Bebé adorable en la puerta: Mami, por favor firma romance Capítulo 275

Fue una noche salvaje.

Transmitieron su anhelo el uno por el otro a través de su beso.

"Sese, te amo".

Él liberó todas sus emociones en murmullos y gemidos en su oído, mientras sus lágrimas fluían como un grifo que goteaba. Ella se aferró a su espalda, entregándose a sus emociones.

Jin Fengchen se sumió en un profundo sueño.

La habitación era oscura y la única fuente de luz era una lámpara junto a la cama.

La luz amarilla bañaba la cama, envolviendo a Jiang Sese mientras miraba con nostalgia a Jin Fengchen.

Parecía como si estuviera tratando de grabar su imagen en su mente.

Habían pasado dos meses desde la última vez que lo vio y parecía que se había vuelto más delgado. A pesar de que la luz era tenue, podía ver claramente la oscuridad bajo sus ojos.

No había estado viviendo bien.

De repente, emociones conflictivas surgieron en el corazón de ella.

Había culpa, angustia, así como otros sentimientos indescriptibles.

"Lo siento".

Jiang Sese murmuró para sí misma. Cerró los ojos y extendió la mano para abrazarlo con un fuerte abrazo.

Después de un largo tiempo, lo soltó.

Le trazó suavemente las cejas y los ojos, y una sonrisa irónica apareció lentamente en su rostro.

"Fengchen, por favor, perdóname por ser egoísta. Esta es la única manera. Es lo mejor para ti, tu familia y para mí".

El cielo comenzaba a alumbrarse. A pesar de su reticencia, se levantó de la cama, recogió su ropa del suelo y se la puso.

Luego vistió a Jin Fengchen y puso todo en su lugar. Quería que pareciera como si nunca hubiera estado aquí.

Antes de irse, miró con nostalgia al hombre que estaba profundamente dormido en la cama.

Después de este momento, tal vez no lo volvería a ver.

No importaba cuán indefensa y reacia se sintiera, no tenía más remedio que tomar esta decisión.

Rechinó los dientes y se dio la vuelta. Con un corazón pesado, salió decididamente de la habitación.

La luz de la mañana se filtró en la habitación a través de la ventana, golpeando las pesadas cortinas. El hombre que estaba en la cama gimió antes de sentarse en estado de conmoción.

Jin Fengchen miró a su alrededor y levantó la colcha. Cuando vio que sus ropas estaban intactas, sus hermosas cejas se arrugaron.

"¿Fue eso... solo un sueño?".

"¿Pero por qué se sintió tan real?”.

Finalmente, una sonrisa burlona cruzó su rostro. Ella lo había dejado tan despiadadamente atrás, así que ¿por qué aparecería aquí?

La echaba tanto de menos que soñaba con ella.

No pensó mucho en ello. Después de lavarse, salió apresuradamente del hotel.

Sin saberlo, después de irse en un taxi, una figura delgada salió de detrás de las plantas en la maceta frente al hotel.

Jiang Sese vio el taxi desaparecer gradualmente en la distancia, sintiéndose aturdida durante mucho tiempo.

…

Jiang Sese regresó a casa. Como no había dormido mucho la noche anterior, parecía no poder reunir ninguna energía. Su corazón se sentía vacío.

Sabía que no era por la falta de sueño, sino por Jin Fengchen.

Durante los últimos dos meses, había creído que poco a poco se olvidaría de él.

Pero en el momento en que lo vio, supo que se estaba engañando a sí misma.

Su anhelo por él era mucho más profundo de lo que había imaginado.

"¿Por qué Dios me trata de esta manera?".

"He elegido irme, así que, ¿por qué dejas que él aparezca delante de mí?".

"¿Cómo esperas que me olvide de él?".

De repente, sonó su teléfono.

La llamada era de una colega.

"Sese, ¿por qué no estás en el trabajo todavía?".

...

Era la primera vez que llegaba tarde en los dos meses que llevaba trabajando aquí. Era de esperarse que la gerente la regañara.

Cuando volvió a su escritorio, su vecina se inclinó y le susurró preocupada: "Sese, ¿estás bien? No te ves muy bien".

Lu Zheng se quedó en silencio.

Jiang Sese se mordió el labio inferior antes de decir: "Se emborrachó. Creo que no me reconoció".

"¿Estás segura?", preguntó.

"Sí. Estaba muy borracho y no me reconoció".

Solo entonces Lu Zheng suspiró aliviado. "Es bueno oírlo. Tenía miedo de que te reconociera y te llevara de vuelta a la Ciudad Jin".

"Nunca volveré", murmuró Jiang Sese.

A pesar de que hablaba en voz baja, sus palabras seguían sonando alto y claro para Lu Zheng.

Por un momento, él se quedó pensando. Luego preguntó: "Sese, ¿serías capaz de dejarlo ir?".

"¿Sería capaz de dejarlo ir?".

Miró hacia el cielo nublado. Para ser honesta, no sabía si podría dejarlo ir.

Lu Zheng entendió su respuesta cuando ella no respondió, incluso después de mucho tiempo.

"Espero que puedas enfrentarte a ti misma y a tus sentimientos con franqueza y honestidad. A veces, no puedes resolver tus problemas huyendo".

"Está bien, lo entiendo".

Entender era una cosa. Hacerlo era el verdadero desafío.

Lu Zheng sabía que no había mucho más que pudiera decir. Suspiró y dijo: "Hazme saber cuando quieras volver. Te recogeré".

"Gracias".

Jiang Sese terminó la llamada. Su humor, como el cielo, estaba nublado. No podía ver a través de él.

Quería volver a la Ciudad Jin.

Quería desesperadamente volver a su lado.

Pero ¿cómo podría volver?

Cada vez que pensaba en su pasado, su anhelo se sentía como un sueño sin esperanza.

Sonrió irónicamente. Luego, con un largo suspiro, se dio la vuelta y bajó las escaleras.

Algunos asuntos solo creaban más problemas cuanto más se pensara en ellos. Debería dejar que las cosas siguieran su curso natural.