Resumo de Capítulo 259 Un movimiento sórdido – Uma virada em Bebé adorable en la puerta: Mami, por favor firma de Internet
Capítulo 259 Un movimiento sórdido mergulha o leitor em uma jornada emocional dentro do universo de Bebé adorable en la puerta: Mami, por favor firma, escrito por Internet. Com traços marcantes da literatura Amor, este capítulo oferece um equilíbrio entre sentimento, tensão e revelações. Ideal para quem busca profundidade narrativa e conexões humanas reais.
“¿Hackeado?”.
Jiang Sese sintió un pesar en su corazón. “No hay forma de que me quede aquí sin hacer nada. Tengo que ir a la empresa y ver qué está pasando ahora”.
Colgó el teléfono y corrió abajo.
El mayordomo estaba a punto de subir las escaleras para decirle que era hora de almorzar. La vio bajando y le dijo: “Señorita Jiang, el almuerzo está listo”.
“Anciano Zhang, tengo que irme ahora mismo. Almorzaré cuando regrese”.
El mayordomo se preocupó al oír que iba a salir. “Señorita Jiang, sus heridas no se han curado. El Joven Amo nos dijo que nos aseguráramos de que descansara apropiadamente aquí”.
“Regresare pronto”.
“Señorita Jiang…”.
Él no la pudo detener. Solo la observó desaparecer por la puerta.
Jiang Sese llegó a su compañía. Todos la miraron en cuanto pisó dentro de la oficina.
Se sentía como un animal enjaulado, mantenido para ser juzgado por otros.
“Cómo se atreve a mostrar la cara aquí. Si fuera ella, habría excavado un hoyo y me habría enterrado en el”.
“¿Crees que es cierto?”.
“Claro que sí. De lo contrario ¿por qué esa persona se habría tomado el tiempo para hacer esto?”.
“Parecía tan inocente. ¿Quién pensaría que ella podría ser tan descarada?”.
“Por eso dicen ‘Nunca juzgues un libro por su cubierta’”.
Todos hablaban de forma temeraria del tema, como si no tuvieran miedo de que ella los escuchara.
Se mantuvo calmada e ignoró a las personas chismeando, y se dirigió a su asiento.
“Sese”.
Su asistente se levantó y la miró preocupada: “¿Se encuentra bien?”.
Ella le dio una sonrisa reconfortante. “Estoy bien”.
Se sentó, encendió su computadora y estaba a punto de entrar al foro interno de la compañía cuando escuchó su teléfono de la oficina sonar.
Era Su Shan.
“Sese, ven a verme en la oficina”.
“Bueno, aquí voy”.
Jiang Sese respiró profundamente y se levantó.
“Sese…”. Su asistente estaba preocupada por ella.
Jiang Sese le sonrió y fue a la oficina de Su Shan.
“Su Shan”.
Su Shan frunció el ceño cuando la vio y le preguntó con una voz profunda: “¿Qué es todo esto?”.
“Lo siento”.
Ella no sabía dónde empezar.
Su Shan, como su jefa, apreciaba su capacidad laboral. Pero esto se había salido de las manos y había tenido un gran impacto, no sabía cómo lidiar con esto.
Ella se levantó, miró a Jiang Sese y le preguntó: “¿Lo que dice la publicación es cierto? ¿Cómo quieres lidiar con esto?”.
“¿Cómo?”.
Jiang Sese lo encontraba difícil.
Jin Fengyao se sentía igual.
Su Shan le había dicho todo a Jin Fengyao antes de pedirle a Jiang Sese que viniera a su oficina.
El hecho que ella había dado a luz era estremecedor para él.
“¿C-c-cómo es eso posible?”.
Él no lo podía creer. Pero entonces pensó en la investigación que hizo sobre ella y en ese año que había quedado completamente en misterio.
Jiang Sese sentía su furia subiéndole a su cabeza y le gritó histéricamente: “Jiang Zhen, primero usaste a tu ex esposa y ahora a tu hija, ¿solo te deshaces de nosotras y deseas que estemos muertas?”.
“¿De qué diablos estás hablando?”. Jiang Zhen también se enfureció porque no sabía que estaba pasando.
Shen Shulan y Jiang Nuannuan, paradas a un lado, intercambiaron una mirada, Shen Shulan pasó adelante y le preguntó en una voz falsa: “Sese, ¿qué pasó?”.
Jiang Sese la miró de forma fría y afilada.
Shen Shulan retrocedió asustada mientras se quejaba: “Solo mostraba mi preocupación. No era nada malo. ¿Por qué me miras así?”.
“¿Hermana, ¿pasó algo malo? Eso te hizo ponerte muy enojada”. Jiang Nuannuan la miró regodeándose.
Jiang Sese la ignoró y respiró profundamente antes de preguntarle a Jiang Zhen: “¿Lo hiciste? Fuiste tú, ¿no es así?”.
Jiang Zhen sabía que había pasado algo terrible, ya que ella estaba siendo muy acusadora. En vez de contestarle, le preguntó: “¿Pasó algo?”.
“¿Por qué sigues pretendiendo?”, se mofó. “¿Si no fuiste tú, entonces quién publicó mi pasado? Ustedes son los únicos que saben lo que pasó hace cinco años”.
La expresión de Jiang Zhen se volvió fea cuando escuchó lo que dijo. “¿De qué estás hablando?”.
“Jiang Zhen, ¡cómo te atreves a mentirme y socavar mi posición con esa movida tan sucia!”. Ella lo miró con enojo.
Hay un famoso dicho chino que dice: Incluso un tigre no se comería a sus propias crías. Pero su padre la había lastimado una y otra vez.
Jiang Zhen miró a Shen Shulan y Jiang Nuannuan y les preguntó: “¿Ustedes tienen algo que ver en esto?”.
Jiang Nuannuan había adivinado por qué Jiang Sese estaba allí e incluso sabía quién estaba detrás de la publicación.
Se sintió un poco culpable cuando Jiang Zhen le preguntó. Pero se volvió arrogante porque sabía que ella no era la responsable, dijo: “La hermana mayor de esta familia ha hecho algo tan asqueroso. Lo tratamos de esconder, pero eso no significa que otros no sepan de lo que pasó”.
“Alguien seguramente le contó el secreto a otra persona porque te odian, Hermana”.
Le quiso decir que estaba en el lugar equivocado.
“¿Cómo se atreven a excluirse de culpa ahora?”.
La furia acumulada en su pecho atacó el corazón de Jiang Sese y ella perdió control de su temperamento. Atacó a Jiang Nuannuan y la abofeteó diciendo: “¡Solo ustedes me odian!”.
“Jiang Nuannuan, tú me has tratado de quitar todo desde que somos niñas”.
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