Bebé adorable en la puerta: Mami, por favor firma romance Capítulo 1348

Song Yao abrió la puerta del despacho del Presidente y vio a Fang Yuchen mirando su teléfono aturdido. Ni siquiera se dio cuenta de que entró.

No es de extrañar que no respondiera ni siquiera después de llamar varias veces.

“Señor Presidente”, dijo con cautela mientras se acercaba.

Fang Yuchen levantó la cabeza y tenía una mirada aturdida. “¿Qué ocurre?”.

“El Señor Xu está aquí. Le está esperando en la sala de reuniones”.

“Oh”. Fang Yuchen se levantó.

No estaba seguro de si se había levantado demasiado rápido o si se encontraba mal, pero se sentía mareado.

Song Yao se puso pálido de miedo. “¡Presidente Fang!”.

“Estoy bien”. Fang Yuchen levantó la mano para indicar a Song Yao que no se asustara.

Song Yao estaba a punto de acercarse cuando vio a Fang Yuchen caer hacia atrás.

“¡Señor Presidente!”.

Song Yao se precipitó hacia adelante y lo agarró.

Los ojos de Fang Yuchen estaban cerrados con fuerza y su cara estaba un poco pálida.

“¡Que alguien me ayude!”, gritó Song Yao.

El secretario se apresuró y lo vio sosteniendo a Fang Yuchen. “¿Qué le pasó al Presidente?”.

“¡Llamen a una ambulancia!”.

“Ahora mismo”. El secretario marcó rápidamente el número de emergencia.

Fang Yuchen fue llevado al hospital.

Después de llegar al hospital y pasar por el examen del médico, se determinó que Fang Yuchen se desmayó debido a una baja de azúcar en la sangre.

“¿No comiste nada en estos últimos dos días?”, preguntó el médico.

Song Yao asintió. “Sí, el presidente no ha comido estos días. No solo eso, rara vez toma siquiera un sorbo de agua”.

“Haz que coma algo cuando se despierte”.

El médico se fue después de dar las instrucciones. Solo quedaron Song Yao y Fang Yuchen, que estaba tumbado en la cama.

Song Yao suspiró. ¿Cómo podía el presidente escuchar el consejo de comer algo cuando todavía no encontraba a la señorita Liang?

Fang Teng y Shang Ying fueron informados de la situación y se apresuraron a ir al hospital.

Por el camino, cuanto más pensaba Shang Ying en ello, más ansiosa se ponía: “¿Crees que nos equivocamos?”.

“¿Por qué dices eso?”. Fang Teng se volvió para mirarla.

“Escuche que Liang Xinwei salió de la Capital con su hijo y que Yuchen los estuvo buscando sin parar, sin comer ni beber, durante los dos últimos días. ¿Su cuerpo podrá soportarlo?”.

Al hablar de esto, Shang Ying se sintió culpable y preocupada.

“Si no lo hubiéramos obligado a casarse con Xiaoyi en primer lugar, no habría llegado a esto”.

“Lo hecho, hecho está. Cualquier cosa que digamos es inútil ahora”. Fang Teng le agarró la mano y la consoló: “No te preocupes, nuestro hijo no nos culpará”.

Shang Ying lo miró y asintió ligeramente. “Sí”.

Fang Yuchen sentía como si hubiera dormido durante mucho tiempo. Estaba adolorido y débil; incluso abrir los ojos era difícil.

“Por fin estás despierto”.

En cuanto abrió los ojos, escuchó una voz familiar y alegre.

Giró la cabeza y vio a su madre mirándole con lágrimas en los ojos.

“Madre, ¿qué haces aquí?”. Su voz sonaba seca y ronca porque estaba deshidratado.

“Pequeño mocoso. Casi me matas del susto”. Shang Ying levantó la mano para limpiarse las lágrimas, y luego dijo angustiada y enfadada: “¿Por qué te torturas? ¿Por qué no has comido ni bebido?”.

“Se me olvidó, Madre”.

“¿Se te olvidó?”. Shang Ying lo fulminó con la mirada. “Soy tu madre y te conozco bien. Vamos, no comes por Weiwei”.

Al mencionar a Liang Xinwei, la sonrisa de Fang Yuchen desapareció al instante.

Shang Ying suspiró y dijo: “Realmente no entiendo que tiene de bueno ella que valga la pena arruinarte así”.

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