Bebé adorable en la puerta: Mami, por favor firma romance Capítulo 389

Jin Fengyao no era un idiota. Sabía para qué lo quería la mercenaria.

Llamó al número y la mercenaria contestó inmediatamente.

"Si no haces exactamente lo que se indica en el mensaje, mataré a esta mujer".

Mientras hablaba, desenfundó una espada y la pasó por el brazo de Song Qingwan. Song Qingwan aspiró un poco, pero no emitió ningún sonido.

Al escuchar la voz de Jin Fengyao en el teléfono, se sintió mucho más tranquila y sin miedo porque sabía que él definitivamente la rescataría.

Justo antes, la mercenaria le había inyectado algo y había frenado sus reacciones.

Como estudiante de medicina, sabía que la mujer le había inyectado clorfeniramina, que podía embotar los sentidos de una persona. Afortunadamente, había bebido mucho té de crisantemo antes de su secuestro, por lo que los efectos desaparecieron rápidamente.

Pero para evitar que la mercenaria se diera cuenta de algo, Song Qingwan siguió actuando.

Al oír el silencio al otro lado del teléfono, Jin Fengyao apretó la mano alrededor de su teléfono y se obligó a calmarse.

Dijo palabra por palabra: "Si voy solo, no será justo. Sabes que, después de todo, somos un hombre lisiado y una mujer débil. Aunque quisiéramos correr tras el intercambio, no podemos compararnos con tu condición física”.

"Y en una pelea, no somos rivales para ti. En aras de la equidad, llevaré a gente conmigo, pero te prometo que podrás salir de forma segura. No me pondré en una posición desventajosa".

Cuando Jin Fengyao terminó de hablar, el silencio envolvió el otro lado del teléfono.

La mercenaria pensó durante mucho tiempo y no encontró nada malo en lo que dijo Jin Fengyao. Para ella, lo más importante era rescatar a su compañero.

Así que aceptó. "De acuerdo. Puedo aceptar tu condición, pero tienes que preparar un coche para que nos vayamos".

Al oír su respuesta, Jin Fengyao respondió rápidamente: "No hay problema. Dime la dirección".

Mientras hablaban, Jin Fengchen había estado tratando de localizarla, pero evidentemente, esta mercenaria tenía mucha experiencia y ya había destruido todas las pistas.

Una vez que ella colgó la llamada, la tarjeta SIM borró inmediatamente toda la información que contenía. Tuvo que decirles su ubicación, ya que era imposible que la encontraran.

Al final, la mercenaria fijó la ubicación de una planta de procesamiento no utilizada. Después de que Jin Fengyao recibiera el mensaje, se dirigió al lugar con el mercenario masculino.

Jin Fengchen le siguió con el resto de su gente. Para evitar ser detectados por la mercenaria, se mantuvieron a cierta distancia de Jin Fengyao.

Después de que el mercenario masculino fuera escoltado hasta el coche, le pusieron una bolsa en la cabeza y le metieron un paño en la boca para no irritar a Jin Fengyao.

Como toda la ciudad estaba bloqueada, el viaje fue tranquilo. El lugar que les proporcionó la mercenaria era una fábrica que había sido abandonada hacía tiempo. Estaba muy aislada, sin nada en los alrededores.

Después de conducir por una carretera llena de baches durante un rato, finalmente llegaron.

Jin Fengyao llevó al mercenario a la entrada, pero no vio ningún rastro de la mercenaria ni de Song Qingwan. Sin dudarlo, gritó: "He traído a la persona. Debes cumplir tu promesa".

Jin Fengyao frunció involuntariamente las cejas y se giró para ver a la mujer que lo miraba con una media sonrisa. Una sonrisa malvada también estaba en las comisuras de los labios del hombre.

En ese momento, Jin Fengyao se sintió muy incómodo, pero dijo con calma: "Ya lo he liberado como me pediste, y he preparado un coche. ¿Quieres faltar a tu palabra ahora?".

El hombre se acercó a Jin Fengyao mientras hablaba y jugaba con un cuchillo en la mano.

Viendo la situación, Jin Fengyao colocó a Song Qingwan detrás de él. No permitiría que estuviera en más peligro.

El hombre se acercó a Jin Fengyao y le cortó la cara con su cuchillo. La hoja estaba muy afilada y la sangre brotó inmediatamente. El hombre pareció enloquecer al ver la sangre. Lamió la sangre de la punta del cuchillo y dijo: "La sangre de Jin Fengyao sabe deliciosa. Me pregunto si estará más bonita después de que su cuerpo haya volado en pedazos".

Las acciones del hombre hicieron que Jin Fengyao quisiera vomitar, pero siguió protegiendo a Song Qingwan con cuidado.

"¿Qué quieres decir?". Jin Fengyao le miró con recelo.

"Es lo que he dicho. Que estalle como un fuego artificial".

Mientras el hombre hablaba, comenzó a bailar y en su rostro apareció una expresión de satisfacción, como si estuviera contemplando una bella imagen.

En la cabeza de Jin Fengyao saltaron las alarmas ante estas palabras. "¿Quiso decir...?".

En ese momento, Jin Fengchen, que había estado escondido en las sombras, también escuchó las palabras del hombre. Antes de que Jin Fengyao se marchara, le habían colocado un micrófono para evitar que los mercenarios hicieran cualquier cosa.