Bebé adorable en la puerta: Mami, por favor firma romance Capítulo 190

Desafortunadamente, el balcón estaba desierto. El hombre que había estado parado allí parecía haberse ido no hacía mucho, con el olor a cigarrillos aún flotando en el aire. Jiang Sese estaba aturdida. Una sonrisa irónica apareció en su rostro, como si se estuviera burlando de sí misma. Ella sintió que había espabilado.

"¿Cómo podría Jin Fengchen aceptar algo como esto? Incluso si pudiera, Su Qingyin revelaría el asunto a sus padres. A sus padres no les agrado en primer lugar. Una vez que se enteren, nunca aceptarán dejar que una mujer como yo se quede con Jin Fengchen”.

"¡Jiang Sese, afronta los hechos! Deja de albergar esperanzas innecesarias... Es imposible lo de nosotros dos”, pensó ella.

...

Jin Fengchen no se fue a casa después de salir del hospital, sino que eligió dirigirse a su oficina.

Él se sentó en el sofá dentro de la gran oficina en la oscuridad. El humo se arremolinaba desde el cigarrillo en su mano, llenando la habitación. Él parecía derrotado.

Esta era la primera vez que se sentía tan perdido. No sabía qué debía hacer. Se había enamorado de una mujer por primera vez en su vida, pero...

El podía notar que sus sentimientos por Jiang Sese eran recíprocos, pero por alguna razón, ella lo había evadido una y otra vez.

Se sentó allí contemplando por mucho, mucho tiempo. No fue hasta poco después de las 5 a.m. que él comenzó a trabajar.

Su asistente y Jin Fengyao no notaron nada cuando llegaron a la oficina. Jin Fengyao estaba discutiendo un proyecto con su hermano.

Después de que la discusión terminó, él escuchó la orden de Jin Fengchen, "Dile a Su Shan que aligere la carga de trabajo de Jiang Sese”.

Jin Fengchen supuso que Jiang Sese debió haber estado tan ocupada con el trabajo que se olvidó de comer a tiempo y desarrolló problemas estomacales. Esta vez había marcado su número por error. "Pero qué pasaría la próxima vez…”

"¿Qué haría si su asistente no responde la llamada? ¡Cuánto dolor estaría sintiendo si hubiera pasado toda la noche en ese estado!"

Su orden sorprendió a Jin Fengyao. Miró a su hermano y preguntó con cautela: "¿Qué pasa, Hermano?"

No le había puesto atención antes, pero Jin Fengyao finalmente notó que algo andaba mal con su hermano. En cuanto a lo que era, él no estaba muy seguro.

"¿Habrá ido a encontrarse con Jiang Sese? ¿Se habrán reconciliado o habrán vuelto a pelear?"

Al ver el rechazo de Jin Fengchen para hablar al respecto, Jin Fengyao entendió que los dos todavía estaban en malos términos. Si se hubieran reconciliado, su hermano no estaría actuando así.

Después de salir de la oficina de Jin Fengchen, Jin Fengyao suspiró. "No puedo darle demasiado trabajo a la Cuñada, pero ¿qué pasa si se vuelve tan inactiva que sale corriendo para salir con otro hombre?"

Jin Fengyao estaba tan preocupado que su cabello amenazaba con volverse gris, pero al final, él obedeció la orden de su hermano y llamó a Su Shan.

"Hola, Su Shan. Por favor, aligera la carga de trabajo de Jiang Sese. No podemos dejar que se canse demasiado. Vigílala más de cerca. Si algún hombre se le acerca, o si vuelve a tener una cita a ciegas, llámame de inmediato”.

"Está bien, entiendo, Segundo Joven Amo,” respondió Su Shan.

Jin Fengyao se alejó de la puerta después de colgar. No se dio cuenta de que Su Qingyin había escuchado toda la conversación.

Su Qingyin vio a Jin Fengyao irse con una sonrisa.

Ella hizo que sus hombres vigilaran a Jiang Sese desde ese día.

Esa mujer era bastante sabia. No solo dejó de encontrarse con Jin Fengchen, sino que incluso buscó citas a ciegas por su cuenta. Parecía que Jin Fengchen también lo sabía todo.

Era obvio para Su Qingyin que Jin Fengchen había estado de mal humor durante los últimos días. La mujer que amaba estaba yendo a una cita a ciegas. ¿No era eso parecido a una bofetada a su cara?

Ella creía que no pasaría mucho tiempo antes de que los dos lo rompieran limpiamente.

Recordando la orden de Jin Fengyao, Su Shan llevó una taza de café al escritorio de Jiang Sese y trató de persuadirla. "Sese, no importa lo ocupadas que estén las cosas, tienes que cuidar tu salud. ¡No puedes simplemente trabajar como si tu vida dependiera de ello! Estos proyectos son importantes, pero no tan urgentes. Cuida tu cuerpo, ¿está bien?"

"Gracias, Gerente Su. Entiendo". Jiang Sese asintió con una sonrisa.

Sin embargo, una vez Su Shan se fue, ella continuó dedicándose al trabajo sin cuidado.

Su Shan suspiró ante esto. "Debo admitir que Jiang Sese y Jin Fengchen están hechos de la misma tela. Ambos son adictos al trabajo. Les gusta enterrarse en el trabajo para atormentarse cuando están molestos”.

Dado que Jin Fengyao le había ordenado que vigilara el bienestar de Jiang Sese, ella no podía ignorar esto. Entonces, cuando llegó la tarde, ella le ordenó a Jiang Sese que se fuera a casa y descansara un poco.

"Sese, mírate. Ni siquiera puedes recomponerte. No necesitamos empleados así en Jinse. Te daré unas horas libres. Date prisa y vete a casa”.

Jiang Sese quería rechazar su oferta, pero la insistencia de Su Shan la hizo ceder. No tuvo más remedio que irse a casa.

No había dormido mucho en casa la noche anterior, y nada en el hospital. Tan pronto llegó a casa, se derrumbó en la cama y se durmió de inmediato.

Aún así, solo tuvo dos horas de sueño. Esa noche tenía una reunión con un cliente en el Emperador Supremo. Después de despertarse, ella se vistió y se fue a la casa club. Ella iría con Xu Na.

Jiang Sese se encontró con Xu Na fuera de la casa club. Xu Na inmediatamente expresó su preocupación cuando la vio. "Hermana Sese, ¿todavía te sientes mal? Ni siquiera sabemos cuándo terminará nuestra conversación esta noche. Si te sientes enferma más tarde, debes decirme de inmediato”.

"Entendido. Acabo de tomar una siesta de dos horas en casa, ¿no? Mírame. Parece que estoy de buen humor, ¿no?" Jiang Sese se rió, encontrando excesiva la preocupación de Xu Na.

Los dos caminaron juntas hacia su salón privado asignado. Al recordar algo, Xu Na le informó: "Oh, cierto. Hermana Sese, pregunté por el Presidente Liu. Es una especie de don juán. Varias de las clientas que trabajan con su empresa parecían tener... Bueno, un cliente como él es difícil de tratar. Tienes que tener cuidado con él”.

"¡Está bien, relájate!" Jiang Sese asintió.