Bebé adorable en la puerta: Mami, por favor firma romance Capítulo 881

Qisha chasqueó la lengua.

Puso los ojos en blanco con desdén. “¿Por qué eres tan aburrido?”.

Mientras hablaba, colgó inmediatamente.

Aunque parecía que no le importaba, que Jin Fengchen le prometiera que le debía un favor no era poca cosa.

Si esto ocurriera en Ciudad Jin, no sabía cuánta gente se pelearían para que Jin Fengchen le debiera un favor.

Jin Fengchen dejó su teléfono a un lado y se puso a trabajar. Después del mediodía, Gu Nian vino a decirle que tenía que asistir a dos reuniones.

Pronto, se había hecho de noche después de tanto ajetreo.

Después de terminar todo lo que tenía que hacer, Jin Fengchen miró al cielo y se levantó para salir de la oficina.

Al llegar a casa, se topó con Jin Fengyao.

Jin Fengyao vio que estaba de mal humor y pensó en lo que había pasado en la oficina por la tarde. Entonces le preguntó si tenía algo que ver con el contrato de Fang Cheng.

Jin Fengchen le contó algunas cosas básicas antes de dirigirse al estudio para discutir las otras propuestas del grupo.

A mitad de camino, Jiang Sese se acercó para llevarles un té y unos aperitivos antes de marcharse en silencio.

Jin Fengchen trabajó hasta la medianoche antes de dejar su trabajo y volver a su habitación.

Jiang Sese aún no se había dormido. Estaba apoyada en el cabecero de la cama y leía en silencio, como si lo estuviera esperando.

Al oír que se abría la puerta, se apresuró a cerrar el libro y colocarlo en la mesita de noche. Luego se levantó de la cama y se lanzó a sus brazos.

“¿Trabajaste hasta tarde?”.

Jiang Sese abrazó con fuerza el cuerpo esbelto de Jin Fengchen mientras hablaba en voz baja.

“Sí, ¿por qué no te fuiste a dormir?”. Jin Fengchen se agachó para recoger a la mujer en sus brazos y la colocó en la cama suave. Sus ojos brillaban de afecto.

“Quería esperarte”.

Jiang Sese se abrazó a su cuello con fuerza y habló con su voz nasal.

Jin Fengchen la miró con ojos amables y dijo con voz suave: “Buena chica”.

Jiang Sese sintió que Jin Fengchen la había mimado.

Ya no podía dormirse sin que Jin Fengchen la abrazara.

“Tarde o temprano me vas a mimar demasiado”. Jiang Sese cerró los ojos y murmuró.

Jin Fengchen se rió inmediatamente. Acarició la cabeza de Jiang Sese y dijo con voz suave: “Nunca podría mimar demasiado a mi esposa”.

El corazón de Jiang Sese se agitó. Enterró su cara en el pecho de Jin Fengchen y se hizo la tonta.

¿Qué podría ser mejor que ser mimada por él?

Justo cuando Jin Fengchen estaba pensando en contarle que Fang Cheng había venido al Grupo Jin para hablar de negocios, la mujer en sus brazos respiraba profunda y uniformemente.

Jin Fengchen bajó la vista y contempló a Jiang Sese durmiendo profundamente.

El calor se extendió por su pecho, mientras Jin Fengchen la besaba en la frente.

Todo el fastidio del día se disipó inmediatamente.

“Buenas noches, mi Sese”.

Su suave voz resonó por toda la habitación.

Al día siguiente, cuando Jin Fengyao llegó a la oficina, Jin Fengchen ya había terminado la mitad de su trabajo.

“Hermano...”.

“Me encargaré de la propuesta de Fang Cheng. No te preocupes”.

“Tonta, no necesitas disculparte”. Jin Fengchen dijo con una sonrisa y alargó la mano para tomarla en sus brazos.

“No quiero causarte problemas innecesarios. Este es tu trabajo, debes hacer las cosas como creas conveniente. No pienses en mí, ¿está bien?”. Dijo Jiang Sese muy seriamente.

No llevaba mucho tiempo interactuando con Fang Cheng, pero incluso ella podía darse cuenta.

Cada acción y pensamiento de Fang Cheng para acercarse a Jin Fengchen, estaba dictado por la palabra ‘ganancia’.

Ella no podía negar que Fang Cheng era su pariente. Sin embargo, lo que no quería ver era que la gente la utilizara para llegar a Jin Fengchen.

En cuanto al trabajo, sabía muy bien que no podía ayudar a Jin Fengchen. Sin embargo, no quería obstaculizar a Jin Fengchen.

Cuando Jin Fengchen escuchó esto, se rió ligeramente. La abrazó un poco más fuerte y dijo: “No te preocupes, tengo mis límites”.

Solo entonces Jiang Sese dio un suspiro de alivio. Asintió con una sonrisa. “De acuerdo, te creo”.

...

Fang Cheng había esperado dos días completos mientras se alojaba en un hotel cercano a las oficinas del Grupo Jin.

En ese tiempo revisó su teléfono innumerables veces, pero seguía sin haber noticias.

Finalmente, Fang Cheng no pudo aguantar más. Hizo preparativos antes de ir al Grupo Jin.

La recepcionista sintió un dolor de cabeza cuando vio a Fang Cheng.

Fang Cheng había estado viniendo aquí siempre que estaba libre durante estos dos últimos días. Sin embargo, nunca entraba. Simplemente miraba desde fuera, dando vueltas.

“¿Está el Presidente Jin libre hoy?”.

Fang Cheng preguntó directamente al entrar.

La recepcionista sonrió. “Señor, lo siento. No tiene una cita...”.

“Soy el Tío de su presidente”.