Borracho y Atrevido: ¡Besé a un Magnate! romance Capítulo 158

Borracho y Atrevido: ¡Besé a un Magnate! Capítulo 158 por Internet

Leia Capítulo 158 do romance Borracho y Atrevido: ¡Besé a un Magnate! aqui. A série Borracho y Atrevido: ¡Besé a un Magnate!, do gênero romances chineses, foi atualizada para Capítulo 158 . Leia o romance completo em booktrk.com.

Pesquisas relacionadas a Capítulo 158 :

Borracho y Atrevido: ¡Besé a un Magnate! Capítulo 158

Capítulo 158

Viviana estaba tan furiosa que quería amarrar a Baldomero, a Margarita y a esa chica con cara de influencer para darles a todos una paliza.

Enfadada, se acercó y se sentó a su lado.—Jefe David, ellos pusieron algo en tu agua. ¿Has notado algo raro?

Lo observó con detenimiento de arriba abajo.

La piel no estaba enrojecida.

Tampoco sudaba.

La temperatura corporal...

Tal vez su mano, intentó acercarse, pero la retiró.

—Parece que aún no ha hecho efecto. Vamos al hospital de inmediato, le voy a decir al chofer que venga.—Extendió la mano para tomar su celular, y entonces se dio cuenta de que había salido tan rápido que no lo había traído.

Solo llevaba puesto su pijama.

¡Y ni siquiera tenía sostén!

Viviana se enloqueció internamente durante un instante.

—Jefe David, quédate aquí un momento. Mi celular está en la habitación, no me tardo voy a buscarlo.

Se dio la vuelta sin dudar.

En ese preciso momento, la urgencia de ponerse un sostén ya era más importante que la vida o la muerte del presidente. Total, ya estaba todo así, dos o tres minutos más no harían la diferencia.

—Secretaria Viviana...

Su mano se posó sobre su hombro.

Esa voz grave, como febril, retumbó como un trueno.

Maldición.

Viviana dudó. No podía dejarlo solo de esa manera. Volvió corriendo.—¿jefe David, estás bien? ¿Te sientes mal?¿Tienes calor?

David no respondió.

Abrió los ojos lentamente.

Quizá la luz era demasiado tenue, y por eso sus pupilas parecían estar aún más oscuras, como un mundo secreto que solo se revela en la noche. Con un aire peligroso y una belleza extraña... como si pudiera devorarle el cuerpo y robarte el alma con la mirada.

Viviana contuvo por unos segundos el aliento.

Él la miró a los ojos. La mano sobre su hombro se apretó un poco más, y su cuerpo imponente se inclinó un poco hacia ella. Su aliento, ardiente como lava, se derramó en su oído.—Tengo... un poco de sed.

...

Comentários

Os comentários dos leitores sobre o romance: Borracho y Atrevido: ¡Besé a un Magnate!