Bebé adorable en la puerta: Mami, por favor firma romance Capítulo 1008

Antes de que Jiang Sese pudiera responder, Shang Ying habló primero. “Fengchen confía en ustedes dos, por eso les ha entregado todo”.

Jiang Sese se apresuró a concordar. “Así es, confía en ustedes”.

“Es un gran honor obtener la confianza del Presidente Jin”. Shangguan Yuan sonrió y no dijo nada más.

Ya era más de la una de la tarde cuando habían terminado de comer. Acababan de salir del restaurante cuando el celular de Jiang Sese sonó de repente.

Era Jin Fengchen.

“¿Es Fengchen?”, preguntó Shang Ying.

Jiang Sese asintió, antes de apartarse.

No se dieron cuenta de que la cara de Shangguan Yuan se volvió instantáneamente un poco extraña al oír las palabras “Fengchen”.

Jiang Sese contestó la llamada y escuchó la singular y grave voz de Jin Fengchen: “¿Regresarás pronto?”.

“Sí, en un rato”.

“¿Necesitas que las recoja?”.

Jiang Sese se giró para mirar a Shang Ying y respondió: “Si es mucha molestia, no te preocupes”.

“¿Dónde estás?”. Jin Fengchen no desperdició palabras y preguntó inmediatamente.

Jiang Sese le dijo su ubicación antes de colgar.

Se acercó al lado de Shang Ying y dijo: “Tía, Fengchen nos recogerá”.

Shang Ying frunció el ceño. “¿Será mucho problema?”.

“Ya está en camino”, dijo Jiang Sese.

Shang Ying dejó escapar una sonrisa de impotencia. “De acuerdo entonces. Esperémoslo allí”.

Después, se dirigió a Shangguan Yuan para decirle: “Yuanyuan, tenemos que irnos. Deberías volver a la tienda de tu abuelo”.

“No voy a volver. Casualmente yo también voy en esa dirección. Vayamos juntas”.

Mientras hablaba, Shangguan Yuan tomó el brazo de Shang Ying cariñosamente.

Shang Ying se sintió bastante sorprendida, pero no le dio mucha importancia.

Las tres se dirigieron a la entrada principal del centro comercial y Jiang Sese dijo inmediatamente: “Yuanyuan, Fengchen no llegará tan pronto. Deberías irte si tienes otras cosas que hacer”.

Shangguan Yuan sonrió. “No tengo prisa. Me pondré en marcha después de que suban al coche”.

Shang Ying se alegró aún más de verla tan educada. Realmente quería presentarla inmediatamente a su hijo.

“Yuanyuan, cuando tengas la oportunidad deberías venir a mi casa. Te prepararé una buena comida”. Shang Ying expresó su pensamiento y le dio una ligera palmadita en la mano a Shangguan Yuan.

“De acuerdo, definitivamente iré cuando tenga la oportunidad”. Shangguan Yuan aceptó sin dudar.

Unos diez minutos después, llegó Jin Fengchen.

Detuvo el coche junto a la carretera, y se bajó del coche para caminar hacia Jiang Sese y las demás.

Al ver esto, Shang Ying no pudo evitar burlarse un poco de él con una sonrisa. “Fengchen, realmente mimas a Sese”.

Jin Fengchen sonrió, pero no dijo nada.

Jin Fengchen era diferente frente a Jiang Sese. Su habitual actitud distante había desaparecido y había sido sustituida por la calidez.

Shangguan Yuan apretó el puño mientras reprimía los celos de su corazón. Sonrió y le saludó con entusiasmo: “Presidente Jin”.

Jin Fengchen parpadeó ligeramente mientras la miraba sin comprender. “Hola, Señorita Shangguan”.

Su tono de voz era distante y frío.

El corazón de Shangguan Yuan se detuvo. Su sonrisa se volvió ligeramente forzada. “Hola”.

Jin Fengchen tomó la mano de Jiang Sese y le dijo a Shang Ying: “Tía, vamos a casa”.

“De acuerdo”. Shang Ying se giró para mirar a Shangguan Yuan y solo entonces se dio cuenta de que su expresión era ligeramente desagradable. Entonces se apresuró a preguntar preocupada: “Yuanyuan, ¿qué pasa?”.

Shangguan Yuan sacudió la cabeza. “Estoy bien. Que tengan un buen viaje”.

Jiang Sese le sonrió. “Tú también”.