Bebé adorable en la puerta: Mami, por favor firma romance Capítulo 966

Pensar en esto irritó a Fang Yiming.

Ya que Jin Fengchen estaba ayudando a Fang Yuchen, ¿por qué debería mostrarle respeto?

“No, yo puedo tomar la decisión”, dijo Fang Yiming.

Pierce se alegró.

“Eso es genial. Le enviaré por correo electrónico las hierbas medicinales y las cantidades que necesitamos de inmediato. Espero que podamos conseguirlas cuanto antes”.

“No hay problema”.

Fang Yiming colgó y se rio a carcajadas por la emoción.

“Yiming, ¿qué te pasa?”.

Fang Chen oyó las risas desde fuera y vio a su hijo riendo histéricamente cuando entró. Empezó a preocuparse.

¿Podría haber cedido finalmente por todo el estrés reciente?

Al oír el ruido, Fang Yiming giró la cabeza y dijo emocionado: “Padre, tengo buenas noticias”.

Fang Cheng frunció el ceño. “¿Qué buenas noticias?”

“¡El Grupo SA ha hecho otro pedido de hierbas medicinales!”.

Los ojos de Fang Cheng se abrieron de par en par. “¿De verdad?”.

“Por supuesto que es cierto”.

Fang Cheng aún no podía creerlo. “No estoy soñando, ¿verdad?”.

Se pellizcó y exclamó: “¡Me duele!”.

“No estoy soñando. ¡No estoy soñando!”, exclamó Fang Cheng emocionado, pero pronto pensó en un problema.

“¿Se lo has dicho a Jin Fengchen?”.

“¿Por qué?”, preguntó en cambio Fang Yiming.

“¿No era él el responsable de la anterior cooperación con el Grupo SA?”.

“Eso fue antes. De esto me encargaría yo”, dijo fríamente Fang Yiming.

“No debí pedirle que colaborara la última vez para tratar de ganármelo. De lo contrario, el Grupo Fang no habría caído en manos de Fang Yuchen”.

Fang Yiming se arrepintió mientras pensaba en ello.

“Esta vez, nos embolsaremos todos los beneficios”.

Solo de pensarlo, Fang Cheng sonrió de oreja a oreja.

El margen de beneficio de las hierbas medicinales que requería el Grupo SA estaba más allá de la imaginación de los mortales.

Cuando recibieron el correo electrónico del Grupo SA, la emoción desapareció al instante y fue sustituida por la melancolía.

Fang Cheng se quedó mirando la pantalla del ordenador, con la cara llena de incredulidad. “Yiming... Es una cantidad absurda, ¿no?”.

‘Especialmente para el acónito y la estricnina chinos de las regiones occidentales’.

Fang Yiming se limitó a permanecer en silencio.

Era imposible para él preparar una cantidad tan grande por sí mismo.

Para ser más precisos, temía que ni siquiera todo el Grupo Fang sería capaz de suministrarlos.

Sin embargo, se lo había prometido a Pierce. Si no podía cumplirla, habría roto su promesa y esto pondría en peligro la posibilidad de futuras asociaciones.

“¿Qué deberíamos hacer?”, preguntó Fang Cheng.

Fang Yiming miró ferozmente la pantalla, con la oscuridad cruzando su rostro, y dijo: “Haré todo lo posible para conseguir el suministro de hierbas medicinales”.

...

En cuanto Fang Yuchen se puso en contacto con Shangguan Qian, se lo comunicó inmediatamente a Jin Fengchen.

“El Señor Shangguan dijo que si estás libre esta noche, le gustaría invitarte a cenar”.

“¿Esta noche?”.

Jin Fengchen miró a Jiang Sese, que estaba jugando con los niños en la zona de juegos.

“¿Está ocupado?”, preguntó Fang Yuchen.

“Envíame la dirección y la hora”, dijo Jin Fengchen mientras retiraba la mirada.

“De acuerdo, se lo enviaré dentro de un rato”.

“Dile al Señor Shangguan que tal vez traiga a algunas personas conmigo”.

“Esto es diferente. Los ingredientes que he utilizado son los mejores y el contenido de azúcar es muy bajo. Esto es comida sana”.

Las intenciones de Shang Ying conmovieron a Jiang Sese hasta el punto de no saber qué decir.

Después de un largo momento, dijo suavemente: “Gracias”.

Luego se volvió hacia Xiaobao y Tiantian. “Miren cuánto los quiere su Tía Abuela. Denle las gracias a su Tía Abuela”.

“Gracias, Tía Abuela”.

Los dos pequeños derritieron el corazón de Shang Ying.

Dio un paso adelante y les dio un abrazo: “Me da triste que se vayan. Ojalá se pudieran quedar unos días más”.

La reticencia en su voz era evidente.

Jiang Sese sonrió. “Tía Menor, los traeré de nuevo para las próximas vacaciones. Pero no te quejes si son demasiado ruidosos”.

“¿Cómo podría quejarme de que son demasiado ruidosos? Los quiero mucho”, dijo Shang Ying, fingiendo estar molesta y mirando a Jiang Sese.

Jiang Sese se rio: “Para ser sincera, ya que te gustan tanto los niños, pídele a mi primo que se case y tenga unos cuantos hijos”.

En cuanto se mencionó eso, Shang Ying suspiró con fuerza: “Yo quiero, pero Yuchen no tiene esas intenciones. Ahora está centrado en su carrera y no tiene ni idea de cuándo empezará a salir con alguien”.

“Ocurrirá de forma natural si está predestinado”, consoló Jiang Sese.

“Aparte de dormir, se pasa todo el tiempo en la oficina. ¿Cómo es eso un designio del destino?”. Shang Ying no pudo evitar quejarse de su hijo.

“Ya pasará”.

Jiang Sese se arrepintió de haberlo mencionado porque no sabía cómo consolarla.

Shang Ying suspiró, y de repente se le ocurrió una idea. Levantó la cabeza y miró fijamente a Jiang Sese. “Sese, ¿podrías presentarle una novia a Yuchen?”.

“¿Eh?”. El repentino cambio de tema puso a Jiang Sese en un aprieto.

“¿Podrías?”. Shang Ying la miró expectante.

Jiang Sese sonrió de mala gana. “Yo... lo intentaré”.

Podría haberse negado, pero al ver la expresión expectante de Shang Ying, no pudo soportar negarse.

Se atrevió y aceptó.