Bebé adorable en la puerta: Mami, por favor firma romance Capítulo 205

Hoy, Jin Fengyao había quedado con el deber de cuidar a Xiaobao. Jin Fengchen recogió a Jiang Sese después del trabajo y los dos pasaron la noche al aire libre, haciendo de todo, desde cenar, ir de compras y ver una película. Eran como una pareja normal.

Lo que hacían no podía ser más común, pero le trajo tanta felicidad a Jiang Sese. Ella nunca había experimentado tanta felicidad en su vida.

Estaban pensando regresar a casa a medianoche, pero Jiang Sese tenía hambre. Así que sugirió que regresaran a casa después de comer algo.

Pasaron por un puesto de barbacoa en la calle. Jiang Sese estaba encantada que el gran Presidente Jin comiera carne en palitos con ella.

“Jin Fengchen, ¿has comido esto alguna vez?”.

Sacudió su cabeza.

Jiang Sese se puso aún más contenta al escuchar que era su primera vez. “¿Entonces por qué estás dispuesto a probarlo?”.

Tomó un poco de agua y dijo lentamente: “Porque estoy contigo”.

Su respuesta hizo que su corazón se acelerara. ¿Por qué este hombre siempre estaba tratando de seducirla? Solo pudo seguir comiendo para esconder sus nervios.

Una sonrisa cruzó la cara de Jin Fengchen.

Él pagó después de que se llenaran y los dos caminaron por la calle lentamente, tomados de la mano. Aunque Jiang Sese se sentía tímida cuando él la tocaba, ya sea tomarse de las manos, abrazarse o besarse, ya no lo rechazaba. Incluso a veces le respondía.

Ella lo había pensado estos últimos días. Si estaban destinados a ser separados al final, ella debería aprovechar estos días y pasar tiempo de calidad con él. De esa manera, se dejarían buenos recuerdos.

Ella estaba a punto de decirle algo cuando su tono de llamada sonó a todo volumen, destruyendo su silencio. Venía del teléfono de Jin Fengchen. Sacó su teléfono y vio el nombre de Su Qingyin en la pantalla.

Él pausó y la miró subconscientemente.

“Toma la llamada. Tal vez es importante”, ella le dijo.

Él no planeaba responder la llamada. Era tarde en la noche, pero las palabras de Jiang Sese lo persuadieron a contestar. Lo que escuchó fue la voz de un mesero.

“Disculpe, Señor. ¿Es amigo de la dueña del teléfono? Esta mujer se emborrachó en nuestro bar. ¿Podría venir a recogerla?”.

Jin Fengchen frunció y presionó sus labios en una línea delgada. “Está bien. Voy para allá”.

Recibió la dirección del mesero y colgó.

Él le dijo a Jiang Sese lo que había pasado, con la intención de enviar a su asistente a buscarla por miedo de que a ella le molestara. Pero entonces la escuchó decir: “Vamos juntos. No estamos tan lejos del bar y ya es bien tarde. No es bueno que ella se quede sola”.

A ella no le agradaba Su Qingyin, ya que eran rivales en el amor. Pero esto no le preocupaba. Ella sabía que Jin Fengchen no tenía esa clase de sentimientos por ella. La examinación prenatal en el hospital había sido un malentendido. No había nada entre ellos.

Además, ella no quería que algo le ocurriera a Su Qingyin. Ella era la hija de un amigo cercano de la Familia Jin. No sería bueno quedarse sin hacer nada.

Él asintió y se dirigieron al bar.

…

Cuando llegaron, encontraron a Su Qingyin esperando en la orilla de la calle. Solo tenía ojos para Jin Fengchen, automáticamente ignorando la presencia de Jiang Sese.

“Estás aquí, Fengchen. Lo sabía. Aún te importo”.

La expresión de Jin Fengchen cambió también. Soltó a Su Qingyin y trató de salvarla, pero era muy tarde…

El conductor del auto reaccionó rápidamente cuando vio que iba a atropellar una mujer e inmediatamente giró el volante.

En el momento más crítico, el auto evitó por poco atropellar a Jiang Sese. Aún así, el auto todavía rozó su cuerpo. El impacto la hizo rodar por el suelo, golpeó su cabeza contra el pavimento y ella quedó inconsciente.

“¡Jiang Sese!”, Jin Fengchen gritó.

En ese momento, sintió que su corazón se detuvo del todo. Esta era la primera vez que sentía miedo así, en sus más de 20 años de vida.

La atmósfera inmediatamente se tornó a una quietud mortal. Corrió hacia ella y la tomó en sus brazos.

“¡Jiang Sese, Jiang Sese!”. Siguió gritando su nombre.

Jiang Sese estaba inconsciente. Él la levantó precipitadamente para llevarla al hospital.

Bajo los faroles en la calle, uno podía ver como sus manos temblaban.

Su Qingyin estaba congelada, se le había pasado considerablemente la borrachera. Su rostro se volvió pálido cuando se dio cuenta de lo que había hecho.

“¿El auto le pegó a Jiang Sese? Estará bien…”.

Su corazón estaba latiendo tan fuerte que casi se le salía por la garganta. Estaba temblando de miedo. Permaneció parada ahí en un trance, sin saber qué hacer.