Bebé adorable en la puerta: Mami, por favor firma romance Capítulo 1365

Las emociones de Jiang Sese tardaron en calmarse. Dio medio paso atrás y se secó las lágrimas. “Lo siento. No puedo mantener la calma”.

Sabía que todos se preocuparían porque lloraba así, pero no podía controlarse.

“Está bien”. La Señora Jin le dio unas suaves palmaditas en la espalda: “Sé que estás preocupada por tu madre, pero llorar no solucionará nada. Además, volverá sana y salva con nosotros cerca”.

Las palabras reconfortantes de la Señora Jin hicieron que las lágrimas de Jiang Sese volvieran a brotar a pesar del esfuerzo que hizo por controlarlas. Se pellizcó el espacio entre los ojos, forzando las lágrimas atrás.

Ella asintió. “De acuerdo, creo en Fengchen”.

La familia regresó a la casa y se sentó en la sala, donde Jin Fengyao le transmitió las exigencias de Shangguan Yuan.

“Esa loca dijo que mientras Fengchen se divorcie de Sese y vuelva a su lado, dejará ir a la Tía Xueman”.

“¡¿Divorciarse de Sese?!”. Song Qingwan exclamó conmocionada. Miró a Jiang Sese sin darse cuenta y vio que tenía una expresión desagradable en su rostro. No pudo evitar exclamar enfadada: “¡Esa mujer de verdad está loca! ¡No tiene remedio!”.

El Amo Jin frunció el ceño, con una expresión grave. “Sin embargo, si no hacemos lo que ella dice, ¿no podremos volver la madre de Sese?”.

“¿De qué hablas?”. La Señora Jin le dio un codazo y le dirigió una mirada que le indicaba que cuidara sus palabras para no hacer sentir peor a Jiang Sese.

El Amo Jin suspiró. “Solo lo digo tal y como es. Si esa mujer está tan loca como para hacer esto, es imposible predecir qué más podría hacer”.

Esas palabras hicieron que el aire de la sala se quedara inmóvil, y las expresiones de todos se tornaron graves.

Un rato después, Song Qingwan rompió el silencio. “¿Es el divorcio el único camino?”.

Miró a Jiang Sese y a Jin Fengchen.

Jin Fengchen sujetó con fuerza la mano de Jiang Sese. “Nunca nos divorciaremos”.

Su voz grave estaba llena de certeza.

“Fengchen...”. Jiang Sese se volvió para mirarlo.

Jin Fengchen le dedicó una sonrisa tranquilizadora. “No te preocupes, encontraré la manera de salvar a Mamá”.

“Hermano, ya sé lo que debemos hacer”.

En ese momento, Jin Fengyao rompió de repente su antiguo silencio.

Todos le miraron.

Simplemente dijo: “Hermano, cuñada, tienen que divorciarse”.

Todos se quedaron atónitos.

Song Qingwan fue la primera en reaccionar. Levantó el puño para golpearle. “¿Estás loco? ¿Por qué quieres que se divorcien?”.

“Así es, Fengyao, ¿cómo puedes decir eso?”. La Señora Jin lo miró con disgusto.

“Si hacen lo que digo, no saldrá mal”. Jin Fengyao casi se palmeó el pecho como promesa.

Jiang Sese y Jin Fengchen intercambiaron miradas. Ella se lo pensó antes de decir: “De acuerdo, divorciémonos”.

Fengyao no quería realmente que se divorciaran. Debía tener otro plan.

Por lo tanto, aceptó.

“¡Sese!”.

“¡Cuñada!”.

El Amo Jin, la Señora Jin y Song Qingwan estaban sorprendidos. La miraron con incredulidad.

Jiang Sese sonrió. “Confío en Fengyao”.

Cuando dijo eso, todos miraron a Jin Fengyao.

“¿Qué demonios estás planeando?”. Song Qingwan miró a su marido y preguntó con curiosidad.

“¿Qué?”. La voz sorprendida de Shangguan Yuan se escuchó desde el otro extremo de la línea. “No me estás mintiendo, ¿verdad?”.

Teniendo en cuenta lo que sentía por Jiang Sese, ¿cómo podía aceptar el divorcio tan fácilmente?

“Estoy de acuerdo con este divorcio, pero debes mantener tu palabra y dejarla ir”.

Shangguan Yuan dejó de lado su sorpresa y rio suavemente. “No te preocupes. Mientras consigas el divorcio, naturalmente dejaré ir a Fang Xueman”.

Jin Fengchen colgó después de escuchar esto.

Se volvió para mirar a Jiang Sese con afecto. “Vayamos ahora a la Oficina de Asuntos Civiles”.

Jiang Sese asintió. “De acuerdo”.

Cuando llegaron, Jin Fengyao ya debía haber hecho los trámites, pues el personal de allí tramitó rápidamente su divorcio.

Jiang Sese miró el certificado de divorcio en su mano, sintiéndose como en un sueño.

Ella y Jin Fengchen estaban divorciados...

Las lágrimas fluyeron a su pesar.

Aunque sabía que era falso, seguía sintiéndose triste.

“Tontita, ¿por qué lloras?”. Jin Fengchen extendió la mano para secar sus lágrimas. Su suave voz estaba llena de afecto mientras le decía al oído: “No llores. Cuando todo esto se calme, nos volveremos a casar”.

Ella respiró hondo y sonrió mientras decía seriamente: “Gracias, Fengchen”.

Para salvar a su madre, este era el camino.

Después de decir esto, se giró y sacó su teléfono del bolso y llamó a Shangguan Yuan.

Cuando la llamada se conectó, su mirada se volvió fría y dijo con frialdad: “Shangguan Yuan, Fengchen y yo terminamos el papeleo del divorcio. ¿Ahora ya puedes liberar a mi madre?”.