Bebé adorable en la puerta: Mami, por favor firma romance Capítulo 358

El coche iba a más de 160 kilómetros por hora, pero Jin Fengchen seguía sin estar satisfecho. Pisó el acelerador con más fuerza.

Mientras tanto, Jiang Sese no podía estar más nerviosa. Después de todo, ella había sido la razón por la que esto había empezado, pero en ese momento, Lu Zheng tuvo que convertirse en el chivo expiatorio. Ese no debería haber sido el caso.

Su única opción era esperar que Jin Fengchen llegara pronto.

Tal vez su oración había funcionado. Una figura familiar apareció en ese momento y, antes de que pudiera decir nada, la atrajo hacia sus brazos.

Al oler el aroma familiar de Jin Fengchen, Jiang Sese sintió por fin que su mente se calmaba.

Jin Fengchen sintió que su corazón se derretía al ver lo nerviosa que estaba. Casi quería meterla en su cuerpo.

Jiang Sese volvió a sí primero. Apartó a Jin Fengchen y preguntó apresuradamente: "Fengchen, ¿cuánta gente has traído? Estamos en problemas".

Jin Fengchen intuyó que algo había salido mal y preguntó con un tono sombrío: "¿Qué está pasando? ¿Por qué necesitas más gente?".

Como no había tiempo para excusas, Jiang Sese tuvo que resumir la historia.

"Nos encontramos con un cliente que intentó aprovecharse de mí, así que le di una patada. El Sénior Lu empezó a pelear con ellos porque trató de protegerme. Ve a ayudarlo ahora".

Jin Fengchen frunció el ceño cuando mencionó el intento del cliente. No pudo evitar preguntar después de que ella terminara: "¿Y tú? ¿Estás bien?".

Jiang Sese asintió con la cabeza. "Estoy bien, pero el Sénior Lu sigue adentro. Ve a ayudarlo".

Sonaba nerviosa, ya que temía que algo pudiera pasarle a Lu Zheng si Jin Fengchen no llegaba a tiempo. Si eso ocurría, se sentiría inmensamente culpable.

Aunque ella dijo que estaba bien, Jin Fengchen seguía preocupado. Tuvo que examinarla de arriba abajo, y solo se tranquilizó cuando se convenció de que ella estaba bien.

Jiang Sese se conmovió al ver lo nervioso que estaba. Se preguntó qué universo había salvado en otra vida para merecer el amor de un hombre así.

Cuando él terminó de examinarla, Jiang Sese le instó de nuevo. "Fengchen, ¿estás seguro de que no vas a ayudar al Sénior Lu? Me temo que...".

Lo que Jiang Sese no notó fue que antes de hacer la petición, Jin Fengchen ya le había hecho una señal a Gu Nian con una mirada. Entendiendo la indirecta, Gu Nian entró a ayudar a Lu Zheng.

Por eso Jin Fengchen no parecía preocupado en absoluto. Dijo sin prisa: "¿Sigues siendo mi Sese? Estás tan preocupada por otro hombre que te has olvidado de tu propio marido que está delante de ti".

Al ver que se había puesto celoso, Jiang Sese no sabía si reír o llorar. "Fengchen, ¿de qué estás hablando? El Sénior Lu solo ha empezado a pelear con ellos por mi culpa. Sería muy ingrato por mi parte si le diera la espalda. Estoy segura de que no quieres que me convierta en esa clase de persona, ¿verdad?".

En realidad, Jin Fengchen solo estaba jugando con ella. Cualquier pequeño agravio que hubiera tenido se esfumó al ver la forma en que ella estaba. La abrazó suavemente y la besó en la frente.

Jiang Sese se sintió avergonzada por el inesperado gesto de amor de Jin Fengchen en público, y no pudo evitar sonrojarse...

Era tan adorable cuando se sentía tímida, y Jin Fengchen tuvo que luchar contra sus ganas de besarla. Pellizcándole las mejillas, le dijo: "No te preocupes. He enviado a Gu Nian. Siéntete tranquila mientras llamo a la policía. Es mejor dejarles estas cosas a ellos en lugar de manejarlas nosotros".

Jiang Sese se sintió molesta cuando escuchó eso. "¿Por qué no llamé a la policía? ¡Soy tan tonta!".

Jin Fengchen pareció leer su mente y la consoló. "No pasa nada. Me alegro de haber sido la primera persona a la que acudiste cuando tenías problemas. Deja todo lo demás en mis manos".

Después de eso, llamó a la policía.

Al oír eso, Jiang Sese tuvo una sensación de seguridad que nunca había sentido antes.

Era como si el hombre que estaba a su lado fuera capaz de protegerla de cualquier cosa, incluso de la caída del cielo.

Se aseguraría de que nada le hiciera daño.