Bebé adorable en la puerta: Mami, por favor firma romance Capítulo 704

Ying Tian y He Shuhan no se habían alejado mucho cuando escucharon la conmoción. Se apresuraron a regresar a la oficina. Lo que se encontraron fue la mancha de sangre roja y brillante en el hombro de Jin Fengchen.

Sin embargo, el rostro inexpresivo de Jin Fengchen les hizo pensar que la sangre no era suya.

Los dos no sabían si sorprenderse o sospechar. Ying Tian vio entonces el agujero de bala en la pared y se enfureció al instante.

Usar una táctica tan repugnante de enviar a un asesino... Si la bala hubiera encontrado su objetivo, las consecuencias serían demasiado horribles para contemplarlas.

"¡Voy a volarle la cabeza a la persona que hizo esto!".

He Shuhan también tenía una expresión sombría mientras se acercaba a su jefe. "Joven Amo, ¿está usted bien?".

Al acercarse, He Shuhan olió el fuerte hedor de la sangre.

Levantó la cabeza y miró hacia el ángulo de la ventana donde Jin Fengchen estaba mirando.

"Solo me ha rozado. Se ha escapado", dijo Jin Fengchen con indiferencia.

Por la pérdida de sangre, él estaba ligeramente pálido.

"Traeré a alguien para que investigue".

He Shuhan estaba a punto de marcharse, pero Ying Tian lo agarró: "No hay necesidad de investigar. Tiene que ser ese b*stardo, Bo Gelian".

Jin Fengchen curvó las comisuras de su boca y se burló fríamente: "¡No es necesario, tarde o temprano, esta deuda será saldada de una vez por todas!".

El rostro de Jin Fengchen se puso cada vez más pálido a medida que pasaba el tiempo.

A He Shuhan no le importaba nada más, así que dijo solemnemente: "Joven Amo, vamos a llevarlo al hospital de inmediato".

Aunque solo era un roce, seguía siendo una herida de bala. Su poder era formidable y la herida no debía dejarse sin tratar.

Jin Fengchen asintió.

Antes de que se fueran, miró de reojo el agujero de bala en la pared, con los ojos envueltos en niebla.

Como Bo Gelian tenía los ojos puestos en él, había que evitar los hospitales públicos. Sería un objetivo demasiado fácil.

Era posible que el despiadado Bo Gelian tuviera hombres en el hospital.

Naturalmente, He Shuhan también consideró esta posibilidad y llevó a Jin Fengchen a un hospital privado en el que había invertido la familia Jin.

Jin Fengchen se quitó la camisa y quedó semidesnudo. El médico le limpió la herida con cuidado y profesionalidad.

El poder del rifle era extremadamente grande; la piel y la carne estaban abiertas y sangraban profusamente. Era bastante horroroso.

El médico no pudo evitar fruncir el ceño.

Jin Fengchen no se movió. La expresión de su rostro era tan fría como el hielo.

El médico estaba muy impresionado. La herida era grave. Cualquier persona normal habría gritado a todo pulmón.

Ying Tian y He Shuhan observaban desde un lado, ambos secretamente enfadados.

¡Habían cometido un error tan descuidado!

Si no fuera por la excelente habilidad de Jin Fengchen, ¿qué les habría esperado al final?

Se aterrorizaron solo de pensarlo.

"¿Qué hacen todavía aquí?", preguntó de repente Jin Fengchen con frialdad.

He Shuhan dijo con cautela: "Necesitas a alguien que te vigile".

"No es necesario", se negó rotundamente Jin Fengchen.

He Shuhan dudó: "En caso de que no se hayan rendido...".

Jin Fengchen recordó la escena. El asesino disparó un solo tiro y se retiró inmediatamente, pensando obviamente que estaba destinado a morir.

Bo Gelian ya debía estar celebrando. No se iba a preocupar por una persona muerta.

Sin embargo, Jin Fengchen no mencionó mucho esto, sino que se limitó a curvar las comisuras de la boca y preguntó: "¿Has completado las tareas que te di?".

Los dos intercambiaron miradas, y luego salieron de la habitación con expresiones sombrías.

Ying Tian exclamó amargamente: "Bo Gelian, esa escoria, se atrevió a intentar asesinar al Joven Amo delante de nuestras narices. ¡Nunca lo perdonaré!".

He Shuhan le miró y le dijo claramente: "Ya que estás preocupado por el Joven Amo, entonces ve a averiguar la información de Bo Gelian".

"No hace falta que me lo digas. Lo haré ahora". Ying Tian puso los ojos en blanco.

Los dos se fueron por caminos separados y comenzaron a trabajar.

Cada uno de los guardias encubiertos era extremadamente talentoso y eficiente.