Bebé adorable en la puerta: Mami, por favor firma romance Capítulo 790

En la residencia de la familia Fu...

Fu Jingyun acababa de cambiarse los zapatos y le entregó una cesta de regalo a su madre.

"Hijo, ¿cuánto tiempo ha pasado desde que Sese se fue? No le has dado importancia a esto. ¿Cómo puedes permitirlo?".

La Señora Fu se asomó para mirar a su hijo. Él de verdad volvió a casa solo.

"Ella ha vuelto a China con Jin Fengchen".

Fu Jingyun se sentó y se sujetó la frente con cansancio y sus emociones agotadas.

No había contactado con Jiang Sese en los últimos días, por lo que se acababa de enterar de que ella había regresado a China de oídas.

"¿Qué? ¿La salvamos y se fue a tus espaldas para volver a China con otro hombre?".

Ante la pregunta de su madre, Fu Jingyun bajó la cabeza, demasiado cansado para responder.

El Amo Fu agitó el periódico que tenía en las manos y le dirigió a la Señora Jin una mirada molesta. "Basta, no hace falta que lo hagas sonar tan mal. Los niños pueden cuidarse solos. No podemos controlar los sentimientos, así que deja de entrometerte".

La Señora Fu se acaloró al oír esto y su voz subió de tono: "Entonces dime tú, ¿qué debemos hacer ahora que el pájaro ha ahuecado las alas?".

Cuando escuchó eso, el Amo Fu se subió las gafas. "No podemos forzar a la gente si no sienten nada. Hay muchas otras mujeres que podemos presentarle a Jingyun".

"¡Bien, no me entrometeré más! ¡Ocúpate tú mismo del futuro de tu hijo!".

La Señora Fu estalló de repente en cólera. Ella fulminó con la mirada tanto al padre como al hijo antes de subir las escaleras furiosas.

El Amo Fu suspiró y miró a su hijo antes de sacudir la cabeza. No dijo nada más.

El tiempo pasó rápidamente, y en un abrir y cerrar de ojos, era la cena anual de la compañía Fu.

Como la empresa había experimentado avances y cambios repentinos en los últimos seis meses, las celebraciones de ese año fueron especialmente grandes. Se celebró en la bodega más nueva de los suburbios, abierta bajo la bandera de la familia Fu.

En el enorme salón de baile, los invitados iban impecablemente vestidos. El vino fluía y las mesas de juego estaban ocupadas.

Unos enormes pilares tallados sostenían un gran techo abovedado, lo que aumentaba la sensación de opulencia.

Antes de que comenzara el baile, el presidente de la junta directiva abrió el acto con un discurso.

A Fu Jingyun siempre le disgustaron estos eventos. Su experiencia en medicina le había acostumbrado a estar solo.

Rara vez asistía a estos banquetes, pero su padre había insistido ese día. No sabía qué estaba tramando su padre.

"Ven, Jingyun. Esta es la hija del Tío Lu. Solían jugar mucho juntos cuando eran jóvenes. Hace tiempo que no se ven, ¿verdad?".

"Hermano Jingyun, hace tiempo que no nos vemos”. La mujer se acercó y tomó la iniciativa de chocar los vasos con él.

Fu Jingyun miró la cara de la desconocida; en su limitada memoria, realmente no recordaba haber conocido a esta persona.

Sin embargo, en una muestra de buena educación, saludó cortésmente a la mujer.

A lo largo de la noche, su padre presentó a Fu Jingyun a diferentes mujeres.

Él se limitaba a brindar por ellas y a sonreír amablemente. Las mujeres se pegaban a él como chicles y se negaban a soltarlo.

Solo entonces Fu Jingyun se dio cuenta de que su padre había utilizado este banquete como excusa para presentarle posibles novias. Él miró a su alrededor; había una gran variedad de mujeres, pero a él simplemente no le interesaba.

Caras muy maquilladas lo miraban; todas parecían iguales.

Fu Jingyun encontró un rincón apartado y se sentó. Agarró todos los vinos de la bandeja de una camarera y los probó uno a uno.

"¿Hermano Jingyun? ¿Qué haces aquí solo?".

Era una voz que hablaba en un mandarín rígido. El hombre sacudió la cabeza ligeramente mareado y miró a la recién llegada.

La mujer que estaba ante él llevaba un vestido rojo de cola de pez hecho de seda de alta calidad. El vestido se ceñía a ella; estaba resplandeciente y seductora.

La mujer se acercó a él. Fu Jingyun ya estaba ligeramente ebrio, por lo que tardó en responder. La miró durante un rato antes de hacerle un gesto con el brazo.

"Vete".

"Soy Adeline, tu prometida. ¿No me reconoces?".

Adeline se sentó a su lado y le quitó las copas de vino. "Hermano Jingyun, no bebas tanto. Sería mejor que no tomes cosas como alcohol".