Borracho y Atrevido: ¡Besé a un Magnate! romance Capítulo 116

Resumo de Capítulo 116 : Borracho y Atrevido: ¡Besé a un Magnate!

Resumo de Capítulo 116 – Capítulo essencial de Borracho y Atrevido: ¡Besé a un Magnate! por Internet

O capítulo Capítulo 116 é um dos momentos mais intensos da obra Borracho y Atrevido: ¡Besé a un Magnate!, escrita por Internet. Com elementos marcantes do gênero Arrepentimiento, esta parte da história revela conflitos profundos, revelações impactantes e mudanças decisivas nos personagens. Uma leitura imperdível para quem acompanha a trama.

Viviana no mostró ninguna emoción.

Siguió tranquila acostada.

Al cabo de un momento, aquella persona terminó la llamada y regresó al auto.

Su auto estaba estacionado en diagonal frente al de ella; subió enseguida, sacó una lata de bebida y comenzó a tomar con calma.

No parecía haber nada fuera de lo normal en este tipo.

¿Podía ser solo una coincidencia? ¿Salir de Altoviento a medianoche hace tres días y regresar al mismo lugar a la misma hora tres días después?

Je, je ella no creía en esas coincidencias.

Pasó así media hora. Viviana no se movió, y esa persona tampoco.

Estaba claro.

¿Quién lo había enviado?

¿Sería tal vez un asesino contratado por la familia Herrera?

Si fuera un asesino, ¿por qué no había hecho nada al respecto en estos tres días?

A Viviana se le agolpaban un sinfín de preguntas en la cabeza.

No estaba segura.

Pensó si debía llamar a la policía.

Pero tomaría tiempo para que llegaran y, más importante aún, si solo compartían ruta, sin pruebas concretas, solo una ligera sospecha, el otro podía fingir inocencia con total facilidad.

Aún faltaba una hora de trayecto hasta Altoviento, y considerando que la había seguido tantos días sin actuar, quizás si ella conducía como si nada y fingía ignorarlo, él tampoco haría ningún movimiento en falso por ahora.

Tomada la decisión, Viviana encendió con rapidez el auto y se puso en camino.

El otro vehículo también arrancó despacio.

No la seguía de cerca; a veces incluso desaparecía por un rato, pero al cabo de tiempo volvía a aparecer. Si no fuera porque estaba segura de que la seguía, ni siquiera habría notado su presencia.

Ese tipo era un profesional.

Caminaba sin prisa alguna, en silencio, detrás de Viviana, como un demonio, sin emitir ni un solo sonido de pasos.

Viviana llegó pronto al lector del portón.

Se detuvo por unos instantes para que el sistema de reconocimiento facial la identificara, y mientras tanto, seguía entretenida contándole a Rosa lo del seguimiento.

De repente, una ráfaga vino desde atrás; sintió un dolor punzante en la nuca y todo de un momento a otro se volvió negro frente a sus ojos.

Su cuerpo se desplomó, el celular se deslizó de su mano...

La persona detrás de ella la sostuvo con suavidad y, con movimientos ágiles y precisos atrapó el celular y colgó la llamada.

—¿Vivianita? ¿Por qué no hablas?

Rosa llamó varias veces, pero al mirar el celular, se dio cuenta de que la llamada ya había sido cortada.

¿Se le habrá caído quizás por accidente?

Volvió a marcar.

Histórico de leitura

No history.

Comentários

Os comentários dos leitores sobre o romance: Borracho y Atrevido: ¡Besé a un Magnate!