Bebé adorable en la puerta: Mami, por favor firma romance Capítulo 962

Jiang Sese bajó las escaleras y no pudo evitar sonreír al ver a Xiaobao y Tiantian viendo dibujos animados en la sala. Luego, se dirigió a la cocina.

Shang Ying estaba ocupada preparando la cena.

“Tía, déjame ayudarte”.

Jiang Sese se acercó y miró a su alrededor. Dijo que quería ayudar, pero que no sabía por dónde empezar.

Al ver que estaba perdida, Shang Ying sonrió y dijo: “Está bien. Puedes llamarlos para que vengan a cenar”.

Jiang Sese se dio la vuelta y se marchó torpemente. En ese momento, Fang Teng y Fang Yuchen acababan de regresar.

“Tío. Primo”, los saludó Jiang Sese. Luego llamó a los dos pequeños: “Xiaobao, Tiantian, saluden a su tío y a su tío abuelo”.

Fang Teng y Fang Yuchen no esperaban ver a los dos niños pequeños y se quedaron muy sorprendidos.

“Tío Abuelo. Tío”, los saludaron obedientemente Xiaobao y Tiantian.

“Qué buen niño y niña”, Fang Teng les tocó la cabeza con cariño.

Fang Yuchen levantó a Tiantian cariñosamente y le preguntó: “¿Me has echado de menos, Tiantian?”.

“Sí”, respondió Tiantian sin dudarlo. Su bonita voz era demasiado adorable.

“Yo también te he echado de menos”. Fang Yuchen le pellizcó las mejillas. Luego se dirigió a Xiaobao. “He comprado otros cuantos modelos de aviones. ¿Quieres ayudarme a armarlos?”.

Al oír ‘modelos de aviones’, a Xiaobao se le iluminaron los ojos. Asintió y exclamó: “¡Sí!”.

“Lo armaremos después de la cena”.

Xiaobao respondió con un sonoro “¡Bien!”.

“Tío”, saludó Jin Fengchen.

Fang Teng sonrió. “Fengchen”.

Fang Yuchen se volvió hacia él, recordó algo y se apresuró a decir: “Tengo algo que discutir contigo”.

Antes de que Jin Fengchen pudiera responder, oyeron a Shang Ying gritar: “¿Qué están esperando? Vengan a cenar”.

“Lo discutiremos después de la cena”, dijo Fang Yuchen.

Jin Fengchen asintió.

En la mesa, las travesuras de Xiaobao y Tiantian divirtieron a todos. Había risas por todas partes y el ambiente era extremadamente armonioso y cálido.

Justo cuando todos se divertían, un sirviente entró corriendo.

“Amo, Señora. El Joven Amo Yanxin y el Joven Amo Yanqin están aquí”.

Jiang Sese y Jin Fengchen se miraron. Sabían que los dos estaban allí por lo ocurrido la noche anterior.

Sin embargo, Fang Teng y los demás no lo sabían y estaban desconcertados.

Aun así, Fang Teng pidió al sirviente que los invitara a pasar.

“Ustedes sigan comiendo. Yo voy a ver qué pasa”.

Fang Teng se levantó y se fue.

Jiang Sese no tenía ganas de seguir comiendo y se dirigió a Shang Ying. “Tía, tendré que molestarte para que cuides de Xiaobao y Tiantian. Fengchen y yo también iremos a ver qué pasa”.

Después de todo, estaban allí por ella y no quería molestar a su tío evitándolos.

“Yo también iré”, dijo Fang Yuchen.

Shang Ying sonrió sin poder evitarlo. “Adelante. Yo cuidaré de los dos pequeños”.

Cuando todos salieron, Shang Ying susurró: “¿Qué hacen esos dos aquí a estas horas?”.

...

“Hermano, esta es la antigua residencia Fang, lo que significa que esta es también nuestra casa. No hay necesidad de esperar al criado. Entremos directamente”.

Fang Yanqin estaba a punto de entrar.

Fang Yanxin lo hizo retroceder y le advirtió: “Espera. No olvides que hace mucho tiempo que no vivimos aquí. La familia de Fang Yuchen vive aquí ahora”.

Le estaba dando a entender que no fuera descortés.

Fang Yanqin solo pudo dar un paso atrás, avergonzado.

Fang Yuchen pudo percibir que algo andaba mal y rápidamente preguntó: “¿Qué pasó anoche?”.

Al darse cuenta de que no era consciente de lo que ocurría, Fang Yanxin se sorprendió bastante. “¿Sese no te dijo?”.

“No”. Fang Yuchen sacudió la cabeza y miró a Jiang Sese con aprensión.

Jiang Sese sonrió fríamente, señaló con la barbilla a Fang Yanqin y dijo: “Pregúntale qué me hizo”.

Fang Yanqin apretó los labios y no dijo nada.

No se atrevió a decirlo.

Una vez que lo dijera, se abrirían las compuertas de las críticas.

Sin embargo, Fang Yanxin lo dijo.

“Yanqin hizo algunas insinuaciones inapropiados hacia Sese anoche”.

Fang Yanxin parecía andar en rodeos.

Las expresiones de Jiang Sese y Jin Fengchen parecían extremadamente feas.

“¿Qué insinuaciones inapropiadas?”, frunció el ceño Fang Yuchen con suspicacia.

Fang Yanxin no dio más explicaciones. Se volvió hacia Jiang Sese y repitió con sinceridad: “Sese, Yanqin sabe que se equivocó y no volverá a hacerlo. Espero que esta vez puedas perdonarlo”.

Jiang Sese hizo una mueca. “Es un animal. Ni siquiera su propia prima se salvó de su indecencia”.

Fang Teng y Fang Yuchen, que antes estaban perdidos, supieron al instante lo que quería decir.

Para la mayoría de la gente, esas palabras no significarían nada.

Sin embargo, para la familia Fang, conocían bien a Fang Yanqin.

“Yanqin, le hiciste...”. Fang Teng estaba tan sorprendido que no podía hablar.

Fang Yanqin siempre había sido indecoroso. Nunca se centró en su carrera y era el típico hijo de padres ricos.

Sin embargo, ¡no esperaban que tuviera pensamientos inapropiados sobre su prima!