Bebé adorable en la puerta: Mami, por favor firma romance Capítulo 56

Ignorando a su hermano, Jin Fengchen escribió en su celular y le dio a Jiang Sese sus medidas. Al final de su respuesta, incluyó una pregunta: “¿Para qué quieres mis medidas?”

Jiang Sese observó su respuesta y sonrió, había elaborado ​​una respuesta tan misteriosa con solo una palabra que decía:

Secreto.

Con las medidas que Jin Fengchen le había proporcionado, Jiang Sese luego completó el pedido de los disfraces.

Jin Fengyao se inclinó hacia adelante, tratando de echar un vistazo al celular de su hermano mientras preguntaba: “Entonces, ¿qué está diciendo mi futura cuñada? ¿Por qué pregunta por tus medidas?”

“¿Y eso que tiene que ver contigo?”, comentó Jin Fengchen con frialdad.

A pesar de la respuesta ingeniosa y críptica de Jiang Sese, Jin Fengchen adivinó fácilmente su propósito. Una sonrisa se formó en su rostro de forma intuitiva mientras reflexionaba: “¡Todavía quedan unos días hasta el evento! ¡Esta chica está muy emocionada!”

Sentado justo frente a él, Jin Fengyao observó con incredulidad cómo la sonrisa en el rostro de su hermano se abría como los pétalos de una flor.

“¡Dioses en el cielo! ¡Mírate, hermano! ¡Has cambiado!”

“¡El Hermano Mayor nunca miraba su celular cuando estábamos hablando de negocios! ¡Sin mencionar que ahora sonríe tan fácilmente!”

"Él está cambiado para siempre”, pensó Jin Fengyao quietamente, "Pero quién lo hubiera pensado...Je je je... ¡Mi futura cuñada! ¡Qué especial es ella, para poder afectar al Hermano Mayor de tal manera!"

....

Al día siguiente, Jiang Sese recibió la entrega de los disfraces que había pedido.

Ella inmediatamente tomó su celular y llamó a Xiaobao, pidiéndole a él y a su padre que fueran a su casa para probarlos.

El padre y el hijo no tardaron en llegar.

Xiaobao tomó su disfraz y lo miró. Él estaba emocionado y eufórico.

“¡Wau, Tía Sese! ¡Hasta encontraste nuestros disfraces!”

“¡Por supuesto! Tenemos que probarlos para ver si quedan bien. ¡Dale, póntelo! ¡Tendré que devolverlo y pedir un cambio de talla si no te queda!”

“¡Está bien!”, respondió.

Xiaobao inmediatamente entró en una habitación para cambiarse.

Jiang Sese giró y encontró a Jin Fengchen extraordinariamente malhumorado enfurruñado en una esquina, mirando su disfraz de Gran Feroz Lobo.

“Yo paso” murmuró Jin Fengchen categóricamente.

“¡No, no lo harás! ¡Tienes que probarlo! ¡Qué pasa si el disfraz no te queda!”

“Pero este disfraz de lobo es algo…” Jin Fengchen hizo una mueca en silencio. Como un hombre consciente de sí mismo que siempre se había proyectado a sí mismo como una persona fresca y suave, Jin Fengchen no se atrevía a ponerse un atuendo tan tonto. Pero Jiang Sese ciertamente esperaba verlo en él.

Ella estudió su expresión severa mientras hacía todo lo posible por mantener una actitud plácida y lo empujó: “¡Vamos, póntelo!”

“No”. Su voz contundente era de nuevo obstinada.

Al mismo tiempo, la puerta de la habitación se abrió y salió un Xiaobao completamente disfrazado.

“¿Cómo me veo, Tía Sese?”, preguntó él.

¡Jiang Sese se dio la vuelta, lo miró bien y le sonrió brillantemente! “¡Un Xiaobao delgado con el atuendo de Caperucita Roja es tan lindo!”

“¡Oh! ¡Mírate! ¡Te ves tan adorable, Xiaobao!”

Jin Fengchen apenas salió de su esquina. Faltaba el disfraz del Gran Lobo Feroz; él debió haberlo guardado a escondidas.

Pero su desaparición apenas pasó desapercibida por Jiang Sese. Ella inmediatamente preguntó: “¿Realmente no quieres probártelo?”

“Estoy seguro de que me quedará, así que no veo ninguna razón para probarlo. Me lo pondré durante las actuaciones”.

Oh, bueno...Ella suspiró. Ella tenía muchas ganas de verlo en el disfraz, pero también podía ver que él nunca cambiaría de parecer. "Después de todo, él tendrá que ponérselo durante las actuaciones”, pensó ella.

Ella se volvió para darle otra mirada a Xiaobao. Luego agarró su celular y tomó algunas fotos de él.

“¡Oh, Dios mío! Mírate, Xiaobao”. Una exuberante Jiang Sese ojeó las fotos que había tomado “¡Nuestro pequeño Xiaobao es tan lindo!”

Jiang Sese seleccionó algunas y las subió a sus Momentos WeChat. En cuestión de minutos, los comentarios hechos por sus colegas y amigos comenzaron a acumularse debajo de las imágenes recién cargadas.

“¡Dios mío! ¿No es esto tan lindo?”

“¡¿De quién es este niño?! ¡Mira la carita! ¡Sus mejillas son tan jugosas que realmente quiero pellizcarlas!”