Bebé adorable en la puerta: Mami, por favor firma romance Capítulo 1399

La Señora Jin no había olvidado su secuestro y el de Fang Xueman. Cada vez que pensaba en ello, sentía un miedo residual en su corazón.

Ella suspiró con fuerza: “Todo esto es el karma, y realmente no vale la pena lamentarse”.

Jin Fengyao sonrió: “Mamá, así es”.

“Por fin podremos tener días tranquilos en el futuro”. La Señora Jin sonrió a Jiang Sese.

Jiang Sese le devolvió la sonrisa y no dijo nada.

Los días se volvieron realmente pacíficos. Jin Fengchen seguía saliendo de casa temprano y volviendo tarde, mientras Jiang Sese se quedaba en casa, leyendo y con los niños.

Mientras tanto, desde el funeral de Shangguan Yuan, la familia Shangguan se quedó en silencio. Ni una sola palabra de ellos.

Hasta que, una semana después, el Grupo Shangguan anunció de repente que iba a trabajar con las familias Shang, Jiang y Bai para desarrollar un software de inteligencia artificial. La suma de la inversión era de cientos de millones.

Al instante, todo el mundo empresarial se vio sacudido.

El Grupo Jin acababa de conseguir un contrato para desarrollar inteligencia artificial. Si este proyecto de investigación tenía éxito, elevaría definitivamente el listón de la tecnología en el país.

Fue en ese momento cuando el Grupo Shangguan quiso de repente desarrollar la inteligencia artificial, y muchos pudieron ver la implicación de esto.

El Grupo Shangguan quería arrebatar al Grupo Jin un trozo del pastel de la inteligencia artificial.

Mucha gente no pudo evitar sentir curiosidad por saber qué familia triunfaría.

...

En la Oficina del Presidente del Grupo Jin.

“¡Hermano, Shangguan Qian evidentemente está haciendo esto a propósito!”. Jin Fengyao se desabrochó el botón de su traje. Estaba furioso.

Ya no tenía nada de la alegría que tenía cuando aceptó el proyecto de inteligencia artificial. Todo lo que sentía ahora era ira.

El Grupo Shangguan venía por el Grupo Jin.

Cuando pensó en esto, Jin Fengyao sonrió con burlas: “Shangguan Qian realmente tiene un gran concepto de sí mismo”.

“¿Es necesario enfadarse tanto?”. Jin Fengchen dirigió su fría y clara mirada a Jin Fengyao, con su apuesto rostro desprovisto de toda emoción.

“Hermano, ¿cómo puedes estar tan tranquilo? ¡Casi nos está declarando la guerra abiertamente!”.

“¿No confías en la empresa o no confías en mí?”, preguntó Jin Fengchen en respuesta.

Jin Fengyao frunció los labios: “Ninguna de las dos cosas”.

“Entonces no es necesario enfadarse tanto”.

Jin Fengchen volvió a mirar los documentos que tenía en sus manos mientras continuaba: “No estamos haciendo esto para competir con nadie, sino que el objetivo final es elevar el nivel tecnológico de nuestro país”.

Jin Fengyao pensó que escuchó mal: “Hermano, ¿de qué estás hablando? ¿Por qué no te entiendo?”.

Jin Fengche lo miró y sonrió: “¿Crees que perderíamos?”.

“Por supuesto que no”. Jin Fengyao respondió rápidamente, pero luego pensó que no era correcto: “¿No acabas de decir que no es una competencia? ¿Por qué me preguntas si perderíamos?”.

“Porque sin oponentes, el Grupo Jin solo estaría compitiendo contra sí mismo. Tenemos que hacerlo mejor que ayer, y mañana tenemos que hacerlo mejor que hoy”.

Las palabras de Jin Fengchen apagaron el fuego de la ira en el corazón de Jin Fengyao. Se rio a carcajadas: “Hermano, me gusta tu confianza”.

“Este proyecto de inteligencia artificial no solo tiene que ser rápido, sino que tiene que ser bueno. ¿Sabes lo que tienes que hacer?”.

Jin Fengyao levantó la barbilla y respondió con seguridad: “Por supuesto”.

...

Ese día, Jiang Sese recibió una llamada de su tía, Shang Ying.

“Sese, Yuchen y Weiwei se van a comprometer este sábado. Informa a tus suegros para que vengan todos a celebrarlo”.

“¿Se van a comprometer?”. Jiang Sese estaba muy sorprendida: “¿Está decidido?”.

“Sí. Tu primo dijo que se sentiría más tranquilo con un compromiso”.

Cuando dijo esto, Shang Ying suspiró ligeramente: “Todo fue mi culpa por detenerlos en aquel entonces, eso los hizo tan inseguros ahora”.

Jiang Sese pudo oír la culpa que sentía y consoló a Shang Ying: “Tía, eso ya es pasado. El presente y el futuro son más importante”.

“Así es, trataré bien a Weiwei en el futuro”.

“Se lo haré saber a Fengchen, y cuando llegue el momento estaremos allí para felicitar a Yuchen y Weiwei”.

“Tienes que estar allí, ¿me oyes?”.

“Sí, por supuesto”.

¡Tun, tun, tun!

Un latido tras otro.

Liang Xinwei sintió que su corazón podría saltar, y apretó las manos en su costado en silencio.

“Eres tan hermosa”. Fang Yuchen se acercó a ella y le dijo suavemente.

El rostro de Liang Xinwei se calentó y bajó la cabeza con timidez.

“Weiwei, estoy muy feliz”.

Su voz profunda sonó en sus oídos, y Liang Xinwei frunció los labios y dijo: “Yo también estoy muy feliz”.

Fang Yuchen alzó la mano y le levantó la barbilla.

Sus ojos se encontraron.

Fang Yuchen sonrió: “Realmente quiero casarme contigo y llevarte a casa inmediatamente, y no solo estar comprometido contigo”.

Liang Xinwei le cogió la mano: “Tu carrera acaba de tomar el camino correcto. No tienes que apresurarte a casarte. Es más, no quiero ser la Señora Fang tan pronto”.

Fang Yuchen levantó las cejas: “¿Por qué?”.

“Mmm...”. Liang Xinwei lo pensó durante un rato: “Definitivamente trabajaré duro para llegar a ser excelente, para ser digna de ti”.

“En mis ojos, ya eres excelente”. Fang Yuchen le cogió la mano y le besó suavemente el dorso.

“No es suficiente”. Liang Xinwei sacudió ligeramente la cabeza: “Quiero que todos sepan que hiciste bien al elegirme como esposa”.

Fang Yuchen sonrió sin poder evitarlo: “Weiwei, esto es asunto nuestro, no te preocupes por las opiniones de los demás”.

“No me importa, pero no quiero que la gente hable a nuestras espaldas”.

Fang Yuchen sabía que ella estaba dolida por el revuelo anterior del matrimonio entre las familias Fang y Ye, y se sentía un poco incómoda.

Le apretó la mano y la miró con ternura: “Te ayudaré”.

Liang Xinwei sonrió: “De acuerdo”.

Fang Yuchen bajó la cabeza y besó sus labios rojos.