Bebé adorable en la puerta: Mami, por favor firma romance Capítulo 1269

“¿Ya cenaste? Si no, te prepararé algo”. Dijo Liang Xinwei.

Fang Yuchen asintió: “De acuerdo”.

“Espera un poco. Si estás aburrido puedes mirar un poco de televisión”.

Liang Xinwei dijo esto mientras iba a la cocina. Mientras tanto, se quitó la chaqueta y la tiró en el sofá.

“¡Espera!”.

Fang Yuchen habló de repente y se acercó a ella con una mirada preocupada. Le cogió la mano y miró los evidentes vendajes: “¿Qué te pasó?”.

Liang Xinwei quitó su mano y sonrió: “Me quemé en el trabajo”.

“¿Cómo pudiste ser tan descuidada?”. A Fang Yuchen le dolió el corazón.

“No te preocupes, se pondrá mejor en unos días”.

Liang Xinwei temió que siguiera preguntando, y se apresuró a cortarle: “Ve rápido a la sala y espera, voy a hacer la cena”.

“Tienes la mano herida, ¿cómo vas a hacer la cena?”. Fang Yuchen la atrajo al sofá y la miró a los ojos mientras sonreía: “Yo lo haré”.

“¿Tú?”. Liang Xinwei le miró con desconfianza: “¿Sabes cocinar?”.

“Por supuesto”.

Fang Yuchen se rio y se dirigió a la cocina.

Liang Xinwei se volvió para ver su alta figura entrar en la cocina. Una dulce sonrisa se dibujó en su rostro.

Alrededor de las ocho de la tarde, Anan volvió de sus clases.

Cuando vio que Fang Yuchen estaba allí, sus ojos se iluminaron de alegría y exclamó claramente: “¡Tío Fang!”.

“Ve a lavarte las manos, la cena está lista”. El tono de voz de Fang Yuchen era tan natural que era como si fuera de la familia.

Anan asintió felizmente: “De acuerdo”.

Mientras esperaba a que Anan se lavara las manos, Liang Xinwei sonrió y le dijo a Fang Yuchen: “A Anan le agradas mucho, debe estar muy contento ahora mismo”.

“¿Es así?”. Fang Yuchen la miró: “Qué honor”.

Después de casi una hora, Fang Yuchen había preparado tres platos y una sopa.

Tomates fritos con huevo, pescado estofado, verduras asadas y una sencilla sopa de algas y huevo salado.

“¡Tío Fang, sabes cocinar!”. Anan miró lo que había sobre la mesa del comedor y su rostro juvenil se llenó de sorpresa y asombro.

“Solo sé hacer cosas sencillas, pero nada complicado”.

“Todo se ve bueno”. Liang Xinwei cogió sus palillos y cogió un trozo de pescado para llevárselo a la boca. Inmediatamente lo elogió: “Está muy bueno”.

“¿De verdad?”. Fang Yuchen pensó que ella sólo lo decía para consolarlo.

“¡Por supuesto!”. Liang Xinwei asintió con fuerza.

“Prueba a ver si está bueno o no”.

Fang Yuchen puso el arroz delante de ella y de Anan: “Come”.

Los tres se sentaron a comer. Fang Yuchen cogió un trozo de carne y lo puso en el cuenco de Anan. “Aún estás creciendo, come más”.

Anan dijo amablemente: “Gracias, Tío Fang”.

“De nada”.

Fang Yuchen miró a Liang Xinwei para encontrarla mirándolo. Estaba haciendo un ligero mohín y parecía infeliz. Fang Yuchen arqueó las cejas y preguntó: “¿Qué pasa?”.

“¿Y yo?”, preguntó Liang Xinwei.

Fang Yuchen no entendió lo que quería decir y frunció ligeramente el ceño: “¿Eh?”.

Liang Xinwei miró su propio cuenco: “Yo también quiero”.

Fang Yuchen se dio cuenta de repente y se rio antes de burlarse de ella: “¿Por qué quieres competir con un niño?”.

“Entonces trátame como a un niño”. Liang Xinwei extendió su cuenco, y parecía un gato pidiendo comida, con la cara llena de anticipación.

Cuando Fang Yuchen escuchó eso, le dolió el corazón. Abrazó a Anan por el hombro y lo consoló suavemente: “No estés triste. La próxima vez que alguien se burle de ti, dile que tienes un papá”.

Anan levantó la vista con una mirada desconcertada.

Fang Yuchen: “Diles que soy tu papá”.

Los ojos de Anan, originalmente abatidos, se iluminaron lentamente al oír esto. Saltó del sofá y exclamó con alegría: “¡Qué bien! Tengo un papá, tengo un papá”.

Fang Yuchen se rio al ver lo feliz que estaba Anan. Su apuesto rostro estaba lleno de afecto.

Liang Xinwei salió de la cocina al oír el alboroto y preguntó con una mirada curiosa: “¿Qué te tiene tan contento?”.

Anan corrió hacia ella y levantó la vista mientras decía con cierta emoción: “Mamá, tengo un papá”.

“¿Qué?”. Liang Xinwei frunció el ceño.

“El Tío Fang dijo que él será mi papá en el futuro”. Anan señaló a Fang Yuchen, que estaba en la sala.

Liang Xinwei se quedó atónita por un momento, y miró lentamente a Fang Yuchen. Su bonita cara estaba llena de incredulidad.

Fang Yuchen se acercó a ella y observó su expresión mientras reía suavemente: “¿Por qué te ves tan atónita?”.

Liang Xinwei se espabiló y frunció el ceño con fuerza: “Yuchen, ¿sabes lo que estás diciendo?”.

¿Cómo podía decirle casualmente a un niño que era su padre?

¿Sabía que había hecho una promesa?

¡Una promesa que no habría esperado ni en sus sueños más salvajes!

Fang Yuchen asintió: “Lo sé”.

Miró a Anan y sonrió: “En mi corazón, Anan es como mi hijo. Por lo tanto, no tengo ningún problema en decir que soy su papá”.

“No...”. Liang Xinwei se preocupó, no quería que dijera las cosas tan a la ligera. Le haría daño a Anan si se separaban.

Intuyendo lo que pensaba, Fang Yuchen le cogió la mano y entrelazó sus dedos con los de ella mientras decía solemnemente: “Quiero cuidar de ustedes el resto de sus vidas”.