Bebé adorable en la puerta: Mami, por favor firma romance Capítulo 1685

“¡Mo Tingfeng, despierta!”.

Qin Wushuang entró en pánico por un momento cuando lo vio desmayarse, a pesar de su conducta normalmente tranquila.

Mo Tingfeng no le dio ninguna respuesta. La sangre de sus heridas ya atravesaba sus ropas y estaba manchando sus manos.

El olor a sangre le llenó la nariz y la humedad de sus manos la hizo tensarse inconscientemente.

En ese momento, el Pequeño Zhou se apresuró a subir las escaleras. Rápidamente gritó: “¡Deprisa! ¡Llama al equipo médico!”.

El Pequeño Zhou vio que Mo Tingfeng se desmayó y estaba tendida sobre su cuerpo. También se inquietó, asintió y corrió escaleras abajo.

Originalmente, el equipo médico se quedaba en la villa, pero debido a la información sobre el inminente ataque de ese día, se dispuso su traslado a otro lugar para evitar que se pusieran en peligro.

Sin embargo, el lugar no estaba lejos de la casa de Mo Tingfeng. Si ocurría algo, se les podría llamar inmediatamente.

Qin Wushuang frunció el ceño con fuerza cuando vio a Mo Tingfeng inconsciente, sabiendo que sus heridas eran gravemente dolorosas.

Aun así, por ahora no había más remedio que esperar a que llegara el equipo médico.

Qin Wushuang dudó un momento, luego se colocó bajo los hombros de Mo Tingfeng y lo trasladó lentamente a la cama, paso a paso. A pesar de su excelente forma física, era un poco agotador mover a un hombre de más de dos metros.

“¡Pequeña Qin, el doctor está aquí!”.

En cuanto colocó a Mo Tingfeng en la cama, Pequeño Zhou entró corriendo, jadeando, mientras conducía al médico a la habitación de Mo Tingfeng.

Al ver el estado de Mo Tingfeng, el doctor quedó conmocionado. No se atrevió a dudar y se adelantó rápidamente. Ordenó a su ayudante: “Tijeras”.

Sin esperar a que el médico se lo dijera, Qin Wushuang y Pequeño Zhou se retiraron voluntariamente de la habitación.

“¿Cuál es la situación ahora?”.

La voz de Qin Wushuang era tranquila y llevaba un débil escalofrío.

No mencionó a qué se refería, pero aun así Pequeño Zhou reaccionó con rapidez. Se refería a los asaltantes que les atacaron.

Los dos tenían el mismo rango, pero el Pequeño Zhou no sabía por qué hablaba con deferencia hacia ella. “Nuestros hombres ya los están persiguiendo”.

El aura de esta mujer era realmente fuerte y resultaba muy imponente.

Era atractiva y sus habilidades eran auténticas. El único inconveniente era que era demasiado fría y causaba aprensión en los demás.

La criticó en su mente, pero luego pensó rápidamente en las heridas de Mo Tingfeng.

Poco después, el médico abrió la puerta y salió. “La situación del Comandante Mo está estable por ahora, pero sus heridas graves que ya estaban graves, se reabrieron y pueden causarle fiebre. Esta etapa es la más crítica y tiene que ser atendido constantemente”.

Justo cuando Pequeño Zhou estaba a punto de hablar, Qin Wushuang asintió. “Muy bien. Déjemelo a mí”.

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