madison Allen, vivía allí.

El césped estaba prolijo y uniforme. El sol de la mañana brillaba intensamente y el olor a té de Ceilán impregnaba el aire. Una mujer elegante hojeaba una revista bajo una sombrilla. Llevaba un vestido Chanel beige. Si bien ya había pasado los cincuenta, su piel bien cuidada no evidenciaba arrugas visibles alrededor de sus ojos.

—Tía Madison.

—¿Josephine? —Madison levantó la cabeza sonriéndole—. Ven, toma asiento.

Los sirvientes inmediatamente acercaron una silla para ella. Mientras se sentaba, otro sirviente le sirvió una taza de té.

La familia Godfrey tenía un servicio muy bien entrenado y cumplían sus deberes con precisión. Cualquiera de ellos habría sido mejor que los de la familia Bailey.

Josephine se sintió avergonzada por el comportamiento de sus propios sirvientes. Al instante, enderezó la espalda para parecer severa. Sin embargo, su tono fue congraciador cuando habló.

—¿Cómo estás, tía Madison? Estuve ocupada con la boda así que no pude visitarte antes y Theodore siempre está ocupado, pero él también debería venir más seguido.

—Los hombres deben concentrarse en sus carreras. Conozco a mi hijo. —Madison mantuvo una cara seria, pero sus cejas la hacían lucir feroz e intimidante—. Tengo buena salud y estoy bien; ustedes dos deberían hacer su vida tranquilos, no hay necesidad de preocuparse por mí.

Madison tenía un carácter fuerte y, por lo general, distante. Josephine sabía que la relación entre Theodore y su madre era simplemente aceptable. Por lo tanto, nunca trató de acercarse demasiado a Madison.

Sin embargo, la opinión de Madison todavía cargaba peso en ciertos asuntos cuando se trataba de Theodore.

—Theodore me dijo que pasara a verte, ya que está ocupado con el trabajo y no puedo ayudarlo. Como cuento con este tiempo libre, pensé en visitarte de parte suya y quitarle una preocupación.

—Eso es muy amable de tu parte —Asintió—. Toma un poco de té.

—De acuerdo. —Josephine bajó la cabeza para tomar un sorbo, pero estaba distraída.

Después de charlar un rato de trivialidades, le presentó el cuadro a Madison. —Oh, casi lo olvido...

Le hizo una seña al sirviente para indicarle que le trajeran su regalo.

—Conseguí este cuadro de una exposición de arte en West Haven el mes pasado. Escuché que te gusta el artista, así que te lo compré.

El sirviente se detuvo frente a ella mostrándole el cuadro. Madison lo miró y, sorprendentemente, pareció complacida. —No está mal —Elogió—. Tienes buen gusto y es raro encontrar a alguien que comparta gustos similares. Me alegra que no seas como esas personas que pretenden saberlo todo.

Josephine podía leer entre líneas y sabía de quién se estaba burlando. —El arte puede ser difícil de entender. Ser capaz de dibujar no lo convierte a uno en un artista, pero hay muchos aspirantes a serlo.

Madison estaba complacida con aquel comentario; su rostro rígido se relajó y, después de charlar un rato, empezó a preguntar sobre la boda.

—¿Cómo van los preparativos de la boda? Si hay algo que necesites, házmelo saber. Después de todo, eres la nuera de la familia Godfrey. Me siento mal por dejarte preparar todo por tu cuenta.

—Todo va bien. Además, no tengo de qué preocuparme porque Theodore contrató a un organizador de bodas; solo necesito hacer una lista de invitados.

Josephine hizo una pausa antes de continuar. —Tía Madison, creo que debería contarte algo, así estarás preparada.

—¿Qué cosa?

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