Borracho y Atrevido: ¡Besé a un Magnate! romance Capítulo 121

Borracho y Atrevido: ¡Besé a un Magnate! Capítulo 121 por Internet

Leia Capítulo 121 do romance Borracho y Atrevido: ¡Besé a un Magnate! aqui. A série Borracho y Atrevido: ¡Besé a un Magnate!, do gênero romances chineses, foi atualizada para Capítulo 121 . Leia o romance completo em booktrk.com.

Pesquisas relacionadas a Capítulo 121 :

Borracho y Atrevido: ¡Besé a un Magnate! Capítulo 121

Capítulo 121

Ese fuego era como una llama del infierno.

Si caía al suelo, prendería al instante toda la gasolina del lugar, y Viviana sería envuelta por las voraces llamas en cuestión de segundos.

Viviana, asustada, miraba el fuego con profunda preocupación, tanto que su respiración se volvió más lenta e inestable.

—¿Tienes miedo? ¿No es así?—Susana notó el terror en los ojos de Viviana y, emocionada, giró la llama del encendedor alrededor de su rostro: —No tengas miedo, solo arderá un poco cuando empiece. Dolerá, claro, y quedarás hecha carbón, algo horrible de ver. Pero lo mejor será... Que Cipriano, cuando te vea así, se va a revolcar del asco. La última imagen tuya que quedará en su mente preciso será la de una cosa fea y repugnante.

—¡Jajajajaja...!

Al imaginarse esa dantesca escena, entró en un estado de éxtasis absoluto, de un placer desquiciado.

Viviana no mostró expresión alguna.

Cualquier reacción en ese momento solo empeoraría aún más la situación.

Susana rio un poco más, luego detuvo de golpe la carcajada y arrancó con violencia la cinta que cubría la boca de Viviana. Con fuerza le apretó la cara: —A ver, ladra como un perro. Di que eres una miserable basura. Suplícame, tal vez así me apiado de ti.

Viviana le sostuvo la mirada con frialdad.

No dijo nada.

No suplicó. No se mostró débil.

Sabía a la perfección que esa loca no pensaba dejarla ir.

Le temía a la muerte, sí, pero si estaba destinada a morir, no se permitiría ser el objeto de diversión de esa maquiavélica mujer.

Susana, al verla tan desafiante, la abofeteó con violencia: —¿No vas a suplicar? Entonces haré que alguien te viole, que te corten las extremidades, que te arranquen la carne pedazo a pedazo y, al final... ja, ja, ja. Te prenderé fuego junto con esta casa.

El rostro de Viviana ardía de dolor.

Aun así, no dijo nada.

Parecía haberse quedado muda.

Susana le jaló el cabello, acercando su rostro al de ella. Tenía una expresión distorsionada, diabólica, completamente desquiciada. Su rostro joven se veía tan retorcido que parecía una criatura demoníaca: —Te estoy dando una valiosa oportunidad, ¿no lo ves? Te ofrezco una posibilidad de vivir. Deberías agradecerme. Solo te pedí que ladraras un poco, no te vas a morir por eso, ni te va a faltar nada. Pero si te rehúsas... Vas a morir de la peor manera. ¿De verdad no lo vas a pensar?

Comentários

Os comentários dos leitores sobre o romance: Borracho y Atrevido: ¡Besé a un Magnate!