Bebé adorable en la puerta: Mami, por favor firma romance Capítulo 65

Después de una gira alrededor del lugar de la fiesta, Jin Fengchen comentó: “Xiaobao realmente ama lo que hiciste con el lugar. Buen trabajo. Y muchas gracias. Todo aquí fue muy considerado de tu parte".

“¡Sip, Tía Sese! ¡Me encanta lo que has hecho aquí!”

Xiaobao se veía genuinamente feliz mientras tiraba de la mano de Jiang Sese. “Ven conmigo Tía Sese. Hay algo que quiero mostrarte".

La mirada que le dio era tan intrigante que Jiang Sese estaba interesada en descubrir que era.

Xiaobao la arrastró hasta una fila de robots alineados en una nítida formación, entonces saco un control remoto y oprimió un botón. ¡Uno de los robots se encendió y empezó a caminar!

“¡Estos son robots reales, no son solo robots de modelo! Una sorprendida Jiang Sese se percató.

El robot camino hacia Jiang Sese y se inclinó en una inconfundible reverencia y habló como un mayordomo, “¿Hay algo con lo que le pueda ayudar, señorita?”

“¡Oh por Dios! ¡El robot puede hablar!”, Jiang Sese tambaleó en shock en cuanto escuchó su voz mecánica.

Jin Fengchen los estaba mirando con una sonrisa fina en su cara. “Ese es el trabajo de Xiaobao. Pero nunca se lo enseña a nadie".

Pero hoy, él le estaba enseñando a Jiang Sese su posesión más preciada, indicando que él la quería mucho.

“Pero para hacer algo así… Xiaobao… ¡tendría que ser un genio!”, Jiangse estaba sorprendida, con las palabras de Jin Fengchen todavía resonando en su mente.

“¿Te gusta, Tía Sese?”, preguntó Xiaobao radiante.

Jiang Sese se agachó y le acarició el rostro, sus dedos recorriendo las curvas de su pequeña carita, y asintió felizmente.

“Por supuesto. ¡Me encanta! ¡Eres increíble Xiaobao!”

Jiang Sese sintió que un orgullo rebosaba dentro de ella, como si Xiaobao fuera su propio hijo. Ella no sabía de dónde venía esta sensación. Tal vez ella lo conocía desde hace tanto tiempo que ella había desarrollado un cariño por él también.

La sonrisa de Xiaobao creció aún más. Él oprimió unos botones más en el control remoto y jugó con su robot.

Más tarde, los tres continuaron su gira por el yate.

La embarcación era tan enorme que el cielo ya estaba oscuro cuando terminaron de explorarlo todo y Jin Fengchen había arreglado para que cenaran juntos.

Era la primera vez que Jiang Sese había disfrutado una comida en el mar. Una suntuosa comida fue una experiencia extraordinaria en un yate. Ella miró a Xiaobao y sintió cómo su alegría contagiosa le tocaba el corazón, y todos los pensamientos infelices que tenía se desvanecieron en ese mismo instante.

Como ya era tarde cuando acabaron de cenar, los tres decidieron quedarse a dormir en el bote.

Jiang Sese compartía un cuarto con Xiaobao mientras Jin Fengchen estaría justo al lado.

Acostada en la ancha cama King en la cabina, Xiaobao se acurrucó en los brazos de Jiang Sese, mientras la escuchaba a ella decirle una historia.

“Tía Sese,” Xiaobao preguntó de repente, “¿podrías quedarte con Xiaobao para siempre?”

Jiang Sese pausó y empezó a temblar, desconcertada por la pregunta, y luego lo miró .

“¿Me gustaría quedarme con él para siempre?”, Jiang Sese se preguntó, una pregunta que nunca había contemplado. “Pero tengo miedo de que no…”

“Xiaobao te quiere mucho Tía Sese”, Xiaobao lloriqueo, “así que te tienes que quedar con Xiaobao para siempre. Para siempre".

Jiang Sese se rió. “Pero un día conocerás a una persona que quieras más que a tú Tía Sese,” ella lo arrulló suavemente. “Entonces te casarás con ella. Tía Sese no puede cuidarte para siempre".

“Entonces me casaré contigo, Tía Sese”, Xiaobao se quejó.

Eso provocó otra risa de Jiang Sese.

“Si solo Jin Fengchen pudiera escuchar esto… ¡tal vez le prohibiría a su hijo verme de nuevo!”

La discusión continuó hasta altas horas de la noche hasta que Xiaobao finalmente se quedó dormido.

Su respiración profunda le dijo a Jiang Sese que él estaba profundamente dormido. Ella vio su cara pequeña y sintió un enternecedor sentimiento maternal dentro de ella.

Entonces escuchó su voz temblorosa y titubeante, diciendo, “Tía Sese".

“Que precioso como el pequeño habla mientras duerme,” ella pensó, una sonrisa maternal se extendió sobre su cara. “¿Estará soñando sobre mi?”

Los Jiang no la habían molestado desde que su madre había sido rescatada después de ser secuestrada por ellos. Jiang Sese se empezó a preocupar. “¿Qué pasará con ese proyecto de ellos?”

“Los Jiang nunca se rendiría así por así. Seguro estaban planeando algo siniestro…”

Un par de palabras no fue lo único que compartieron mientras lo noche crecía más oscura. Después de unos cuantos vasos más, Jiang Sese estaba empezando a sentirse borracha y su cabeza se sentía pesada.

Ella se levantó, a punto de decir buenas noches y regresar a su cabina, cuando casi se cae. Pero un par de brazos fuertes, los brazos de Jin Fengchen, la rodearon y agarraron.

Antes de que se pudiera dar cuenta de lo que estaba pasando, se encontró completamente envuelta sus brazos, la cara de ella contra el pecho de él, y su respiración agitada.

Su cara estaba completamente sonrojada y sus bellos ojos se veían nublados. Sus labios rosados temblaron como si ella tratara de decirle algo.

Sin poder contenerse más, Jin Fengchen agachó su cabeza y unió sus labios con los de ella, y la beso profundamente.

Jiang Sese quedó pasmada. Ella reaccionó rápidamente tratando de apartarse de él, pero era muy tarde. Jin Fengchen había envuelto un brazo alrededor de su cintura y acorralándola contra él.

Su lengua exploró su boca sedientamente, y Jiang Sese sintió cómo cualquier defensa que tenía se derrumbaba con su fuerza menguante.

Cuando sus labios finalmente se separaron, sus bocas abiertas compartieron sus alientos calientes y sus ojos intercambiaron miradas aún más ardientes mientras el sudor empezó a bajar por sus espaldas a pesar de la brisa fría del mar.

Tomó un largo tiempo y mucha dificultad, pero Jin Fengchen por fin la dejó ir.

Las mejillas de Jiang Sese eran un par de parches rojos. Ella empujó a Jin Fengchen, extrayéndose de su aroma y el calor de su cuerpo. Su voz parecía estar atorada en su garganta, aunque ella quería regañarlo por ese gesto tan repentino. “¿Debería regañarlo por besarme? Pero…”

Lo único que alcanzó a decir fue, “Ya es tarde. Debería regresar".

Y Jiang Sese regresó a su cabina.

Jin Fengchen quedó inmóvil donde estaba, viéndola ir. Sus labios se contrajeron sintiendo los últimos vestigios del placer sensual que todavía estaban vívidamente frescos.

Jiang Sese regresó perturbada a su cabina y cerró la puerta rápidamente después de ella, su mente y corazón estaban corriendo como un caballo salvaje.