Bebé adorable en la puerta: Mami, por favor firma romance Capítulo 1707

Andre ya estaba disgustado por la actitud de Jiang Sese. En este momento, al ver la mirada fría e indiferente de Jin Fengchen se sintió enfadado.

Era un miembro de la realeza, un príncipe respetado por miles de personas. Aparte del rey, nadie se atrevía a hablarle así.

Sin embargo, él conocía mejor que una mujer el sentido de sus palabras.

Rápidamente reprimió su ira y sonrió suavemente a Jin Fengchen. “Presidente Jin, no se lo tome demasiado en serio. Solo estaba charlando con la Señora Jin y olvidé informarle con antelación. Fue culpa mía. También se trata de un malentendido. No sabía que fuera tan conservador. La próxima vez le pediré su consentimiento”.

La expresión de Jin Fengchen era sombría. “Señor Andre, aunque usted pertenezca a la familia real, siempre juzgo a una persona por sus actos. Esta vez, puedo pasar por alto este asunto por respeto al Señor Kleist. Sin embargo, si hay una próxima vez, no será tan agradable hablar conmigo”.

Al oír esto, la sonrisa en las comisuras de los labios de Andre se contrajo al instante y entrecerró los ojos con malicia. “¿Me está amenazando, Presidente Jin?”.

¿Acaso no sabe con quién estaba hablando? Jin Fengchen era solo un hombre de negocios. Se atrevía a hablarle así.

Creyó que ya fue bastante indulgente con la pareja. Si Jin Fengchen seguía desafiando así su paciencia, no estaba seguro de poder contenerse.

A Jin Fengchen no le importó y dijo solemnemente: “Puede considerarlo así”.

Al oír esto, la cara de Andre se puso azul. Todos los guardias que los rodeaban pusieron sus manos en las pistolas que llevaban en la cintura, esperando la orden de Andre.

Nunca vieron a Andre hablar tan suavemente con nadie; ¡pensar que esta pareja realmente no sabía lo que era bueno para ellos!

¡Ni siquiera tuvieron en cuenta dónde estaban y se atrevieron a hablarle así al príncipe en su propio hogar!

Jin Fengchen, naturalmente, se percató de sus movimientos e hizo una mueca, exudando inexplicablemente un aura ominosa.

Los guardias se detuvieron inconscientemente y, por alguna razón, sintieron un escalofrío. ¡Aquel hombre era aterrador! Tenía el aura innata de un rey, nunca vio un aura tan poderosa, ni siquiera en el príncipe.

Daba la sensación de que aunque abrieran fuego contra él, podría revertir la situación.

Sin embargo, ellos también eran la Guardia Real, y se encontraron con cosas peores. Aunque sentían un poco de miedo en sus corazones, no lo mostraron.

El ambiente se volvió demasiado tenso.

“Cálmense todos. Príncipe Andre, por favor ya no diga más nada”.

Kleist vio cómo la situación iba de mal en peor, y una capa de sudor frío se formó en su frente mientras se apresuraba a dar un paso adelante para calmar la situación.

Miró a Jin Fengchen y le dijo con voz agradable: “Presidente Jin, Señora Jin, siento mucho lo ocurrido hoy. El Príncipe no entiende muy bien sus costumbres y provocó semejante malentendido. Les pido disculpas en nombre del Príncipe y espero que puedan perdonar y tolerar nuestros defectos”.

Jiang Sese no contestó, pues sabía perfectamente que Andre era plenamente consciente de lo que estaba haciendo. Era claramente intencionado.

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