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¡Qué hombre tan repulsivo!
Catalina dio un fuerte pisotón y se marchó.
En el solitario callejón detrás del bar, Catalina sacó su teléfono e hizo una llamada.
Después de que esta se conectara, habló con respeto.
"Señor Bo Gelian, la oportunidad está a punto de llegar. Fu Jingyun ahora odia a Jin Fengchen hasta la médula".
La voz de Bo Gelian llegó desde el otro extremo de la línea. "Ya veo. ¿Cómo están progresando tus planes?".
"Fu Jingyun no está de acuerdo por el momento. Sin embargo, me doy cuenta de que está casi al límite", dijo Catalina un poco a regañadientes.
Bo Gelian asintió por su parte y la alabó: "Bien. Lo has hecho bien. Ya que casi ha superado el límite, no me preocupa que no esté de acuerdo. Puede que incluso le haga una visita personal pronto".
Al escuchar lo que dijo Bo Gelian, Catalina se sorprendió. "¿Vas a venir en persona?".
"Sí. Fu Jingyun podría sernos útil", dijo Bo Gelian profundamente.
Catalina lo meditó durante un rato y sonrió. "Entonces espero su llegada".
"Sigue observando el estado de Jiang Sese. Tengo curiosidad por saber cómo resultará nuestro pequeño experimento".
Bo Gelian agarró el teléfono. La expresión de su rostro era escalofriante.
Un gato negro surgió de repente de la nada. Soltó un maullido y pasó por delante de Catalina.
Catalina se sobresaltó y maldijo en voz baja. Luego colgó y desapareció en la oscuridad.
De vuelta a la Bodega Fu, Jiang Sese tardó una semana en entregar todo su trabajo.
Aunque sabía que su repentina dimisión causaría un revuelo, a Jiang Sese ya no le importaba.
Ser ella misma era lo que la hacía feliz en ese momento.
Se había quitado un gran peso de encima al no tener que presentarse todos los días en el Grupo Fu.
Sin embargo, nada podía superar estar con Tiantian.
Los tres estaban sentados en el porche delantero, disfrutando del viento.
Tiantian parpadeó con sus grandes y brillantes ojos mientras se acurrucaba en los brazos de Jiang Sese. "Mami, ¿significa esto que ahora puedes pasar todos los días conmigo?".
Jiang Sese le acarició la cabeza y sonrió. "Sí. Mami estará contigo todos los días a partir de ahora".
"Genial", se alegró Tiantian. A continuación, corrió, se abrazó a la pierna de Jin Fengchen y comunicó con alegría la buena noticia: "Papi, ahora mami puede jugar conmigo todos los días".
Con una sonrisa leve en el rostro, Jin Fengchen cargó a la niña. Su mirada llena de profundo afecto se encontró con la de Jiang Sese.
Jiang Sese desvió la mirada con torpeza. Sus oídos se calentaron.
No sabía por qué no podía ver los ojos de Jin Fengchen últimamente.
Sus emociones eran tan intensas que siempre se sentía abrumada.
Jin Fengchen sabía que ella era tímida, así que apartó la mirada. "Para celebrar tu renuncia, salgamos a cenar esta noche".
Al oír lo que dijo Jin Fengchen, Jiang Sese no pudo evitar reírse. Qué motivo tan extraño para celebrar.
Sin embargo, no rechazó la idea de Jin Fengchen y asintió.
Después, Jin Fengchen llevó a Jiang Sese y a Tiantian a recoger a Xiaobao a la escuela.
A continuación, la familia de cuatro miembros se dirigió a un restaurante privado.
De camino al restaurante, Tiantian compartió la noticia con su hermano. Xiaobao se alegró mucho.
Sin embargo, se sintió un poco triste por tener que estar en la escuela mientras su mami estaba en casa, pero no lo expresó.
Cenaron en el restaurante y, cuando llegó la hora de irse, empezó a llover con fuerza.
La lluvia sombría no parecía que fuera a remitir pronto.
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