Bebé adorable en la puerta: Mami, por favor firma romance Capítulo 1602

En cuanto se enteraron, todo el instituto de investigación se puso en marcha.

“¿Lo hicimos?”.

“¡Lo hicimos! Realmente lo hicimos, ¡es fantástico!”.

“...”.

¡La persistente investigación y desarrollo durante tanto tiempo por fin dio buenos resultados!

Han Yu no pudo evitar sonreír a Mo Xie, diciendo: “Qué bien”.

“Sí, es maravilloso”. Mo Xie sonrió.

Aunque al principio, el centro de investigación realizó una estimación de las posibilidades de éxito de una cura completa, había un 95% de posibilidades. Sin embargo, no se atrevieron a dar ninguna garantía sobre el otro 5%.

Ahora que se confirmaba el éxito de este tratamiento, era realmente una gran sorpresa.

Todos trabajaron sin descanso debido al virus en el cuerpo de Jiang Sese, hasta el punto se olvidaron cómo comer o dormir.

Sin embargo, a pesar de los numerosos experimentos y fracasos, este grupo de talentosos investigadores seguía siendo derrotado.

Era la primera vez que se encontraban con un virus tan difícil y extraño.

No es que antes no hubiera personas infectadas, pero además de Jiang Sese, esas personas murieron poco después de ser infectadas.

Para que Jiang Sese persistiera hasta el día que lograron elaborar el antídoto, estudiaban constantemente inhibidores para que el virus atacara menos rápidamente.

Mientras tanto, Jiang Sese se encontró con muchos cambios, y casi todas las veces se salvó por los pelos de la muerte. Esto hizo que se animaran aún más.

Ahora, tuvieron un éxito.

“¡Hemos contribuido al futuro de la medicina!”. A uno de los investigadores se le humedecieron los ojos.

Otro investigador hizo lo mismo, riendo y diciendo: “¿No es así? ¡Desarrollamos un antídoto único en el mundo! ¡También curamos a la Señora Jin!”.

En la sala de tratamiento, Jiang Sese también lloró.

Durante todo este tiempo, no solo los investigadores se sentían presionados, sino que ella también. Tenía mucho miedo de morir en cualquier momento, dejando atrás a Jin Fengchen, a sus hijos, a su familia, y entristeciéndolos.

Al principio, después de tantas pruebas, Jiang Sese perdió la esperanza, pero eso no significaba que no creyera en Han Yu. Solo podía decirse que no tenía esperanza para sí misma.

Esta vez, tampoco tenía muchas expectativas, solo lo consideraba como una prueba rutinaria de drogas.

Sin embargo, las sorpresas siempre llegaban repentinamente.

Se sintió un poco abrumada.

Jin Fengchen salió de su trance y abrazó a Jiang Sese. La abrazó con fuerza, como si fuera a meterla en su propio cuerpo.

Jiang Sese levantó las manos y le devolvió el abrazo. Podía oír claramente los poderosos y constantes latidos de su corazón, y también podía sentir el temblor de sus brazos.

Por lo tanto, Jiang Sese no pensó que debería agradecerle a este tipo de personas.

En su mente, ¡Bo Gelian era una lacra que no tenía ninguna consideración por la vida humana para conseguir sus objetivos!

Jiang Sese dijo fríamente: “Aun así, él también es el culpable. Si no fuera por él, no habría tanta gente fallecida gracias a este virus”.

Han Yu asintió: “Tiene razón, Joven Señora”.

En su corazón, también sentía mucho desprecio por las prácticas de Bo Gelian. Nunca vio a una persona así, que tratara con drogas. No solo curaba a los heridos y rescataba a los moribundos. También producía esta droga dañina a gran escala y obtenía enormes beneficios.

¡Este hombre era simplemente la escoria de la profesión médica!

Jin Fengchen apretó la mano de Jiang Sese. “No pienses demasiado en ello. La gente como Bo Gelian tendrá su merecido”.

Jiang Sese asintió: “Lo sé”.

Jin Fengchen le tocó la cabeza y le dijo suavemente: “Ahora, lo más importante para ti es mantenerte sana y cooperar con Han Yu y su tratamiento de seguimiento. Después de que el virus desaparezca, ven a casa a descansar, y estarás bien en el futuro”.

“De acuerdo, no dejaré que te preocupes tanto”. Jiang Sese vio los ojos enrojecidos de Jin Fengchen por no cuidarse durante días.

“Solo quiero que te quedes conmigo”. Susurró Jin Fengchen.

Al oír esto, Jiang Sese le miró alegremente: “De acuerdo, te acompañaré hasta que seamos viejos”.