Bebé adorable en la puerta: Mami, por favor firma romance Capítulo 1386

“¡Idiotas!”.

Después de que Jiang Cheng se enterara que sus hombres fallaron de nuevo, barrió sus brazos en un amplio arco y los objetos de su escritorio se estrellaron todos contra el suelo.

Los dos hombres temblaron y agacharon la cabeza con miedo.

“¡Fallaron tantas veces al enfrentarse con una mujer! ¿Qué son ustedes aparte de tontos?”. Jiang Cheng estaba tan furioso que su pecho se agitaba violentamente hacia arriba y hacia abajo. Su apuesto rostro estaba envuelto en un ataque de ira.

“Joven Amo, la otra parte casi descubre nuestra identidad. Si no nos hubiéramos retirado, lo habríamos implicado”, explicó uno de los hombres.

“¡Basta de excusas!”, espetó Jiang Cheng.

El hombre cerró la boca inmediatamente y no se atrevió a decir nada más.

Jiang Cheng respiró hondo, reprimió la ira de su corazón y dijo: “No niego que Jin Fengchen sea una persona muy precavida, pero siempre habrá momentos de negligencia”.

“Joven Amo, también tienen gente investigándonos de forma encubierta. Es muy difícil para nosotros hacer un movimiento”, dijo el otro hombre.

“Encuentra una manera”. Jiang Cheng entrecerró los ojos y se burló: “No es posible que Jin Fengchen vigile a Jiang Sese las 24 horas del día”.

Se giró y miró a los dos hombres con una expresión gélida: “Encuentra la forma de quedarte a solas con Jiang Sese y busca una oportunidad para ejecutar el plan”.

Los dos hombres se miraron, bajaron la cabeza y respondieron simultáneamente,

“Sí”.

Los ojos de Jiang Cheng estaban oscuros. No creía que pudieran enfrentarse siquiera a una mujer débil e indefensa.

...

“Shangguan Yuan, tienes una visita”.

Cuando el guardia de la prisión vino a informarle, el sombrío rostro de Shangguan Yuan se iluminó de repente.

¡Debe haber buenas noticias!

Sus pasos se volvieron inconscientemente más rápidos.

En cuanto vio a Jiang Cheng, las comisuras de la boca de Shangguan Yuan se volvieron inadvertidamente en una sonrisa. Efectivamente, debía haber buenas noticias.

De lo contrario, no habría venido a verla tan pronto.

Se acercó y preguntó sin rodeos: “¿Está hecho?”.

Jiang Cheng miró al guardia que estaba a su lado y sacudió suavemente la cabeza: “No”.

La cara de Shangguan Yuan se hundió al instante al escuchar la respuesta negativa: “¿Qué quieres decir? ¿No lo hicieron?”.

“Las cosas están un poco complicadas. Aún estoy tratando”.

“¡Tontos!”. Shangguan Yuan sopló y su cara se distorsionó: “¡Jiang Cheng, me decepcionas!”.

Jiang Cheng frunció el ceño y se sintió incómodo al escuchar eso, pero continuó persuadiéndola suavemente: “Yuanyuan, ya que te lo prometí, definitivamente se hará”.

Shangguan Yuan resopló fríamente: “¿Cuánto tiempo tardaría? ¿Un día? ¿Un mes? ¿O un año?”.

“Tan pronto como sea posible”.

Jiang Cheng no quería perder el tiempo en este asunto, así que cambió de tema y dijo: “Hoy solo vine a visitarte. Tu hermano me pidió que te trajera algo de comer”.

Mientras hablaba, levantó un recipiente de comida que conservaba el calor y lo colocó sobre la mesa. Luego lo abrió y le sirvió un tazón de sopa de pollo.

Shangguan Yuan se quedó mirando la sopa de pollo humeante y se burló: “¿Shangguan Qian está loco? ¿Cree que estoy aquí de vacaciones?”.

“Me dijo que te diera de comer y dormir bien. No te preocupes por nada”.

Shangguan Yuan se rio como si hubiera escuchado el mayor de los chistes y se burló: “¡Shangguan Qian realmente está loco! Podría tomarse el tiempo para pensar en una forma de salvarme. Mientras esté aquí, no esperes que coma y duerma bien”.

Hablando de esto, Shangguan Yuan apartó la mirada: “No quiero comer, ni podría comer”.

“Yuanyuan, no seas terca. Si no comes y duermes bien, ¿qué harás si tu cuerpo se colapsa? ¿No es esto solo cumplir con los deseos de otra persona?”, persuadió Jiang Cheng.

Supuso que ella debería ser capaz de entender lo que quería decir.

Obviamente, Shangguan Yuan lo entendió y su cara se volvió inmediatamente fea.

Tenía razón. Si le pasaba algo, Jiang Sese se alegraría.

Sabiendo que su consejo funcionó, Jiang Cheng continuó: “Además, es muy raro que llegues a comer algo tan bueno como esto, así que no desperdicies los esfuerzos de tu hermano”.

Shangguan Yuan lo miró fijamente y frunció el ceño. No sabía si era su imaginación o intuía que ocultaba algo en sus palabras.

Vio que Jiang Cheng la miraba tranquilamente.