Bebé adorable en la puerta: Mami, por favor firma romance Capítulo 1143

Debido a su brazo dislocado, Jiang Sese se quedó en casa el resto de la semana. No fue a ningún sitio, solo tomó el sol y leyó.

Era bastante agradable.

Un día, Gu Nian la llevó al hospital para quitarle la escayola. Mientras pasaban por una floristería, Jiang Sese le dijo que detuviera el coche.

“Voy a bajar a comprar unas flores”.

“De acuerdo”.

Después de que detuvieran el coche, Gu Nian salió rápidamente del coche para abrirle la puerta, antes de seguirla hasta la floristería.

“Joven Señora, ¿por qué quiere comprar flores de repente?”, preguntó Gu Nian con curiosidad mientras observaba a Jiang Sese recoger unas flores.

Jiang Sese sonrió ligeramente. “Hoy es el cumpleaños de una amiga”.

“Oh”. Gu Nian cayó en la cuenta de repente. “¿Irá a su fiesta de cumpleaños entonces?”.

“Ella no ha organizado nada”. Jiang Sese hizo una pausa: “Puede que incluso haya olvidado que hoy es su cumpleaños”.

En eso, ella pensó en cuando Anan la llamó el día anterior.

“Tía Sese, me gustaría pedirte un favor”.

“Por supuesto”.

“Mañana es el cumpleaños de mi madre, me gustaría invitarte a ti, a Xiaobao y a Tiantian a jugar”. La voz de Anan tenía un toque de anticipación.

Jiang Sese aceptó sin pensarlo dos veces.

Cogió una rosa y se giró para preguntar a Gu Nian: “¿Qué te parece? ¿Se ve bien?”.

Gu Nian echó un buen vistazo antes de asentir: “Sí”.

“Entonces esta será”.

Después de pagar la cuenta, ella sostuvo el ramo en sus brazos y salió de la tienda.

En ese momento, un hombre vino desde la dirección opuesta y casi chocó con ella. Por suerte, Gu Nian la apartó a tiempo.

Ella giró la cabeza para ver cómo el hombre entraba en la tienda para decirle algo al empleado, quien entonces sacó un gran ramo de tulipanes blancos.

El significado de los tulipanes blancos era la pureza y el amor perdido.

Jiang Sese arqueó las cejas y miró hacia atrás mientras regresaba al coche.

Cuando entró en el coche, dijo: “Volvamos a recoger a los dos niños y luego vayamos a la casa de mi amiga”.

Gu Nian la miró por el espejo retrovisor y asintió: “De acuerdo”.

El coche se puso en marcha, conduciendo con paso firme por las carreteras.

...

Liang Xinwei había trabajado en el turno de noche el día anterior, así que ese día era su día libre. Se había levantado al amanecer para limpiar la casa. No terminó hasta pasadas las tres de la tarde.

“Mamá, ¿estás ocupada esta noche?”.

Liang Xinwei acababa de sentarse en el sofá para descansar cuando Anan se apresuró a interrogarla.

“¿Qué pasa?”. Liang Xinwei se giró para mirarla.

“Nada, solo preguntaba”.

“No tengo planes, me quedaré en casa contigo”. Liang Xinwei levantó la mano para acariciar su cabello.

“Bien, voy a hacer mis tareas”.

Anan entró corriendo en su habitación y cerró la puerta. Luego sacó su reloj inteligente y llamó a Jiang Sese.

“Anan”.

En cuanto la llamada se conectó, se escuchó la suave voz de Jiang Sese.

Anan dijo apresuradamente: “Tía Sese, mi madre estará en casa esta noche”.

“De acuerdo”. Jiang Sese miró a Xiaobao y Tiantian, quienes estaban a su lado, y sonrió mientras decía: “Vamos en camino a tu casa ahora mismo”.

“¿De verdad?”. Los ojos de Anan se abrieron de par en par con alegría.

“Sí, ven a buscarnos más tarde”.

“No es que no te lo permita, es que hoy no estoy libre”. Liang Xinwei pensó que ya lo había dejado claro, que ella no estaba libre.

En ese momento, Anan intervino: “Mamá, ¿por qué no llevas al tío a ver a la tía? Estaré bien solo en casa”.

“Pero ya prometí pasar tiempo contigo en casa”. Liang Xinwei sonrió. “Siempre cumpliré mis promesas contigo”.

Anan sacudió la cabeza. “Está bien, pero vuelve pronto”.

“Señorita Liang, no es propio de un hombre como yo rogar una vez más, pero espero que puedas entender cómo me siento”.

Liang Weixin suspiró al ver la mirada suplicante en sus ojos. “Bien, te llevaré. Sin embargo, quiero volver pronto”.

“De acuerdo”.

Liang Xinwei volvió a su habitación para cambiarse antes de recordarle a Anan que se portara bien en casa. Luego salió de la casa con Ye Chenyun.

El coche acababa de parar en la entrada del barrio cuando Tiantian exclamó de repente: “Mamá, es la tía Weiwei”.

Jiang Sese siguió la dirección a la que apuntaba su dedo para ver a Liang Xinwei.

Ella seguía a un hombre, y ambos subieron a un coche.

“¿A dónde va?”. Jiang Sese frunció el ceño confundida.

“Mamá, ¿aún vamos a celebrar el cumpleaños de la tía Weiwei si ella no está?”, preguntó Xiaobao.

Jiang Sese sonrió. “Claro que sí, ¿por qué no? Vamos, salgamos del coche”.

El trío salió del coche y se dirigió al barrio.

Gu Nian aparcó el coche y se apresuró a salir del mismo para alcanzarlos.

Eran circunstancias extraordinarias, él no podía dejar que le pasara nada a la Joven Señora.

Su llegada animó al instante a Anan, que se sentía un poco perdido.

“Tía Sese”.

Jiang Sese sonrió y le acarició el cabello antes de preguntar: “Vi a tu madre, ¿a dónde se dirigía?”.