Resumo de Capítulo 164 – Borracho y Atrevido: ¡Besé a un Magnate! por Internet
Em Capítulo 164 , um capítulo marcante do aclamado romance de Arrepentimiento Borracho y Atrevido: ¡Besé a un Magnate!, escrito por Internet, os leitores são levados mais fundo em uma trama repleta de emoção, conflito e transformação. Este capítulo apresenta desenvolvimentos essenciais e reviravoltas que o tornam leitura obrigatória. Seja você um novo leitor ou um fã fiel, esta parte oferece momentos inesquecíveis que definem a essência de Borracho y Atrevido: ¡Besé a un Magnate!.
De repente, todo se tornó oscuro frente a sus ojos.
Una mano grande cubrió los suyos, girándola junto con la cabeza y el cuerpo.—Deja de mirar a ese desnutrido, ve en este momento y espérame allá.
Dijo David, dándole un leve empujón en la cintura.
Viviana estaba completamente avergonzada.
Apenas entró lo vio, no era que ella quisiera mirar.
David, al verla sentarse dándoles la espalda, recién entonces se acercó a Fausto, con una mirada sombría.—Ponte la ropa.
—¡Hace demasiado calor!—Fausto sonrió de oreja a oreja. —¿Tú no tienes calor? Con ese traje, camisa, corbata, todo tan abotonado… ¡quítate eso, refréscate un poco como yo!
—¿Y por qué no te arrancas la piel de una vez? Seguro estarías más fresco.
—¿Tan violento? ¿Así que ya no me amas, y punto?
...
En el sofá.
Viviana estaba perpleja: ¿qué fue lo que acababa de escuchar? ¿Ellos dos...? ¿Podría ser...? ¿Ah...? ¿Ah...?
No, no, imposible. Seguro entendió mal.
Pero como dice el dicho: donde hay dos alfas, siempre hay un omega.
Si tuviera que diferenciar entre ellos... entornó sus bellos ojos, se llevó la mano a la frente con pesar; le costaba muchísimo aceptar ese planteamiento.
En el comedor, Fausto enseguida levantó las manos como rindiéndose ante la mirada penetrante de David.—¡Bueno, bueno, ya me la abrocho! ¿Ves? Me la abrocho. ¿Así está bien? Te consiento, ¿vale? ¿Un besito, solo uno qué te parece?
—¿Puedes callarte un rato al menos?
Dijo David, mientras se sentaba al jalar la silla.
Que dos personas con temperamentos tan opuestos fueran amigos, era uno de los grandes misterios sin resolver de la humanidad.
Fausto se abrochó apresuradamente tres botones más de la camisa, y su actitud al instante se volvió bastante más seria.
Si se pusiera el saco y la corbata que había dejado en el sofá, en un segundo se transformaría en el CEO de una empresa que cotizaba en bolsa.
—Comamos primero. Hablemos mientras comemos.
Mientras decía esto, miró con una sonrisa llena de picardía hacia Viviana, que seguía sentada con timidez en el sofá.—¿No quieres invitar a tu... secretaria Viviana a comer con nosotros?
Fausto dijo: —Vino anteayer a ver a la familia Martínez, seguro fue por eso.
David dijo: —¿Qué pasa? ¿La familia Herrera quiere que la familia Martínez les eche una mano? ¿Ahora es tu tía mayor quien manda en la familia Martínez?
Su tono tenía un matiz por cierto burlón.
La familia Martínez era muy complicada, y él conocía parte de lo que pasaba en su interior
El poder en la empresa lo tenía el tío mayor, Evaristo.
Y esa tía mayor, en su momento, había sido la amante que Evaristo mantenía fuera del matrimonio. Cuando quedó embarazada, armó un escándalo de padre y señor mío en la casa de los Martínez. La esposa legítima era bastante débil, y permitió que la amante tomara su lugar.
Tiempo después, la esposa legítima y su hijo de apenas cinco años sufrieron un accidente automovilístico fatal. Fue entonces cuando esta tía mayor entró oficialmente en la casa.
Se decía que, en aquel momento, la esposa legítima ya tenía nueve meses de embarazo y estaba a punto de dar a luz.
Hubo rumores de que la amante había mandado a alguien para provocar el accidente, pero la policía investigó a fondo y no halló pruebas incriminatorias; el caso se cerró sin más.
David conocía tan bien la historia porque cada vez que iba a Vallegrande, su madre insistía en rendir homenaje a la esposa fallecida de la familia Martínez. Ella siempre sostuvo con firmeza que la esposa legítima había sido víctima de la amante.
Fausto dijo: —Tú no sabes de lo que es capaz esa mujer. Hay cantidad de gente en la familia Martínez que está comprada o bajo su control. Desde que la abuela obligó a mi tío a nombrarme heredero, he estado al borde de la muerte varias veces. Parece que mi tío ha empezado poco s poco a abrir los ojos en los últimos años; hace unos días incluso me dijo que soñó con ese primo mío de cinco años... y con la hermanita que nunca llegó a nacer.
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