Bebé adorable en la puerta: Mami, por favor firma romance Capítulo 260

“Eres una mujer tan doble cara. Después de crecer, te dejé quedarte con mi prometido y mi herencia, pero no me dejas en paz. ¿Te divierte verme viviendo en la miseria?”.

“¡En el banquete, trataste de revelar mi secreto! ¡Y ahora eres tan descarada como para culpar a otras personas!”.

Jiang Sese miró a Jiang Nuannuan ferozmente que se cubría la mejilla con la mano, con ojos que escupían fuego. La rabia hervía dentro de Jiang Sese y quería hacerla pedazos.

Jiang Sese creía que simplemente estaba en este estado insoportable porque ella no la dejaba en paz.

“¡Tú… tú estás mintiendo! ¡No lo hice!”. Jiang Nuannuan todavía intentando buscar excusas para sí misma.

Aunque hubiera hecho todas esas cosas, todavía tendrían que negarlo frente a su padre, sin mencionar que era inocente en realidad.

Jiang Sese se mofó. “Veo que solo lloras cuando la muerte te mira a la cara. ¿No es así?”.

Después de eso, levantó su mano para pegarle de nuevo.

Viendo esto, Shen Shulan se acercó rápidamente para proteger a su hija con su propio cuerpo. Entonces gritó: “Jiang Sese, ¿estás loca? Has estado actuando como un perro con rabia desde que llegaste, ¡mordiendo a todos! ¡Nuannuan dijo que ella no lo hizo! ¿Qué más quieres?”.

“¿Por qué debería creerle? ¿Solo porque lo dijo?”. Jiang Sese la miró con sarcasmo.

“¡Tú!”. Shen Shulan se quedó sin palabras.

“Nuannuan, ¿lo que está diciendo Sese es cierto?”. Jiang Zhen la miró fijamente con una expresión sombría en su cara.

“Papá…”. Jiang Nuannuan se sintió tan agraviada que sus ojos enrojecieron. “Papá, no puedo creer que dudes de mí ahora. ¡Puede que no sea muy razonable, pero no soy insensata!”.

Después de eso, bajó la cabeza y sollozó, se veía como si estuviera agraviada más allá del consuelo.

La cara de Jiang Sese no tenía emociones mientras observaba esto. La mirada en sus ojos estaba llena de provocación.

Sí, Jiang Nuannuan había sido buena interpretando el papel de la chica lamentable desde que era pequeña. Tanto que Jiang Zhen le creía más que a Jiang Sese en cada ocasión.

“Jiang Nuannuan, deja de fingir. ¿Quién más pudo ser si no fuiste tú?”.

Shen Shulan miró de reojo a su marido. Cuando vio su cara enfurecida, no pudo evitar entrar en pánico. Si él realmente le creía a Jiang Sese, sabía que ella y su hija estarían en problemas.

Por lo tanto, renuente a mostrar debilidad, le gritó a Jiang Sese. “¿Tienes pruebas de que Nuannuan lo hizo? Si no, ¡solo estás echándole barro!”.

“¿Echándole barro?”. Estaba tan furiosa que se rio. Miró a Jian Nuannuan y a Jiang Zhen, y movió su cabeza... “Bien. Ninguno de ustedes lo admitirá, ¿verdad? ¿¡Qué tan estúpida fui al confiar en esta familia codiciosa y despiadada?! ¡Me dan asco!”.

Se marchó indignada después de decir estas palabras.

Lo que dijo le dejó un sabor amargo en la boca a Jiang Zhen. Quería explicarle y darle excusas, pero era muy tarde.

Jiang Sese ya estaba fuera de vista.

Parecía que se había formado una masa en su pecho, dándole una sensación horrible.

“¡Está loca! ¡Loca!”, gritó Shen Shulan indignada.

Entrecerrando los ojos, Jiang Zhen le echó una mirada afilada a Jiang Nuannuan. “¿De verdad no fuiste tú, Nuannuan?”.

“Papá, claro que no fui yo. ¿Cómo podría hacer algo así?”.

“¿De verdad?”.

Bajo la mirada de su padre, Jiang Nuannuan miró a un lado con su conciencia culpable. “Por, por supuesto que te digo la verdad. Papá, ¿cómo puedes creerle a mi hermana? Nunca me ha querido, sabes perfectamente bien que ella…”.

“¡Ya basta!”, Jiang Zhen levantó la voz de repente.

Asustada, Jiang Nuannuan empezó a llorar de inmediato.

Cuando era pequeña, Jiang Zhen se suavizaba al verla llorar y la consolaba de inmediato.

Él no tenía nada que ver con lo que había pasado, pero había sido culpado por algo que no había hecho, lo cual lo molestaba mucho. Viendo sus lágrimas se sintió aún más irritado. Gritó: “¿Por qué diablos estás llorando?”.

Viendo que estaba genuinamente enojado, Shen Shulan se puso nerviosa y dijo rápidamente: “Anciano Jiang, por favor, no se enoje. Si Nuannuan dice que no lo hizo, entonces no lo hizo. No puedes creer las palabras que salen de la boca de Sese”.

Todo habría estado bien si no se hubiera metido. Pero lo que dijo completamente lo desató.

“¡Cállate!”. Jiang Zhen las miró con enojo. “¿Quién más podría hacer algo así si no fueron ustedes dos? No lo entiendo. ¿Están tratando de arruinar la familia Jiang?”.

Aunque Jiang Nuannuan quería inventar excusas para sí misma, escogió quedarse callada al ver la furia de su padre.

En el otro extremo, la rabia de Jiang Sese no se apagaba aún después de dejar la casa de la familia Jiang.

Finalmente había renunciado a esa familia para siempre.