Bebé adorable en la puerta: Mami, por favor firma romance Capítulo 552

Como hombre de ciencia, su pensamiento siempre había sido linear.

Si te gusta alguien, entonces la persigues. Además, él ya era cercano a ella, así que eso facilitaba las cosas. Cuanto más tiempo esperara, más cosas podrían salir mal.

Fu Jingyun escuchó esto y sonrió ligeramente.

Negó con la cabeza y continuó con su opinión.

"No quiero aprovecharme de ella en un momento difícil. Ella aún no ha recuperado toda su memoria, así que si en este momento, yo... No importa cómo lo diga, me parece despreciable. Espero que ella se quede a mi lado porque quiere".

Cuando dijo esto, sus ojos estaban llenos de dulzura. La luz de sus ojos se movió y brilló con fuerza.

Floren hizo una pausa y luego palmeó el hombro de Fu Jingyun mientras se reía a carcajadas.

Fu Jingyun le miró confundido. "¿De qué te ríes? ¿He dicho algo malo?".

"No, no. Solo creo que eres un romántico incurable. Tienes razón, estoy siendo estrecho de miras. Las citas y el matrimonio no son lo mismo. Tú quieres pasar toda la vida con tu mujer, así que deberían tratarse con franqueza mutuamente. Los dos tienen que estar dispuestos, si no, es fácil que las cosas cambien", dijo Floren con emoción.

Cuando Fu Jingyun escuchó esto, no pudo evitar sentir un ligero vuelco en su corazón.

Él también estaba preocupado por este posible cambio.

La amargura apareció en sus ojos, y sus labios se curvaron para formar una sonrisa amarga.

Durante esos tres años, los forasteros solo sabían que Jiang Sese era su esposa. Parecían estar enamorados y su relación parecía ser armoniosa.

Pero en realidad, solo eran marido y mujer de nombre, no de verdad.

Él reprimía sus emociones y su deseo, y nunca se había excedido.

Además, no podía saber lo que Jiang Sese sentía por él.

Siempre tenía la sensación de que Jiang Sese veía a otra persona cuando lo miraba a él.

A veces podía sentir que Jiang Sese, inconscientemente, no lo consideraba la persona más cercana a ella.

Sin darse cuenta, mantenía una distancia con él.

Él veía todo esto y no hablaba de ello. Respetó los deseos de ella.

Sin embargo, era un hombre normal, no un santo.

Ante una mujer a la que amaba, podía verse abrumado por las emociones, y sus pensamientos volaban a un lugar añorado.

No sabía cuánto tiempo más podría aguantar en silencio.

El dedo de Fu Jingyun rozó ligeramente sus labios.

Miró a la distancia. Poco a poco, fue dibujando el rostro de Jiang Sese en el horizonte.

Lentamente, su sangre se calentó. Estaba deseando que llegara el día en que pudiera tenerla de verdad.

Dentro del laboratorio, un zumbido sonó de repente.

El sonido provenía del bolsillo de Fu Jingyun. Su teléfono había estado vibrando durante un rato.

Al ver que Fu Jingyun no reaccionaba, Floren se acercó y agitó la mano frente a la cara de Fu Jingyun.

"Jingyun, Jingyun, tu teléfono está sonando. ¿En qué estás pensando tan intensamente? Date prisa y contesta".

El tono directo de Floren devolvió a Fu Jingyun a la realidad.

Sus ojos estaban nublados. Después de volver en sí, sacó rápidamente su teléfono.

"¿Mjm? Ah, gracias. Lo contestaré inmediatamente".

Mirando el identificador de llamadas en su teléfono, no pudo evitar que las comisuras de su boca se levantaran.

La frialdad de sus ojos se derritió inmediatamente, como las ondas que se extienden por la superficie de un lago tranquilo.

Su aspecto sorprendió a Floren, quien preguntó: "¿Quién es?".

Con sus finos labios curvados, Fu Jingyun sonrió y luego respondió: "Mi esposa".

Deslizando el dedo por la pantalla, respondió a la llamada.

"Hablando del Rey de Roma. Te dejaré hablar. Ya me voy, no te molestaré".

Floren se cambió de ropa y se fue.

Fu Jingyun asintió y se despidió de él.

"Adiós, ve con cuidado".

Pensó por un momento y se preparó para salir de nuevo.

Mientras bajaba las escaleras, vio que Xiaobao seguía en silencio mirando a la pared en actitud de autorreflexión.

Al ver a su padre, Xiaobao le suplicó con la mirada.

Su expresión superpuesta a la apariencia de Jiang Sese lo confundió brevemente.

El corazón de Jin Fengchen se conmovió y dijo en voz baja: "Está bien esta vez. ¡Solo esta vez!".

Cuando terminó de hablar, se dio la vuelta para salir.

"¡Oh, sí!".

Una vez que Xiaobao recibió la amnistía, sonaron sus vítores.

Los labios de Jin Fengchen se apretaron ligeramente, y sacudió la cabeza divertido. Luego aceleró su paso mientras se apresuraba hacia su empresa.

Tras recoger los documentos, se apresuró a volver a casa.

Todo el viaje le llevó menos de 30 minutos. Cuando entró en la mansión, Xiaobao había desaparecido.

Frunciendo el ceño, Jin Fengchen se quitó la chaqueta del traje y llamó al mayordomo.

Cruzando sus largas piernas de forma casual, se sentó en el sofá y cerró ligeramente los ojos. Le preguntó al mayordomo: "¿Dónde está Xiaobao?".

El mayordomo estaba medio agachado. Pensando en Xiaobao, contestó cuidadosamente: "No mucho después de que se fuera, el niño de al lado vino a buscar al Pequeño Amo y le pidió que saliera. Los dos tomaron sus monopatines y se fueron".

Tras escuchar esto, Jin Fengchen resopló ligeramente. Aparecieron ondas en sus ojos que tenían una mirada indiferente.

El mayordomo pensó que estaba enfadado y no pudo evitar secarse un poco de sudor frío en nombre de Xiaobao.

Agarró su pañuelo y se limpió temblorosamente las pequeñas gotas de sudor de su frente. Mirando hacia Jin Fengchen, dijo cuidadosamente: "El Pequeño Amo debe estar cerca de la plaza. No irá muy lejos. He hecho que Joseph lo siga. No será peligroso".

Ayudó a Xiaobao a suavizar las cosas para que Jin Fengchen no le castigara de nuevo.

A los niños pequeños les gusta jugar; es parte de su naturaleza.

Así que no impidió que Xiaobao se fuera antes.

El mayordomo consideró la expresión de Jin Fengchen y sugirió con preocupación: "Pero si no estás seguro, haré que alguien traiga de vuelta al Pequeño Amo inmediatamente".