Bebé adorable en la puerta: Mami, por favor firma romance Capítulo 1730

Al oír esto, Johanne terminó la llamada con satisfacción.

Luego, le dijo a su guardaespaldas personal: “Ve, pídeles que vengan”.

“Sí”.

En poco tiempo, un grupo de personas vestidas de traje se apresuraron al castillo de Johanne: “Su Alteza Real, el Segundo Príncipe”.

“Siéntense”.

Johanne les hizo una leve inclinación de cabeza. “Creo que todos conocen la situación actual de Andre. El País S nunca debe entregarse a una persona tan cínica e inmoral. Me pregunto si quieres echarme una mano”.

“Andre no es digno. En nuestros corazones, usted es el mejor candidato al trono. ¡Nos gustaría seguir a su alteza!”. Uno de ellos tomó la iniciativa.

Todos los demás presentes miraron a Johanne con expresión solemne.

Sabían que después de esta reunión, la familia real empezaría a cambiar.

Estar aquí hoy también mostraba su postura. En el futuro, no tendrían otro camino que apoyar a Johanne.

“Gracias por confiar en mí. Ahora, discutamos tus pensamientos”. Johanne no desperdició palabras y fue al grano.

...

En el hospital.

“¿Qué?”. La herida de Andre cicatrizó mucho. Se sentó en la cama y miró a Abel con cara sombría.

“¡La posición de Príncipe Heredero me pertenece por derecho, Abel! ¿Cómo se atreve Johanne a hacer eso? No son más que canalla, ¿cómo pueden derrotarme?”.

“Sí, Alteza, pero lo más importante en este momento es pensar en contramedidas. La situación actual nos es desfavorable”. Instó Abel pacientemente.

“Johanne es solo un tonto. ¿Por qué lucharía conmigo? ¿Se atreve a aprovecharse de mis circunstancias y ganarme?”.

El corazón de Andre se llenó de odio, y las venas se le erizaron en el dorso de la mano de forma repentina y violenta, mientras apretaba los dientes.

“Abel, ¿en qué estás pensando?”.

“El rey duda en nombrar un sucesor, en evaluar la capacidad de los príncipes. Mientras pueda contribuir al país, el rey no renunciará a usted. En segundo lugar, los logros del príncipe en los últimos años no son tan buenos como los suyos. Mientras podamos hacer algo beneficioso para el país, aún tiene una oportunidad”.

Abel analizó con calma el proceso de pensamiento del rey y dijo con cautela.

“¿Cosas favorables?”.

Andre se calmó y frunció el ceño. “El mayor problema del País S es nuestra débil fuerza nacional, que es una de las razones por las que le pedí a Jin Fengchen que trabajara conmigo”.

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