Besando a mi esposo romance Capítulo 16

Cuando terminó la escuela, Valen cumplió su promesa y no se fue temprano. En cambio, esperó a que Hatsuyuki terminara y saliera con ella. Entonces, Hatsuyuki le preguntó:

—¿Tu familia celebró una boda hace poco?

—¿Cómo te enteraste de eso? —Valen se sorprendió.

—Por favor... —Hatsuyuki puso los ojos en blanco y continuó—: La familia Lu es tan rica que no importa cuán insignificante sea lo que suceda a su alrededor, todo el mundo tarde o temprano se entera.

Valen se limitó a fruncir los labios y no dijo nada. Entonces, Hatsuyuki la miró y continuó:

—¿Has visto a Scales?

—¿Por qué me preguntas eso? —replicó Valen.

—La última vez, lo vi de lejos. Era en verdad muy apuesto —le dijo Hatsuyuki con una expresión perspicaz dibujada en el rostro.

Valen pensó por un momento y luego asintió:

—Bueno, admito que luce bien.

Hatsuyuki levantó las cejas. Parecía muy desconcertada.

—¿Por qué pareces estar tan calmada? —Tras decir esto, parece que le vino algo a la mente y añadió—: Bueno, entiendo. Después de todo, solo es tu cuñado, y escuché que es un tipo difícil.

Valen bajó su cabecita. De repente recordó que, cuando Scales le explicaba los problemas de sus deberes anoche, no parecía tan huraño...

—Oye, Valen, estoy hablando contigo. ¿Por qué no me dices nada? —Mientras Hatsuyuki hablaba, extendió la mano y la agitó delante de Valen.

Valen volvió a sus sentidos; parecía confundida.

—¿Eh?, ¿qué dijiste?

Hatsuyuki no tuvo más remedio que repetir lo que ya le había dicho.

—Déjamelo a mí. ¡Prometo conseguirlo! —le aseguró con una sonrisa.

Valen se sintió muy agradecida; no paraba de dar las gracias a su amiga.

—No tienes que agradecerme; de verdad —dijo Hatsuyuki.

Valen pensó por un momento y luego dijo:

—Bueno, con respecto al dinero para la entrada… te lo daré lo antes posible... Ya sabes; no tengo mucho dinero. ¿Es posible?

—Eso no es problema. Voy a hacer como si no hubiera escuchado nada... —Hatsuyuki se tapó los oídos y se adelantó.

Valen se quedó inmóvil al principio, pero se apresuró a alcanzarla.

—Hatsuyuki, ¡puedes estar segura que te daré el dinero cuanto antes! —le dijo. Bueno, primero tenía que ver cómo conseguirlo.